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—¡Lo siento!

JeongHan quedó perplejo al ver al peli-negro hacer una exagerada reverencia. Varios estudiantes les miraban con miradas confusas y otros burlándose.

—Y-ya esta b-bien–JeongHan le tomó de los hombros y lo enderezó.

Jihoon se encontraba un poco rojo por lo avergonzado que se encontraba, pero también culpable por hacer sentir mal a JeongHan.

—Lo siento mucho, JeongHan , dije esas cosas sin pensar, ¡lo siento, lo siento!–le abrazó fuertemente.

El peli-negro correspondió el abrazo, enternecido. Jihoon se notaba realmente arrepentido, le abrazaba con fuerza y al parecer no tenía intenciones de soltarle fácilmente.

—Tranquilo, JeongHan, estoy bien–sonrió—. No es necesario que sigas disculpándote, ya te he perdonado.

El peli-negro  se separó, pero aún le tomaba de los brazos.

—¿E-en serio?

—¡Claro! Eso ya está en el pasado para mí, no te preocupes–le sonrió dulcemente.

Para Jihoon, JeongHan realmente era un ángel, ¡realmente esperaba le gritara o algo! Pero no, se encontraba sonriéndole como si nada, como si nunca hubiera dicho esas palabras tan hirientes.

—Ya comprendo por qué SeungCheol te quiere tanto–sonrió.

JeongHan cambió su semblante a uno confuso, alzando la ceja.

–¿Eh?, ¿a que te refieres?–frunció el ceño y hizo un pequeño puchero.

—¡Eres muy adorable, Angel!–le tomó de los cachetes, apretándolos levemente. JeongHan  se quejó, pero igualmente reía por las cosquillas que les causaba.

Entonces, un carraspeó les llamó la atención. Cuando voltearon, descubrieron que cuatros pares de ojos les miraban de brazos cruzados y con el ceño fruncido.

—¡Cheolie!


¡Cheolie! • JeongCheolOnde histórias criam vida. Descubra agora