Capítulo 18

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Jisoo nunca había estado tan contenta de que los clientes cancelaran una sesión como lo estaba este lunes por la mañana

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Jisoo nunca había estado tan contenta de que los clientes cancelaran una sesión como lo estaba este lunes por la mañana. No podía concentrarse en el trabajo, y eso rara vez le había sucedido antes. Sí, pero nunca antes has tenido una aventura de una noche.



Después de su regreso de Nueva York, había pasado el resto del fin de semana revisando los dos capítulos de los que ella y Danielle habían hablado. No se trataba solo de hacerlo mientras todavía estaba fresco en su mente, admitió para sí misma.





Encerrarse en la oficina de su casa también hizo que fuera más fácil evitar a Rosé y distraerse de la presentación constante de imágenes que se reproducían en su mente. Imágenes muy eróticas que no tenían lugar en el trabajo.



Con un gruñido, arrojó su pluma y cerró el archivo del paciente. Quizás un café ayudaría.



En el camino a la sala de descanso, su mirada cayó por la puerta abierta de la sala de espera. Estaba vacía en este momento. Uno de sus pacientes había dejado dos revistas en la pequeña mesa en lugar de volver a colocarlas en el revistero.



Jisoo se desvió y recogió las dos revistas para devolverlas a su lugar correcto. Wow. El estante era un desastre. Alguien había puesto el último número de Psychology Today en la sección de entretenimiento. Lo sacó y lo volvió a poner con las otras revistas de salud y psicología. ¿Y qué estaban haciendo Better Homes and Gardens junto a Sports Illustrated?



Dejó la taza de café vacía y comenzó a reorganizar las revistas.



Un casi silencioso uh-oh la hizo mirar hacia arriba.

Chaerin se inclinó en la puerta, con una pila de archivos debajo de un brazo.

–No me digas que rechazaron el manuscrito.



–¿Qué? No. Las cosas fueron geniales en Nueva York–. Su molesta imaginación visual le recordó de inmediato cuán grandiosas habían sido algunas de las cosas en Nueva York. Ocultó su sonrojo de Chaerin volviendo al estante de la revista. Solo cuando el calor en sus mejillas disminuyó, ella se dio la vuelta.



–¿En serio?– Chaerin sonrió radiante. –¿Entonces te ofrecieron un contrato?



–Algo así–, respondió Jisoo. –La editora de adquisiciones dijo que lo tendré en mi bandeja de entrada esta semana.



–Eso es fantástico. Estoy muy feliz por ti–. Chaerin se acercó, dejó su pila de archivos sobre la mesa y envolvió a Jisoo en un abrazo maternal.

–Gracias–, murmuró Jisoo contra su hombro. –Y gracias por ayudarme con el libro. Tu apoyo significa el mundo para mí. Espero decirte eso lo suficiente.



Chaerin la soltó y la sostuvo con el brazo extendido para estudiarla a fondo. –Eres muy bienvenida. Sabes que eres como la hija que nunca tuve.



–Tienes una hija, Karina.

–Oops–. Chaerin mostró una sonrisa. –Está bien, entonces eres la hija de la oficina que nunca tuve. Por eso es mi prerrogativa estar preocupada por ti.



–¿Por qué estarías preocupada? Te acabo de decir que el acuerdo del libro se concretará.



Chaerin tocó la revista en la mano de Jisoo. –Entonces, ¿por qué estás clasificando las revistas?



–Porque eran un desastre y debían ponerse en orden.



–Lia podría haber hecho eso. Por eso le pagamos–. Chaerin se asomó al área de recepción y cerró la puerta. –Dime qué está pasando.



–Yo, um ...– Jisoo apretó los labios. De nada sirve fingir que estaba bien. Quería hablar de eso, pero ¿cómo podría sin admitir que le había mentido a Chaerin durante los últimos dos meses y que se había asegurado su contrato de libros solo con una farsa loca?

