~¡Obedeceme! ~ Twilight // Emmett C.~ Seth C.

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Todavía nervioso, Emmett le pide al chcio que se ponga una venda en los ojos para no poder ver hacia dónde iban. Mientras tanto, Alex simplemente lo seguía, confiando incondicionalmente en su novio para llevarlos a su destino final.

Honestamente, no importaba si todavía estaban en el mismo estado o en otro continente; para él, lo único que importaba era estar con Emmett. Por supuesto, el oso lo sabía, pero aún quería hacer de este el mejor viaje de su vida porque ¿quién sabía cuándo volverían a tener un tiempo como este?

-Casi llegamos.- Emmet cantó; el camión saltaba y se balanceaba mientras conducían por lo que Alexander sólo podía suponer que era un camino rocoso. Sólo había podido vislumbrar dónde estaban antes de que lo condujeran al camión y le vendaran los ojos. Después de eso, todo lo que conoció fue la oscuridad.

Vale, eso es un poco dramático, pero ya entiendes la esencia.

Lentamente el vehículo se detuvo y Alex escuchó el sonido de la puerta del lado del conductor de Emmett abriéndose y cerrándose. Obviamente, el hombre saltó y estaba en algún lugar afuera; Lo más probable es que viniera él mismo a abrir la puerta del chcio en lugar de dejarlo salir solo.

Después de todo, era un caballero.

Bueno, al menos para su pareja.

Las sospechas del chico fueron respondidas cuando su puerta hizo clic y entró una brisa fresca. Desde que aterrizaron, Alex notó el aire frío; Sólo unos pocos lugares me vinieron a la mente al notar el familiar escalofrío.

Emmett tomó suavemente la mano del chico entre las suyas y al mismo tiempo guiaba al más pequeño fuera de la camioneta por su cintura.

Acompañó al chico un poco más, alejándolo del camión y por un sendero de grava. No pasó mucho tiempo, sólo unos metros más adelante y en ese punto el suspenso estaba matando a Alex. Sólo quería saber qué estaba planeando Emmett.

-¿Estás listo?- Se podía escuchar la sonrisa en la voz de Emmett mientras abrazaba a su compañero por detrás. Apoyó la barbilla en el hombro del chico; el más pequeño se rió cuando su mejilla se encontró con la del oso junto a la suya.

-¡Qu-Sí! ¡He estado listo!- Alex farfulló, asombrado de que su compañero le hiciera esa pregunta después de permanecer tanto tiempo con este premio tácito frente a él.

-¿En serio? Porque has estado en silencio durante la mayor parte del viaje. No sé si realmente estás listo.-

-¡Emmett!- Alex empujó al hombre juguetonamente, sonriendo ante las burlas del oso. Emmett se rió entre dientes y levantó las manos desde la cintura de Alex hasta la venda que rodeaba su cabeza.

Suavemente, el hombre besó la coronilla del chico y le quitó la tela de los ojos. Parpadeando, Alex dejó que sus ojos se acostumbraran a la luz y rápidamente su mirada se fijó en la belleza que era la casa junto al lago que se encontraba frente a él.

Si pudiera respirar, Alex juró que se le habría quedado el aliento atrapado en la garganta. El Hogar era una cabaña de madera a orillas de una gran masa de agua. Podría ser un lago, pero por lo lejos que se extendía, Alex estaba seguro de que podría ser un río. El muelle tampoco estaba demasiado lejos; a sólo unos pasos del porche de la cabaña.

Por lo que pudo ver, la casa tenía dos pisos. Las ventanas se alineaban en el piso inferior, mientras que una ventana singular abría todo el segundo nivel a la iluminación natural.

Y para mejorar las cosas, mientras Alex examinaba los alrededores, todo lo que podía ver eran altos pinos de Alaska.

-Los Denali me ayudaron a encontrar este lugar...- La voz de Emmett sacó a Alex de su sorpresa, el chico se volvió hacia el hombre asombrado.