Capítulo 12

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Me encuentro en uno de esos momentos en los que deseas desaparecer del lugar de dónde te encuentras rogándole a la tierra que te trague y te deje a otro lado del mundo

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Me encuentro en uno de esos momentos en los que deseas desaparecer del lugar de dónde te encuentras rogándole a la tierra que te trague y te deje a otro lado del mundo. Un lugar tan alejado que ni tú propia sombra sepa quién eres.

Me encuentro deseando que un rayo caiga en este instante y acabe con todas esas personas que son despreciables en la vida.

Me encuentro pidiéndole a una nave alienígena que venga y se lleve al impresentable al que una vez llamé novio, y que le hagan tantos experimentos que lo dejen hasta más inútil de lo que ya es.

Sin duda hubiera aceptado cualquier cosa de esas de haber tenido la oportunidad.

Pero algo muy malo tuve que hacer yo en otra vida para que en ésta me de todos los momentos desagradables que me ha hecho pasar desde que puso a Sean en mi camino.

La mañana durante las clases había sido un día agotador.

Tras aguantar todos los comentarios acerca de mí, que ya ni se molestan en hablar a mis espaldas, tuve que lidiar con Robert, es un chico demasiado insistente sobre todo en hacerse mi amigo.

Admito que sus tonterías me entretienen a veces y me despejan la mente cuando mis compañeros se comportan como unos capullos, él siempre está conmigo y soporta todo lo que viene que no es poco, siempre dice que estoy tan sola como él y así nos hacemos compañía.

Y juntos es más divertido pasar los días.

En general una semana muy difícil. Mucho más después de esto.

El vuelco que me da el corazón por la alegría de ver a Rick esperándome fuera en la puerta del instituto se esfuma en el instante en el que el innombrable destila veneno haciendo que todos los alumnos se enterasen de todo lo que tenía para decirme, incluido Rick, que no deja de mirar en todas direcciones buscando quién es el capullo que dice tantas bestialidades sabiendo que se refiere a mí, dirige su mirada a mis manos las cuales tengo tan cerradas que cuando las abra me dolerán todos los músculos.

Los ojos se me humedecen y hago de toda mi fuerza por retener las lágrimas en ellos, sin poder evitar que algunas caigan porque son demasiadas, al igual que la importancia de no poder moverme ni contestarle como se merece.

Veo a Rick y me centro en él, no quiero escuchar más lo que Voldemort dice. Seguro que toda esta escena ocurre en cuestión de segundos, pero para mí se siente como si de horas se tratase.

Salgo del trance en el momento en el que Rick me obliga a mirarlo a los ojos, le tiemblan las manos que tiene sobre mi cara y sé que me habla porque veo sus labios moverse, pero no puedo oírlo a él, mi corazón bombeando con furia es lo único que mis oídos escuchan, todavía estoy congelada procesando todo lo que acaba de pasar.

Las dulces vocecillas que se abren paso por mis oídos dejando a un lado todo lo demás es lo que me trae de vuelta a la realidad y no puedo estar más feliz por tenerlos aquí a los tres.

Distrito 24Where stories live. Discover now