–¿Es Jennie?– Chaerin frotó el brazo de Jisoo.



Jisoo parpadeó. –¿Jennie?

–Sí. Sé que ahora estás en una nueva relación, pero eso no significa que hayas superado por completo a Jennie. Está bien estar molesta por un tiempo.



Jisoo casi sonrió. Lo curioso era que no había pensado en Jennie en días. Ciertamente no desde el viernes por la noche. –Creo que estoy...

–¿Alterada?

–No–. Era la verdad, se dio cuenta del momento en que lo había dicho. –Creo que he seguido adelante.



–Guau. Eso es fantástico. No pensé que lo hubieras hecho. Pensé que te metiste en algo con Rosé para ayudarte a olvidar el dolor.

Rosé ...Jisoo tragó saliva. Había saltado a algo con ella, pero ¿había sido realmente debido a su ruptura? –No–, dijo con firmeza. –No es por eso que estoy con Rosé–. Al menos eso podía decir con seguridad. Después de todo, había contratado a Rosé por el trato del libro, no por su corazón roto.



–¿Estás segura?–, Preguntó Chaerin. –La última vez que hablamos sobre eso, ni siquiera le enviaste el anillo a Jennie. Claramente, una parte de ti no había dejado de lado la idea de casarte con ella.



Eso podría haber sido cierto al principio, pero últimamente, se había dado cuenta de que no quería a Jennie y la vida que habían tenido juntas. Disfrutaba del mejor equilibrio trabajo / vida que tenía ahora: se detenía para almorzar que Rosé le había empacado, cenaba con ella incluso si eso significaba eliminar su regla sobre los carbohidratos después de las seis y mirar una película juntas.



–Um, todavía no he enviado el anillo–. Cuando Chaerin abrió la boca, Jisoo levantó las manos. –No porque me aferre a la idea de un futuro con ella. Tal vez lo hice al principio, pero ahora ...

–¿Ahora?– Chaerin preguntó.



–Ahora en realidad lo olvidé. Con Rosé y el libro y todo ...



Chaerin sonrió. –¿Cómo va eso?



–Como acabo de decir, el contrato ...



–No el trato del libro. Tu nueva relación. Sé que generalmente tienes los labios muy cerrados sobre tu vida privada en la oficina, pero me gustaría pensar que somos algo más que colegas. Sabes que puedes hablar conmigo sobre cosas personales, ¿no?

–Por supuesto.



–Entonces, ¿cómo van las cosas entre tú y Rosé?



Otro sonrojo subió por el cuello de Jisoo.



Chaerin se echó a reír y le dio unas palmaditas en el brazo. –¿Así de bueno?



–Es ... Ella es ...– Jisoo hizo un gesto salvaje, buscando una palabra que explicara sin revelar la verdadera naturaleza de su relación. Hagas lo que hagas, no le digas "complicado" a un psicólogo. Sería como agitar una bandera roja frente a un toro.



Un rápido golpe en la puerta la interrumpió antes de que ella pudiera decir algo. Lia abrió la puerta y miró de Jisoo a Chaerin con una expresión curiosa. –Lamento interrumpir su reunión secreta, pero tengo al señor Hatfield del servicio de suscripción a la revista por teléfono. Es hora de nuestra renovación, y le gustaría hablar con alguien sobre un nuevo paquete que están ofreciendo. ¿Quieres que me ocupe de eso?



–No, gracias. Pensé que esta vez a Jisoo le gustaría hacerlo, ya que está muy familiarizada con nuestro estante de revistas–. Chaerin le dirigió una sonrisa y un codazo hacia la puerta.



Bueno, si quisiera hacerse cargo del centro de asesoramiento algún día, tendría que manejar cosas como esta de vez en cuando. –Voy en camino.



Y en algún momento de esta semana, había algo más de lo que tenía que ocuparse. Llamaría a Jennie y arreglaría finalmente devolverle el anillo. Al menos podría resolver una cosa antes de firmar el contrato y comenzar un nuevo capítulo de su vida.



