Capítulo #6 : La niebla ( DMU I )

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- ¡Va hacia ti, no tiene escapatoria! - alentó el viejo pescador, mientras un gran pargo de 90 cm aproximadamente cruzaba sus piernas, perfilé la punta de la lanza y cuando estuvo en mi campo de visión atravesé su vientre de par en par.

- ¡Bravo chico! - me felicitó con unas palmaditas en la espalda - Tienes madera de pescador, ¿Que crees Samuel?- preguntó a su otro compañero

Sinceramente, sus halagos me tenían sin cuidado, lo ocurrido en la laguna y las últimas palabras de Hailey Jerez me dejaron tan consternado y descolocado que no hacía otra cosa que pensar en ello.

Ese día en específico salté de la hamaca, más temprano de lo acostumbrado, no había dormido muy bien y luego de un desayuno a la Utopian (unos frutos secos y agua de coco) salí a realizar una caminata mañanera. De casualidad pasé por los estanques y un grupo de pescadores solicitaron con urgencia mi ayuda, quería despejar la mente, así que acepté.

- Ya es el décimo que atrapa - añadió Samuel - Es todo a un prodigio este joven.

Alabaron mis dotes de pescador e insistieron en hacerme miembro honorífico de su grupo, no estaba interesado en la propuesta, pero una voz llamándome desde la entrada a los estanques, me ahorró tener que rechazarla.

- ¡ Manu!, podrías acercarte

Alcé la vista del agua: se trataba de Hailey, con gestos a la desesperada trataba de llamar mi atención. Una distancia considerable nos separaba, su mirada perdida intentaba evitarme.

- Eh, Manu... yo, ¿tenemos una conversación pendiente? - sus mejillas se colorearon como el picante

- ¿De veras Hailey?, lo dejaste todo tan claro ayer - a veces cuando estaba enojado mi lado sarcástico brotaba como fuente, esa era una de esas ocasiones - ¿De qué podríamos hablar?

"De casi nada", gritó mi yo sarcástico, mientras a la sombra de un cocotero iniciábamos una incómoda plática.

- Lo lamento.- dijo antes de rajarse en llanto.

Dios, ¿Qué había echo ?, acaso, ¿Era el culpable de las lágrimas de la pequeña? ¿Me había pasado un poco con mi regaño sarcástico?

Mis conjeturas a cerca de Hailey Jerez y su lado creppy quedaron en la nada cuando me fijé, en la ternura e inocencia que transmitían sus ojos marchitos de tanto llorar.

- No tienes que disculparte pequeña, maldito burro insensible que soy - la abrasé con ganas.

- A veces me pongo demasiado intensa cuando me gusta un chico - sus ojos pasaron de estar moribundos a desprender un brillo mágico -. Nunca debí ponerte en tan embarazosa situación.

- Ya todo pasó, vale - le regalé mi mejor sonrisa, secando las lágrimas que corrían a ambos lados de sus cachetes - Ahora ya puedes jalarme las orejas cuando quieras por llamarte pequeña, es una sugerencia.

- Ja Ja - me devolvió una carcajada - me lo pensaré - ¿Amigos? - preguntó ofreciéndome el meñique.

- Siempre - entrelacé el mío junto al suyo, a la par que entendía el motivo de mi repulsión hacia su beso, mi forma de verla como hermana menor o confidente, si esa chica especial que no pasa por tus sábanas, pero que, sin embargo, necesitas tener a tu lado para sentirte pleno, era ella.

Una barca pasó de cerca de nosotros, tripulada por Adam Coets, quien remaba a la cabeza acompañado de un grupo de niños de la villa, saludaron emotivamente, para luego continuar su ruta.

- ¿A dónde van?

- Los preparativos - se quedó en silencio llevándose las manos a la cabeza - Oh, no, tengo demasiado que hacer y voy retrasada.

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