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Miyu Edowaga busca la oportunidad de salir de lo que llama hogar, creciendo en un ambiente muy sola, su familia no era de dinero pues carecían de lujos pero al menos sobrevivían con lo que ganaban sus padres. Aunque nunca l...
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"¡Increíble!, ¡el leopardo de Shibuya anotó 2 goles consecutivos para las chicas de Horikoshi!" Gritó uno de los espectadores del partido. Hoy se realizaba una de las ligas femeniles regionales de fútbol entre las preparatorias de la zona, el público vitoreaba especialmente a la peli blanca quien yacía parada todavía en la posición de gol, el nombre era Miyu Edowaga. Perteneciente al equipo de chicas de la preparatoria Horikoshi de Shibuya, ganaron contra el equipo del Colegio Shibuya 3-2 una buena jugada.
Miyu cayó sentada después de anotar el gran gol que definió su victoria con una gran sonrisa plasmada en su cara y una mirada de orgullo mientras que todo el equipo de niñas se juntó para celebrar pues habían tenido una victoria efectiva después de tanto esfuerzo y cansancio.
"Miyu-chan, ¡tu gol fue increíble!, ahora somos igual o mejores que le equipo de Tokio" dijo Sachiko la capitana del equipo.
"Si!, ellas parecen fuertes pero con una delantera como Miyu-chan lo somos más" Momo hablo con aires de superioridad mientras miraba con una mirada orgullosa al equipo perdedor.
La peli blanca soltó una pequeña risa mientras se sonrojaba, no estaba acostumbrado al alago "no fue para tanto solo teníamos que anotar"
"¡Que, estás loca!, esto podría ser lo mejor del mundo, muchas de nosotras no podríamos anotar dos goles consecutivos" Keiko regaño a Miyu, la contraria miro a otro lado con vergüenza.
Mientras las chicas del equipo celebraban, el entrenador entró, "chicas, hay algo que debo mencionar" esto pareció llamar la atención de las niñas, " este será el último partido del equipo, lastimosamente las mayoría es de tercer año por lo que el próximo año solo quedarán pocas, así que esta será su última liga juntas"
'Que' la sonrisa cayó por completo, Miyu pensó que al menos podría compensar la poca atención de sus padres con su pasión, el fútbol era lo que llenaba su corazón.
Las demás chicas del equipo reclamaron tristes a su entrenador, ¿por que? ¿Acaso ya no les interesaba?, el mundo de Miyu cayó, quizás debió disfrutar su último partido.
"Gracia chicas, recuerden esto como algo especial y parte de su vida" el entrenador dijo entre casi lágrimas pues realmente le gustó trabajar con esas niñas pero todo tien un fin ¿no?
No, ¿acaso no quieren seguir?
Acaso, ¿solo lo jugaban por pasatiempo?
Acaso, ¿ella era la única que quería de verdad llegar lejos?
Mientras en grupo se reunía para un último abrazo, Miyu se acercó al entrenador.