****

Rosé se secó la frente cuando la embestida de la multitud que necesitaba café para funcionar finalmente paro para pasar a un nuevo cliente cada pocos minutos. Si tuviera que preparar una más de estas ridículas órdenes, como "cinco bombas de avellana y cinco bombas de vainilla, pero evita la crema batida porque estoy cuidando mi figura, tendría un ataque de gritos" ella explotaría.



Winter señaló al último cliente que Rosé había servido. –¿Hoy no hay corazones de leche al vapor en los lattes? Nuestros clientes pensarán que ya no los amas.



–No me siento como para poner un pequeño corazón hoy–. Rosé limpió la boquilla de vapor de la máquina de café un poco menos suave de lo habitual.



–Uh oh–. Winter saludó al empleado que trabajaba en el turno de la mañana con ellos. –Ey, Josh, ¿puedes hacerte cargo por un minuto? Necesito hablar con mi hermana–. Sin darle a Rosé la oportunidad de protestar, la tiró al depósito. –¿Qué pasa? ¿Problemas en el paraíso?

Rosé tomó un caramelo de uno de los frascos, lo desenvolvió y se lo comió mientras pensaba en qué decir. Negar que algo estaba pasando no le haría ningún bien. Primero, Winter la conocía demasiado bien, y segundo, si ella y Jisoo se separaban oficialmente pronto, tal vez sería bueno si ella indicaba que tenían problemas para hacerlo más creíble más tarde.

–Vamos, hermana. Háblame–, dijo Winter cuando Rosé permaneció en silencio durante demasiado tiempo.

–No creo que vaya a funcionar–. Ella arrugó la envoltura en su mano.



–¿Por qué?–Winter se acercó con el ceño fruncido. –¿Pasó algo cuando estabas en Nueva York?



Una imagen de Jisoo con la cabeza echada hacia atrás en éxtasis pasó por la mente de Rosé. –Oh sí. Podría decir que sí.



–¿Qué fue?– Preguntó Winter. –¿Una discusión?



Rosé tomó otra caramelo y se lo comió para retrasar su respuesta. –No. Nada como eso. Yo solo ... no lo sé. Ya no sé nada.



–¿Quieres traducir eso para mí? Porque parece que estás hablando en acertijos–. Rosé suspiró ante eso. –Bueno, pase lo que pase, sé que no se trata de que te des cuenta de que no estás enamorada de ella–, dijo Winter. –Conozco esa mirada en tu cara–. Señaló. –Así me veía cuando me enamoré de Choi Yewon en octavo grado.



–Mierda–, dijo Rosé, un poco demasiado fuerte. –No estoy...– Se mordió el labio antes de poder agregar, 'enamorada de Jisoo'. Se suponía que Winter pensaba que estaba loca por Jisoo. Si era honesta consigo misma, sus sentimientos iban en esa dirección.

Sí, y es por eso que es bueno que termine pronto antes de que te sobrepases. ¿Cómo demonios las cosas se habían vuelto tan fuera de control tan rápido?



–No estás... ¿qué?– Winter le entregó otro caramelo como si la estuviera sobornado para que respondiera.



Lentamente, Rosé desenvolvió el caramelo y lo mordisqueó. –No estoy segura de que Jisoo y yo estemos en la misma página cuando se trata de nuestra relación. Lo que pasó entre nosotras ... no significa lo mismo para ella que para mí. Ya sabes–, dijo en voz muy baja,– últimamente, comencé a preguntarme si soy como mamá, siempre me enamoro de las personas equivocadas y acabo haciendo daño.



Winter resopló. –No eres como mamá. Sí, está bien, no ganaste exactamente la lotería de relaciones con tu ex, pero aparte de eso, tu historial no es tan malo. Seguro como el infierno es mejor que el mío. Me gusta un poco Jisoo. No es que haya podido verla mucho.



