espresso in love !¡ matt sturniolo

5. peony

CINCO:
Matt no tiene flores favoritas

MELODY

si alguna vez dije que pasé por el momento más nervioso de mi vida, estaba mintiendo. el momento era este. me pasé todo el día con los nervios a flor de piel. ni siquiera cuando me operaron de las amígdalas estaba así, y eso que fue una cosa de lo más simple y sencillo, pero yo me moría de los nervios.

era sábado, por lo que significaba que iríamos al centro para la feria y a reunirnos con Matt. vamos, era como si estuviese teniendo mi primera cita con él, solo que con acompañantes. ¿seguía considerándose como una cita, no? probablemente no, y debía de dejar de ilusionar a mi cerebro.

lo conocía hace un mes, estaba segura de que éramos amigos desconocidos, o sea, que aún no se conocían del todo. tal vez por eso aceptó salir conmigo y con Col, para conocernos. le caímos bien, creo. o le había interesado demás mi amigo, podrían gustarle ambos sexos. oh Dios.

creo que sería lo peor que me podría pasar.

—Mel, estás bien. deja de mirarte por quinta vez en el espejo y vámonos.— se quejó Col, tirado de espaldas en mi cama con sus brazos cubriendo su rostro. lo ignoré dando una última vuelta viéndome en el espejo. —vamos a llegar tarde por tu culpa. Matt va a volver a su casa por esperarnos demás y no lo podrás ver.

me cambié tres veces, porque estaba indecisa en que usar, no quería que fuese demasiado, ni tampoco quería ir en pijama. así que, después de una aprobación por parte de Colin hacia unos jeans y hoodie negro, chaqueta acolchada y botas, nos pudimos ir. el frío comenzaba a hacer presencia e íbamos a estar al aire libre, lo último que quería era agarrar un resfriado.

—¿crees que va a llevar a alguien?— una vez en el autobús, pregunté cruzando las piernas. optamos por usar el que nos llevaba directo al centro, por la simple razón de que si éramos suertudos, habría un puesto de cervezas artesanales que tanto nos gustaban, y podríamos volver en bus sin perjudicar a nadie con nuestras viejas bicicletas.

apenas eran las diez de la mañana y el sol brillaba con intensidad, aún siendo invierno, los rayos hacían presencia. las calles estaban no muy llenas por lo cual nuestro trayecto no duró mucho. pero el bus si, con gente que iba a nuestro mismo destino probablemente. mordí nerviosamente mi labio recordando a dónde nos dirigíamos y con quien nos íbamos a encontrar.

—¿hm?— preguntó mi amigo distraído.

—me refiero a Matt.— aclaré y me miró con las cejas arrugadas, aún sin entender. —ya sabes, tiene sus citas semanales. capaz que esta vez le toca a una chica nueva.

—lo estás tachando de zorra, Mel— Col ríe y niega.

inmediatamente se me enrojecen los cachetes. —¡no me refería a eso!— mi acompañante suelta una risita. —no está mal lo que hace, sólo preguntaba.