¡Cheolie! • JeongCheol

27.

—JeongHan, ¿estás bien?— preguntó Joshua, poniendo una mano sobre su hombro y dejándole unas caricias. El castaño se encontraba extrañamente callado, cada vez que le llamaba estaba perdido y en su propio mundo, no sonreía y a la hora del receso ¡no quiso comprar su característica leche de fresa!, a pesar de que Joshua como buen amigo igualmente fue y le compró, ¡aún no la tomó! Algo raro esta pasando, su sol no está brillando como de costumbre.

—Todo bien, ¿por qué pregunta, hyung? — le dedicó una falsa sonrisa.

No, las cosas no estaban bien. En la entrada se encontró con JiHoon, éste le pidió unos minutos para hablar y con amabilidad JeongHan aceptó, creía que solamente quería entablar una conversación, pero todo lo contrarío.

"–¿Piensas que SeungCheol dejó de amarme? Oh dios, JeongHan, mírame y mírate, eres flaco, tienes una tonta actitud infantil e inmadura y tu risa se escucha hasta en la China, ¿sigues creyendo que él te quiere? Yo estuve en una relación con él y créeme que lo conozco. Aléjate de SeungCheol, Yoon JeongHan."

JeongHan se sintió devastado, él ya sabía que era muy poca cosa al lado del mayor, sabía que él merecía a alguien mejor, alguien sin complejo de niño de 5 años. Rayos si. Sabía que era un flaco, que era horrible y que era un inútil, había noches que lloraba hasta dormirse por esas cosas. JiHoon era todo lo contrario, tenía un cuerpo perfecto, con una sonrisa perfecta y una cara perfecta.

Luego de eso JeongHan corrió hasta los baños, se encerró y comenzó a llorar, llorar y llorar.

Por primera vez, estaba dudando de todo. No era como antes, antes no se molestaba que le dijeran que SeungCheol no le amaba o que lo iba a botar ya que eran personas que no lo conocían, que ni siquiera se habían tomado el tiempo para hablar con el mayor, pero, ahora era distinto, era su ex. 

Sintió sus ojos picar, por lo que parpadeó varías veces.

—¿Qué pasó?— insistió Joshua, ahora caminando hasta la salida.

—Y-yo...

—¡JeongHan! — gritó una voz que ambos conocían.

No quería ver al pelinegro, no quería. Se dio media vuelta y comenzó a caminar con rapidez.