Lets go Party!

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Aioros se sentía cómo una mierda.

Las constantes peleas con su hermano le deprimían. A Aioria se le olvidaba que una vez tuvo catorce años tal y cómo él. Qué no eligió morir. Qué era un adolescente. Que tenía una vida por delante. Qué merecía disfrutar su segunda adolescencia.

A todos se les olvidaba eso. 

Y él no tenía de otra que tragarse su frustración y sus lágrimas.

Aún si aquello le rompía el alma y él corazón.

Aioros suspiro tembloroso. Notando que estaba lejos del Santuario y que si no volvía pronto lo regañarían. . . Otra vez.

Aioros se disponía a irse cuando un sonido llamó su atención. Sonaba cómo una bandada de cuervos chillando a lo lejos. Preso de la curiosidad, se acercó al origen del ruido, que estaba a un kilómetro de su ubicación original. Si, tenía buen oído ¿Y qué?

Al llegar, efectivamente, una bandada de cuervos atacaba a una chica fornida que se le hacía muy conocida.

-¿Clarisse?- exclamó incrédulo. Aioros había conocido a Clarisse La Rue en el Inframundo, durante su tiempo cómo sirviente (maid) de Pandora. Clarisse era la Pretora de la cuarta legión del Ejército de Ares. Los Berserkers. Su legión, la legión de la llama, era la cuarta legión y era la única mujer hija de Ares dirigiendo el ejército. Los otros tres eran una hija de Belona, sus hermanos Deimos y Fobos y uno de Poseidón respectivamente. 

Su relación era algo. . . Extraña. Clarisse le buscaba pelea cada cinco minutos y siempre que estuvo herido o cambiándose de ropa, Clarisse siempre montaba guardia en su puerta.

Se podría decir que eran amigos. Unos amigos muy raros que se mataban a la primera oportunidad.

Por esa amor-odio, Aioros uso su arco de cosmoenergia y disparó a toda aquella bandada de cuervos, que detallándolos bien, eran gigantes y con garras rezumándoles veneno.

Clarisse se sorprendió al ver las flechas, pero al verlo gruñó y acabo con los restantes con su espada. Al ver que no se habían más ni acercándose, ni por los alrededores, así que se acercó a Clarisse deshaciéndose de su arco. Aioros y Clarisse se mataban a golpes y cosmos. No con sus Armas.

-¿Que mierda hacer aquí, gamberro?- gruñó fulminándolo con la mirada.

Encantadora.

-Nada, estaba caminando y me salí del paso. ¿Y tú? ¿Qué haces por estos lares? Esto es territorio Ateniense prima- dijo con tono tranquilo. Clarisse soltó una carcajada estruendosa. Sorprendiendo al arquero.

-¿Territorio ateniense? Ja! Estás tonto niñera. Esto es territorio Espartano. Andas volado, gamberro- se burló.

Aioros abrió los ojos espantado y soltó una maldición. Debía volver pronto o se metería en muchos problemas. Se dio la vuelta dispuesto a irse, pero no dio ni diez pasos antes de sentir el impacto de una piedra en la nuca.

El arquero se volteó a ver a la Berserker completamente irritado-¿Que coño pasa contigo, pendeja?-

Clarisse le enseñó los colmillos en un gruñido, causando que en un acto reflejo Aioros enseñara los suyos en amenaza. Cualquiera que los viera pensaría que eran dos bestias gruñéndose, listas para abalanzarse sobre el otro a la menor provocación, se miraron fijamente y retrajeron sus fauces antes de soltarse a reír como desquiciados.

-Ya en serio, ¿Qué haces aquí?-pregunto Clarisse guardando su espada que se convirtió en un anillo de plata.

Aioros suspiro abrumado, causando que Clarisse ladeara la cabeza curiosa. Como una gran leona observando su aperitivo de media tarde.

¡FELIZ CUMPLEAÑOS AIOROS!Where stories live. Discover now