Hefesto-El último campeón de los dioses.

Capitulo 2

Capitulo 2.

Las pequeñas gotas de lluvia caían junto con poderosos rayos dando un presagio de lo que iba a ocurrir.

Los vientos comenzaron a agitarse violentamente creando huracanes los cuales arrasaban con todo lo que se le ponía adelante.

Pero todo eso cesó, primero la tierra tembló luego un estruendo en medio de todo el caos una onda expansiva de aire comprimido arraso y puso fin a todo.

Apartando las nubes de la tormenta y neutrilizando los tornados levantando piedras y arrancando árboles desde sus raíces y casas a un rango de veinte kilómetros limpiando el área y dejando solo tierra plana.

A varias millas de distancia una montaña se izo añicos por el aterrizaje del dios herrero el cual junto con Sun Wukong habían salido disparado hacia atrás por la fuerza del intercambio inicial de fuerza.

Hefesto se levantó entre los escombros de piedra de tierra que lo sepultó por lo repentino impacto en la montaña, se sacudió la tierra con su mano libre mientras expeciono su arma la cual solamente quedaba el mando de su muñeca.

El Herrero sacudió su mano tirando al suelo su arma rota , había recreado a su arma de su niñez para medir la fuerza de Sun Wukong  y por lo fácil que era recrearnos en mente y forjarlo en el plano físico con su magia a diferencia de sus armas forjadas atraves del tiempo.

Pero no espero que su arma se rompiera tan solo el primer intercambio realmente había subestimado al demonio.

La piel del herrero se le erizo en respuesta al peligro y instintivamente alzó sus brazos en respuesta, "¡Expandete Rú Yì Bàng!".

La voz llena de ira se escucho desde varios kilómetros de distancia y sin tiempo al pensamiento el báculo sagrado que empuñaba  como arma el demonio se expandía hasta golpear de lleno en los brazos del dios herrero.

"¡Argh!" El Herrero abrió sus ojos por el repentino dolor de sus antebrazos al contacto con el extremo del baculo la fuerza fue tal que lo arrastro con atravesando la montaña y con lo que e interponiera en su camino de expansión.

Tratando de salir del camino del bastón el Dios aplico sus fuerzas en sus piernas hundiendo sus pies en el tierra y combatiendo la fuerza con fuerza pero fue en vano cual esfuerzo de contrarrestar el arma fue inútil por lo que simplemente en un acto de salir del camino izo lo mismo pero esta vez giro su cadera y giro sobre sus pies saliendo del camino.

Hefesto había sido arrastrado a las afuera de la zona rocosa hacia un amplio campo ciento cortado por una carretera de tierra aplastada dirigiendo a un par de varios cientos de metros de distancia se encontraba lo que parecía ser una capital por lo expansióso y grande de lo que se podía ver desde la distancia.

El báculo sagrado se detuvo cuando el herrero se izo a un lado pero en respuesta de la misma manera de la expansión de este se contrajo y retrocedió a una velocidad que izo que el Herrero arqueara una ceja.

Su expresión de sorpresa duró poco cambiándola a una rígida al sentir un fuerte hormigueo recorrer su columna hasta recorrer por todo su cuerpo.

Al instante Sun Wukong recorto la distancia dando un poderoso salto con la ayuda de su arma extensible aterrizando a una distancia considerable de Hefesto.

Sus pies se hundieron en la tierra creando un pequeño cráter haciendo una leve presión en aire golpendo a Hefesto y moviendo el pasto en el proceso.

Por encima del Dios nuevo mente se formaron las nubes ocultando el cielo azul y nuevamente iniciando una lluvia fría cargada de truenos a los lejos.

Sun Wukong se levantó del cráter que había aterrizado de cuclillas a estar parado de tu a tu con Hefesto colocando el báculo descansar en su hombro dio el primer paso.