Capítulo 46

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"No todos los días pueden ser soleados."

Maxi me golpea el hombro al llegar a mi lado y se ríe del susto que me ha causado con su repentina aparición.

-¿Cómo andamos?

Frunzo el ceño al cerrar el casillero.

-No lo sé. -Alzo los hombros.

La mirada de Maxi se torna confusa y luego alza sus hombros al igual que yo lo he hecho anteriormente. Me golpea con el costado de su cuerpo y luego me anima con una sonrisa.

-¿Qué ocurre?

-No lo sé.

Bufa aturdido.

-Bueno, ¿hay algo que sepas y que quieras compartir conmigo?

-La verdad es que no estoy seguro.

Sus ojos dan un giro completo en sus órbitas cuando apoya su espalda de golpe en las taquillas, me golpea con su mano hecha un puño. Me apoyo a su lado y dejo caer mi mochila al suelo.

-Tengo un mal presentimiento.

-Sobre...

-Oriana.

Se queda completamente callado y cruza sus brazos sobre su pecho. Sé muy bien que no puedo hablar de esto con él porque simplemente no tiene idea de la vida de Oriana y proceder a contarle mi mal presentimiento sería traicionar a Ori y revelar sus secretos oscuros.

-¿Qué es lo que piensas, Julian?

-Olvídalo. -Sacudo mi cabeza para esparcir los pensamientos-. Ya hablaré con ella, no ocurre nada.

-Está bien -dice no del todo convencido.

Suena la campana y los estudiantes comienzan a movilizarse en el pasillo. Maxi y yo caminamos hacia nuestro salón con los demás chicos, me siento al fondo y no dejo que Maxi se siente conmigo por si Oriana decide aparecer. Dejo mi mochila sobre la silla de al lado y apoyo mi barbilla sobre mi mano hecha un puño. La profesora entra con su usual cara para nada amigable y cuando toma asiento y saca un montón de copias, la puerta se abre lentamente y Oriana asoma su cabeza.

-Permiso.

La profesora hace un gesto con la barbilla para que entre. Ella analiza rápidamente el lugar y alzo la mano para que me vea que estoy libre. Me divisa rápidamente, pero ninguna chispa de felicidad enciende su mirada, se sienta a mi lado y suspira. Beso su mejilla tiernamente, ella sonríe y se desploma sobre el banco. Extiende sus brazos para acunar su rostro, paso mi brazo por sobre sus hombros y le hablo al oído.

-No estás nada bien.

Su respuesta llega de inmediato con una negación de su cabeza moviéndose de un lado al otro.

Oriana está mirando al frente mientras la profesora habla, pero ambos sabemos que no está prestando atención ni a un cuarto de la explicación y su hoja para los apuntes está en blanco, igual que su mente. Cierra los ojos lentamente y los vuelve a abrir parpadeando con cansancio. Me muevo incómodo en mi lugar, no me gusta verla mal y no saber el por qué para poder ayudarla. Deslizo mi mano hasta su codo apoyado sobre la superficie de madera de la mesa y rozo mis dedos en su suave piel blanca. Ella quita el codo de allí porque la he agarrado por sorpresa y una mueca que aparenta diversión surca sus labios.

De repente la puerta del salón se abre y entra una de las secretarias del colegio, nos saluda a todos repasándonos con la mirada y luego se dirige a la profesora. Hablan en susurros captando la atención de completamente todos, Oriana bufa levemente dejando caer su cabeza sobre mi hombro.

-Oriana Sabatini y Julian Serrano, acompáñenme.

Oriana se incorpora en su lugar y con su dedo pulgar se señala asombrada. Mis ojos se abren de par en par, ¿qué hemos hecho? Oriana me toma la mano por debajo de la mesa y la aprieta con nerviosismo, la empujo levemente para que se mueva, pero todos nos están observando y eso deja paralizada a mi chica invisible. Claramente nunca le ha gustado ser el centro de atención y en este preciso momento lo es.

-Vamos, Ori muévete -murmuro.

Ella se pone de pie de un salto, le copio la acción y salimos del salón siendo observados por todos, detrás de la secretaria morocha con lentes de medialuna.

-El director quiere verlos a ambos.

Oriana deja de caminar y se da media vuelta para llevarme por delante. La tomo por la cintura como acto reflejo de que no vaya a caerse. Sus ojos muestran miedo y desesperación, busco su mano con la mía y la aparto de enfrente mío para poder hablar con la secretaria.

-¿Qué hemos hecho?

-Puedo decirles una sola palabra y ustedes sabrán qué pasó -dice encogiéndose de hombros.

-¿Si? -Pregunta Oriana incitándola a hablar.

-Detención.

Oh, carajo.

Desapercibida (Adaptada) / SIN TERMINARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora