6 - Cerca de nuestro hijo

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Vegas estaba de pie en aquel salón privado. Sus manos temblaban, su mirada viajaba en todas direcciones asegurándose de que el personal del restaurante haya hecho todo tal cual él lo pidió. Esa cena seria decisiva. Sabía que Pete no estaba muy conforme con esa idea, originalmente almorzarían, pero las cosas se complicaron y la cena fue la mejor opción. Viendo hacia el gran ventanal del techo noto como la lluvia seguía cayendo, los chapoteos junto al continuo paso de los minutos lo ponían nervioso ¿Podría verlos esa noche?

Él sabía que las cosas eran diferentes ahora, no podía evitar pensar en todo lo que estaba en juego. Hace un par de meses él buscaba al amor de su vida, estaba decidido a encontrarlo otra vez aun si le tomase una década más. Hace unos días cuando supo que Pete regreso, estaba decidido a arrastrarse y hacer lo necesario para conseguir su perdón y tener a su omega con él, por siempre. Pero ahora... ahora había mucho más en juego. Un cachorro, su cachorro, era algo tan bello e importante que temía arruinarlo ¿Qué tanto sabia él de ser padre? No había pensado en la posibilidad hasta que reencontró al pelinegro, sin él ni tenía sentido imaginarlo, pero ahora... ¿Podría hacer las cosas bien?

Fuera del gran edificio Pete se mostraba nervioso. Había llevado al pequeño con él, sus padres lo alentaron diciendo lo importante que seria, pero aun no estaba seguro de como saldría todo. Viendo el enorme sitio al otro lado de la ventana del coche se sintió nervioso, el restaurante estaba en la planta baja de un gran hotel de lujo, todo de primera calidad, todo... de los Theerapanyakul. Era una locura, pero de alguna forma sus vidas se habían alineado así, y ahora su pequeño estaba junto a él, apretando su mano y llamando su atención.


-¿Papi?- dijo viéndolo de lado, Pete tuvo que sonreír. El pequeño había insistido en verse bien, quería impresionar a su papa alfa, por lo que le pidió ropa como la de papi. Viendo Pete su pantalón negro formal y una camisa blanca sencilla, opto por una camisa marrón y unos pantalones negros para el pequeño, este parecía contento con ello. – papi ¿Can you heard me?

-si amor, perdón ¿Qué pasa?- el auto ya estaba apagado, la lluvia caía con fuerza, pero apenas podía iniciar su idea para salir.

-¿No entramos? Quiero ver a papa alfa.

-ya vamos amor- soltó un pesado suspiro inclinándose hacia él- sabes... que esto es por vos ¿Verdad? Nosotros... nos reunimos para que puedan conocerse- el pequeño lo miro como si no terminara de entenderle- lo que quiero decir es... que si queres irte, en cualquier momento... lo hacemos.

-papi- dijo con el ceño fruncido- pero yo quiero entrar.

-lo se amor, solo... vamos.


Bajo del coche y corrió hacia el otro lado, un empleado del restaurante corrió hacia ellos con un paraguas que sostuvo mientras Pete bajaba al menor. Al entrar al restaurante agradeció al hombre, acomodo a su pequeño y avanzo hacia la recepción. Solo tuvo que decir su nombre para que la recepcionista lo derivara a uno de los cuartos reservados especiales. Cada paso fue lento, pesado, su mente estaba llena de miedos ¿Saldría bien, se llevarían bien, podría Venecia aceptar a Vegas? Cuando se detuvieron frente al cuarto privado soltó un nuevo suspiro y abrió, la imagen que lo recibió lo dejo boquiabierto.

Vegas había puesto mucho esfuerzo en ese lugar. Se encargó de conseguir decoración en tonos azules, blancos y marrones, dado que Pete había mencionado... eran los favoritos de Venecia. A un costado había hecho colocar algunos regalos que sintió en la necesidad de comprar y ordeno servir comida de todo tipo, haciendo hincapié en traer cosas que los niños aman comer.


-¡Wow! - Venecia vio asombrado el gran sitio, su mirada se paseó por todo el sitio antes de ver al hombre que se giró, viéndolo de frente- papi...papi- tirando del agarre de Pete el pequeño alzo su pequeño dedo apuntando a Vegas- ¡Es igual a mí!

Tupananchiskama (Vegaspete)Where stories live. Discover now