࣭⸰ ✷ 🏹 ᜔. 🕊 ˖ ...ᐟ ❨ EVERMORE; ❩ ⎯⎯
Selah Ravens siempre ha sido
conocida por su encanto e ingenio.
Así que cuando es seleccionada para
mentora de un tributo de Los Juegos
del Hambre, nada se interpondrá en su
camino ganador, excepto Cor...
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CUANDO SELAH LLEGÓ A CASA MÁS TARDE ESA TARDE, ESTABA AÚN MÁS ENOJADA. No solo la había abandonado Coriolanus, sino que de alguna manera terminó dentro de la jaula de los tributos en el zoológico. Se veía como un completo idiota y Selah se sintió avergonzada por asociación. Había apagado la televisión en cuanto vio su rostro lleno de sorpresa en la pantalla.
Además, se perdió la sesión de té con Elly y su madre. Después de una visita sorpresa muy enojada de Elly, Selah logró calmar el alboroto con una disculpa profunda y ofreció su próximo día libre como un compromiso pendiente.
Ahora, la chica de cabello castaño se sentaba perezosamente en su sofá, mirando fijamente la pared frente a ella. No estaba segura de cómo lograr que Charli se abriera con ella. Y por la forma en que reaccionó hoy, cuando Selah estaba en su mejor estado de ánimo, iba a requerir mucho encanto y persuasión.
-Selah - una voz profunda cortó el silencio. Casi saltó, no esperaba que la voz de su padre interrumpiera el ambiente pacífico. -Pensé que habías salido por el día. -
Marco Ravens se mantenía erguido en la puerta de la sala, examinando a su hija. Todavía llevaba su atuendo de trabajo, un traje negro completo, lo que indicaba a Selah que acababa de llegar a casa. Tenía papeles en la mano, enrollados para que Selah no pudiera ver su contenido. Suprimiendo las ganas de rodar los ojos, Selah se volvió hacia él con una suave sonrisa.
-Salí temprano esta mañana -explicó, acercándose a él y depositando un pequeño beso en su mejilla. Él se inclinó hacia ella pero no se molestó en sonreír. -Fui a ver a mi tributo. Quería adelantarme, tal vez mejorar mis posibilidades de ganar. -
-Tú y yo sabemos que eso no es probable. - Su rostro cayó, pero sabía que tenía razón. -Una niña joven como ella nunca podría igualar a los tributos más mayores y hábiles. Están completamente entrenados para los Juegos en este momento. Saben qué hacer y cómo hacerlo. - La voz de Marco se elevó al final, haciendo que los hombros de su hija se tensaran.
-Sí, claro, papá.- susurró Selah. -¿Te gustaría algo de beber? Estaba a punto de preparar un poco de té. -Quería salir de su presencia y rápido.
Marco Ravens era un hombre de muchos misterios. Aparte de tener inversiones en el distrito 4, nadie estaba muy seguro de cómo obtenía tanto dinero. Muchos especulaban que era un negocio ilegal desde el Capitolio, que hacía todos sus encargos y trabajos sucios.
Francamente, a Selah nunca le importó averiguarlo. Pensaba que era su negocio y solo suyo, no algo que estuviera abierto a discusión. Además, no estaba segura si quería saber la verdad o no. No todo lo que brilla es oro.
