Octavo capítulo

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La alarma de las seis de la mañana sonó bastante fuerte para que despertara a Prim, quien lo quito de inmediato. Ya ella estaba despierta ya que no ha podido dormir en toda la noche. No desde que Nathan dijo su nombre.

¿Cómo es que él lo sabía? No lo sabe y por eso ya no se sentía segura.

Se levantó ansiosa y observó con temor por la ventana, pensando en que alguien la estaría mirando. Sin embargo no podía ver bien hacia afuera ya que el cielo estaba seguía oscuro. Aunque sentía tensión todo el tiempo. Decidió alejarse y levantarse de su cama, para dirigirse a su baño. Al salir de su habitación lo único que había era silencio ya que estaba sola, su mama no estaba, como de costumbre. Su trabajo era duro y mayormente se encontraba trabajando extra.

A veces Prim la extrañaba, pero ella sabe que lo hace por ambas. Desde que su papá murió, todo ha sido diferente en la vida de PrimRose y en la de su mamá.

Su padre fue un hombre excelente y de buen corazón. Aún recuerda las veces que se la pasaba jugando con Prim y lo mucho que les decía a las dos que las amaba. La vida de PrimRose era como cualquier persona desearía: Padres que te aman y se preocupan por ti. Pero desde su accidente, ese ambiente cambio en su casa. Su mamá cayo en depresión al principio, y en su trabajo actual no trabajaba lo suficiente para ese entonces. No había dinero y no había mucha comida o ropa para ellas. Su madre cambió por esa razón y en cierta forma eso le afecto a PrimRose.

No obstante, poco a poco salieron hacia adelante gracias a su madre. Por eso Prim no se queja de sus ausencias, sabe que todo eso lo hizo por las dos, y por el amor que una madre siente por su hija. Prim le estará agradecida siempre.

PrimRose bajó a la cocina luego de lavarse su boca. Se preparó cereales desanimadamente. Su físico lo decía todo. Sus ojeras eran muy notables y su cabello parecía un nido de pájaros.

No era un buen dia para ella. Bella por un lado, Nathan por el otro. Se iba a volver loca. Era como si algo le estuviera jugando una mala broma y no era divertido.

Se sentó en el sofá y comió. Prendió el televisor y puso las noticias, era lo único que daban a esa hora aunque no estuviera pendiente a eso. Su mente estaba en otro lugar. O bueno, hasta que escuchó algo que le dio curiosidad.

"Si Hector, desde el miércoles de la semana pasada un criminal que se desconoce su identidad, ha estado suelto por las calles. Se dice que mediante el Internet, busca la información de sus víctimas. Se dice que primero tiene una conversación con sus víctimas para luego saber sus nombres y finalmente su ubicación para comenzar con su terrible acto. Por favor en casa cuiden bien a sus hijos porque es muy peligroso"

Un escalofrío se sintió por la espalda de Prim, estaba aterrorizada. Su boca abierta al igual que sus ojos lo decían por completo. Rapidamente pensó en Nathan pero, ¿puede ser posible? No no, él solo hackeo a Prim por diversión ¿cierto? ¿O el quiere asesinarla?

"¡Que miedo!" Pensó Prim.

Prim se levantó del sofá, dejó el plato en el fregadero y comenzó a ver fuera de la ventana otra vez. No se sentía para nada segura. Su miedo aumento más de lo normal, estaba histérica.

¿Y si Nathan estaba de camino para matarla? ¿Y si Nathan no se llama Nathan y lo hizo solo para tener la confianza de Prim y saber su información? Es un hacker, puede hacer lo que sea... aunque su información no se encuentra en su computadora solo... la de su ubicación para cuando vaya a comprar.

Entonces está en graves problemas.

Comenzó a temblar del miedo. Sentía que el mundo se le caía encima y no sabía que hacer. No le había pasado eso anteriormente.

Hackeando el amorWhere stories live. Discover now