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Miyu Edowaga busca la oportunidad de salir de lo que llama hogar, creciendo en un ambiente muy sola, su familia no era de dinero pues carecían de lujos pero al menos sobrevivían con lo que ganaban sus padres. Aunque nunca l...
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𝐐𝐔𝐄𝐃𝐎 𝐂𝐎𝐍𝐅𝐔𝐍𝐃𝐈𝐃𝐀 al ver tantos chicos y sus nervios aumentaron cuando ellos se fijaron en Miyu, sus manos agarraron la falda mientras entraba al gran salón donde se reunieron todos, podría decir que reconocía a algunos jugadores masculinos por los periódicos y por el equipo masculino de su escuela como Nishioka "el messi de Aomori" si no mal recordaba.
Estaba algo incómoda por las miradas de varios chicos que la veían algo extraños, y quien no la miraría así, pues era la única femenina del grupo.
Ahora estaba más nerviosa, ¿donde estaban las demás chicas?
Sus preguntas mentales fueron cortadas por cierto hombre, era algo extraño a su parecer. "Felicidades gemas sin pulir"
"Son los 300 delanteros menores de 18 año que han sido elegidos exclusivamente según mi criterio arbitrario y sesgado" le pareció alguien espeluznante y raro como alguien que podrías ver en sus pesadillas o tal vez exageraba un poco."Me presento soy Jinpanchi Ego, soy el tipo que contrataron para que Japón pueda ganar el mundial"
Espera, ¿el mundial?
Empezaba a creer que este señor estaba algo loco, pero tenía curiosidad de lo que el tenía en mente para lograr ganar el mundial, el ambiente se lleno de murmuros , delante de la peli blanca habían dos chicos, uno con el cabello blanco y el otro de cabello negro.
Después de eso realmente la conversación se tornó aburrida en su opinión pero todo lo que podía recolectar más importante fue que esto sería un experimento para crear a el mejor delantero del mundo y para lograrlo entrarían a BLUE LOCK.
"Desde hoy vivirán aquí todos juntos y harán el entrenamiento especial que he diseñado meticulosamente, no podrán irse a casa y se despedirán de la vida futbolística que tenían. Pero les prometo algo si consiguen sobrevivir, superar a los otros 299 chicos y aguantan hasta el final serán el mejor delantero del mundo"
Miyu no podría estar más desconcertada, tendría que vivir con otros 299 chicos que eran más fuertes y rápidos que ella o al menos eso es lo que consideraba de ella misma, no veía sus capacidades mejores que alguien a lo que ella consideraba mejor pero si tendría que entrenar podría cambiar eso, la idea de mejorar su condición y sus habilidades le gusto, después de todo ya no tenía un equipo del cual preocuparse.
"Cuento con ustedes, eso es todo" finalizó aquel extraño pero fascinante hombre.
"Oye disculpa" su mirada se dirigió al chico de cabello blanco que alzó la mano."no me gustan las condiciones impuestas todos tenemos un equipo que nos importa , algunos incluso jugaremos en el nacional"
No todos, o al menos para Miyu ya no aplica, pensar en eso solo la deprime un poco por que ella amaba a su equipo.
"¡No puedo dejar a mi equipo para participar en un programa de desarrollo cualquiera!" declaró el pelo blanco.