–También me gusta un poco–, murmuró.



–Um, Rosé–, gritó Josh desde el mostrador. –Hay un cliente que insiste en que le hagas su latte.



Winter la empujó. –Oooh. Parece que tienes un admirador.



Rosé arrojó los envoltorios de caramelos en el bote de basura y salió del almacén.



Su amiga Somi estaba apoyada contra el mostrador, sus gafas de sol se deslizaron sobre su cabeza. –Hola perdida. Lo siento, no hay admirador, solo soy yo–. Ella sonrió a Rosé. –No es que no te admire, por supuesto.



Rosé se rio entre dientes, su humor mejoró al ver a su amiga. –Lo siento, no llamé después de regresar de Nueva York. El fin de semana fue un poco ... um, agitado. ¿Cómo estás?



–Estoy genial.

Somi siempre decía eso, sin importar cómo estuviera. Pero ella se veía genial, no es que los síntomas de la EM siempre fueran visibles.



Rosé rodeó el mostrador y la abrazó.



–Entonces–, dijo Somi cuando Rosé regresó a la máquina de café espresso para preparar su latte , –¿Cómo estuvo Nueva York?

–Um, genial. El libro de Jisoo se va a publicar.



–Wow eso es genial. Dile que la felicito. Entonces, ¿qué más hiciste en Nueva York? ¿Viste algo, o te quedaste en tu habitación de hotel todo el tiempo?– Somi le dirigió una sonrisa burlona.



Rosé luchó contra un sonrojo.

–Estuvimos allí para una entrevista y una reunión con la editora, no para hacer turismo u ... otras actividades–. Después de una pausa, agregó: –Pero logramos ver algunas cosas.



Las imágenes del cuerpo desnudo de Jisoo, extendido debajo del suyo, surgieron en la mente de Rosé.

Somi se echó a reír. –A juzgar por el bonito color de tus mejillas, deben haber sido cosas bastante espectaculares.



–Um, sí, como High Line y el Empire State Building.



Somi la miró con complicidad, pero afortunadamente lo dejó ir. –¿Qué harán tú y Jisoo durante el Chuseok? Lisa y yo estamos invitando a algunos amigos: Chahee y Nate, Mino y Jiwoo, y algunos otros. Todos traen algo de comida. Ustedes dos son bienvenidas a unirse a nosotros.

Rosé se mordió el labio. Incluso si ella y Jisoo todavía estuvieran juntas ... um, fingiendo estar juntas pasado mañana, ¿querría Jisoo pasar el Chuseok con Rosé y sus amigas ahora que el contrato de publicación estaba casi firmado?



Por supuesto, ella siempre podía ir sola, pero no estaba de humor para mezclarse con todas estas parejas felices y explicar por qué Jisoo no estaba allí.



–Lo siento, ya tenemos planes–. Rosé odiaba mentirle a su amiga, pero ¿qué más podía hacer? Como todavía no tenía ganas de crear corazones, colocó espuma sobre el café con leche de Rosé antes de entregarlo.



Somi admiraba el arte latte. –Agradable. ¿Qué te debo?



–Nada–. Rosé le guiñó un ojo. –Simplemente no le digas a mi jefa. Es un poco tacaña.



–¡Hey!–Winter protestó desde donde estaba.

Somi se echó a reír y metió su billete de cinco dólares en la jarra de propinas. –Te llamaré este fin de semana. Tal vez podamos ponernos al día.



Antes de que Rosé pudiera responder, saludó con la mano, se bajó las gafas de sol y salió por la puerta con su latte.



Rosé gimió. Ponerse al día significaba que Somi trataría de hacer que hablara sobre cómo iban las cosas entre ella y Jisoo.

 Ponerse al día significaba que Somi trataría de hacer que hablara sobre cómo iban las cosas entre ella y Jisoo

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Mi prometida / ChaesooWhere stories live. Discover now