Capitulo 5

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Tal como había esperado Anna, a las ocho menos diez de la tarde del día siguiente, Harry pasó por delante de la galería como de costumbre, solo que aquella vez, Nina no lo acompañaba, y además, entró en la tienda. Anna frunció el entrecejo extrañada, y se puso a revisar unos albaranes, fingiendo estar atareada. Por suerte, el señor Taylor estaba allí también.

—Ah, buenas tardes, Harry —lo saludó el dueño con una sonrisa—. Me alegro de verte. ¿Estás buscando algo en particular?

A Harry la presencia de Brand Taylor lo había pillado por sorpresa ya que, la mayor parte de los días anteriores, cuando había pasado con Nina por delante de la galería, Anna estaba sola. Ya era mala suerte...

—No, solo quería echar un vistazo —contestó.

—Bien, bien, adelante. Anna te informará de los precios si ves algo de tu agrado.

Harry miró en dirección a la joven, pero ella ni siquiera se dignó a levantar la cabeza de los papeles que tenía en las manos. Él empezó a pasearse por entre los cuadros expuestos, y observó con curiosidad que Anna lanzaba de vez en cuando furtivas miradas hacia la puerta, como si esperara ver aparecer a alguien que la rescata.

Lo cierto era que no le extrañaría si así fuera, después del modo en que la había tratado. Mientras la observaba, advirtió que parecía haber perdido peso, que estaba algo pálida, y que tenía ojeras. Se acercó hacia ella, sintiéndose como una sabandija cuando vio que daba un respingo, como si le tuviera miedo. ¿Cuánto daño podía hacérsele a alguien sin pretenderlo?

—¿Puedo ayudarte en algo? —le preguntó ella en un tono tirante, obligándose a mirarlo.

Harry pudo leer el dolor en sus ojos azules.

—Anna, yo... —comenzó inseguro.

Sin embargo, en ese momento se oyó la campanilla de la puerta al abrirse, y los dos giraron la cabeza. Era Luca, que saludó al señor Taylor antes de acercarse a Anna.

El joven sabía muy bien cuáles eran los sentimientos de Anna hacia Harry, y también sabía lo que estaba sufriendo por su causa. Tal vez por eso, se despertó de pronto en él un instinto protector que ignoraba que tuviera, y rodeó la cintura de Anna y la besó dulcemente en la mejilla, consciente de que el ranchero lo estaba mirando como si quisiera matarlo.

—Hola, cariño —le dijo a la joven—. ¿Lista para irnos?

—Sí —musitó Anna—, iré a por mi bolso —y fue a la trastienda.

—Vamos a comprar los anillos —le dijo Luca a Harry, observando la expresión de su rostro—. Anna y yo vamos a casarnos en Navidad.

«Vamos a casarnos, a casarnos, a casarnos...». Las palabras se repitieron como un eco en la mente de Harry hasta casi enloquecerlo. Anna iba a casarse con Luca... Iban a comprar los anillos... No, era imposible. Él había ido a la galería para pedirle perdón a Anna, a ponerse de rodillas ante ella si era necesario, a pedirle que tuvieran su primera cita, a construir una relación con ella... Pero Luca se le había adelantado.

Todo era culpa suya. La había herido, atormentado... incluso él mismo la había alentado a aceptar la proposición del estudiante de medicina. Durante el resto de su vida iba a tener que vivir con aquello, y con el conocimiento de que ella no amaba a Luca  pero iba a casarse con él.

—¿No vas a darnos la enhorabuena? —lo provocó el joven—. Voy a hacerla muy feliz.

«¿Y cómo crees que vas a conseguirlo cuando es a mí a quien ama?», Se dijo Harry con amargura. Se metió las manos con rabia en los bolsillos y se mordió la lengua, girándose atormentado hacia Anna cuando regresó con su bolso.

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⏰ Last updated: Dec 15, 2023 ⏰

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ANNAWhere stories live. Discover now