Murad observó como su madre sostenía a su único hijo entre sus brazos, pero decidió mantenerse calmado, y se puso al lado de su Consorte.
─Murad.─Kösem saludó secamente, miró a Mehmed en sus brazos y dijo.─Pensé que podría pasar tiempo con mi nieto.
─Retirese, Sultana.─ordenó él
Şahnaz se acercó a la Valide Sultan y tomó a su pequeño hijo, volviendo al lado del Sultan.
Kösem dedicó una mirada fría y distante a su hijo mayor, antes de finalmente irse, dejando a la pareja sola.
─¿Cómo ha estado Mehmed? ─el Padişah preguntó
─Bastante saludable, mi Sultan. Crece como debe ser.─sonrió ella, mirando al príncipe
Una pequeña sonrisa se dibujó en el rostro de Murad, su heredero crecía como esperaba, y haría todo lo que estuviera en su poder para hacer que su hijo creciera sano, y algún día, gobernaría el Imperio que se esfuerza en traer de vuelta a la gloria.
El que Mehmed crezca con salud solo hacia que su deseo de tener más hijos con Şahnaz creciera. Y se preguntaba a él mismo, ¿mis hijos venideros finalmente saldrán sanos? Hay un modo para averiguarlo.
[...]
14 de Abril, 1637
De tierras rusas, provenía una nueva concubina en el Harem, que las demás y incluso ella misma alardeaba de que sería la esposa oficial del año y la madre de muchos hijos. Poseía gran ambición a la edad de catorce años.
Su nombre era Laurissa o como la llamaban "Laurissa, la rusa" un apodo usual entre concubinas reconocidas.
─Así que tú eres Laurissa.─Kösem saboreó su nombre.─Desde hoy tendrás mi protección, y seguirás teniendo mi ayuda hasta que tengas el corazón del Sultan en tus manos.
─Haré mi mayor esfuerzo, Sultana madre.─prometió la concubina, su voz era suave y quizá encantadora.─No la decepcionaré.
Con una mirada de aprobación, la Valide Kösem Sultan asintio, apartando la mirada.
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Sin la posibilidad de ir a los aposentos del Sultan debido a la recuperación de su embarazo, no ha tenido más opción que resignarse a dejar que otras mujeres visiten los aposentos.
Algunos la tachan de débil, otros, tranquila. No queda a duda que la Sultana Şahnaz seguía siendo un misterio con su verdadera personalidad.
─Con que ella es Laurissa.─Şahnaz miró desde el balcón, y la siguió observando.─No niego que es hermosa, seguro tendrá sus encantos. Pero no dejaré que le dure demasiado la felicidad con mi Sultan.
A su lado estaba Melek Hatun, su fiel dama de compañía. Ella se dedicaba a escuchar a Şahnaz, a hacer que todo fuera más fácil para ella, siendo ya una criada antigua.
─He visto muchas mujeres bellas, a pesar de eso, lo que realmente importa es la astucia.─le dijo, mirando a su Sultana.─Por eso usted está donde está, por su gran inteligencia.
─Tienes razón, Melek. Quiero ver hasta donde puede llegar esa mujer rusa.─sonrió, con una pizca de malicia.─Vámonos, extraño tener a Mehmed en mis brazos.
[...]
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Laurissa rezaba a Dios por su bienestar y suerte, pero ahora, tenía que dejar aquella religión y convertirse en musulmana.
En una ceremonia preparada, fue dónde debía creer ahora en Allah. Y ahora sobre su nuevo nombre, Lalezar Khalfa se encargó de darle un nombre.
─Tu nombre ya no será Laurissa, ahora serás Muazzez.─declaró, mirando a la jovencita
─Que bello nombre.─la rusa sonrió alegre
[...]
25 de Abril, 1637
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─Şahnaz Sultan, su majestad a solicitado su presencia en sus aposentos.─informó un guardia
─Bien, iré en un momento.
─Perdóneme, pero, su majestad dijo que era urgente.
La joven francesa asintio y se puso de pie, caminando hacia los aposentos del Padişah. Al llegar, realizó una reverencia.
─Şahnaz.─dijo suavemente, levantando su mirada de los papeles en su escritorio
─Su majestad.─ella se acercó, luego apoyó una mano en el hombro de él y se sentó en su regazo
Murad rodeó la cintura de Şahnaz con sus brazos, mientras dejaba rastros de besos en su cuello. Se detuvo al notar una expresión de tristeza en el rostro de su Consorte.
─¿Que sucede? ─inquirió, esperando su respuesta.─¿Estás enferma?
─No, mi Sultan. Nada de eso.─rápidamente negó, soltó un suspiro y luego continuó.─Hace tiempo que no salgo del Palacio, me siento agobiada.
El Sultan se mantuvo en silencio, pensando en una solución para intentar hacerla feliz.
