~¡Obedeceme! ~ Twilight // Emmett C.~ Seth C.

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Carlisle los despidió con la mano, pero sabía que probablemente no lo habían visto. Eso estuvo bien, Rose volvería eventualmente, una vez que se haya calmado.

Dando la vuelta al lado del conductor, Emmett se subió a su asiento y encendió el auto. Alex ahora estaba revisando todas las canciones de su lista de reproducción, tratando de encontrar las mejores para escuchar primero.

Tocando la ventana del pasajero, Carlisle se acercó a su lado del auto y miró hacia adentro. El chico bajó la ventanilla para que el hombre hablara.- Alex, voy a necesitar que te mantengas en contacto conmigo.-

-No puedo hacerlo, jefe.- Emmett sonrió, inclinándose para saludar al médico afuera de la ventana de sus compañeros.- El objetivo de nuestras cortas vacaciones era tomárnoslo con calma, pero como alguien no podía ocuparse de sus asuntos, tuvimos que terminar nuestro viaje temprano. No esta vez. Estoy implementando una estricta regla de "no contacto".-

-Lo sé y lo siento por eso.- Se disculpó Carlisle.- Pero..-

-¡Ah-ah! Sin peros.- Emmett detuvo a los hombres rubios razonando.- ¡Sin contacto! Intentamos ignorar sus llamadas. Eso no funcionó, así que ahora han perdido todos los privilegios de llamada.-

Alex miró a su compañero, pensando que estaba siendo dramático, pero Emmett no retrocedió. Sin otro argumento, el chico suspiró y volviéndose hacia el médico.- Lo siento Carlisle, pero esto está fuera de mis manos.-

Emmett sonrió, arrancando el auto mientras se dirigía a Carlisle con una sonrisa arrogante.- Ya escuchaste al chico. ¡Mis reglas!-

Ya no quiero pasar por idas y venidas; el médico llegó a un acuerdo. Sabía lo importante que iba a ser esta escapada para los dos y no quería arruinarla como antes.

-Bien, lo dejaré.- Comenzó Carlisle, dándoles a sus hijos una sonrisa cálida y reconfortante.- pero consulten al menos cada pocos meses. No tienen que llamar, pero una carta de vez en cuando sería bueno.-

-Y nos dejaría saber cómo estás.- Esme intervino, entrelazando su brazo con el de su marido y sonriendo dulcemente a sus hijos.- Quiero escuchar todo sobre sus aventuras.-

-No creo que quieras escuchar todo.- El oso sonrió, riéndose para sí mismo.

Esme le dio esa habitual mirada desconcertada que tienen todas las madres.- Sabes a lo que me refiero, Emmett.-

El hombre continuó riéndose para sí mismo, encontrándose hilarante mientras los otros tres le dejaban tener su momento.

El chico se volvió hacia los dos padres y asintió. Pensó que era un trato justo por estar tan lejos y no tener contacto. Al menos entonces, todavía tendrían su privacidad y no serían bombardeados constantemente sino con llamadas telefónicas innecesarias.

-Creo que es una buena idea. Le enviaremos la dirección antes de apagar nuestros teléfonos.- Alex asintió y se abrochó el cinturón de seguridad.

Emmet se compuso e hizo lo mismo, poniendo el auto en marcha mientras él y Alex se despedían definitivamente.

-¡Esten a salvo!- Gritó Esme, ella y Carlisle se despedian del Jeep mientras salía del garaje. Fue un momento agridulce cuando vieron partir a sus dos últimos hijos, siguiendo a su hermano, pero fue sólo temporal. Ellos lo sabían.

Aún así, la casa ahora estaba vacía y simplemente no se sentía bien.

Alex vio cómo la casa de su familia desaparecía en su espejo lateral, desapareciendo tan pronto como Emmett llegó a la curva. Los árboles ahora llenaban su campo de visión, pasando rápidamente mientras se alejaban.