Capitulo 14

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Vegetta

Me desperté con mi brazo agarrando la cintura de Rubén, y con nuestras caras tan pegadas que notaba su respiración. En otro tiempo me hubiese alejado y le hubiese cantado las cuarenta, pero ya no, lo ultimo que quería era alejarme.

Tenía el pelo despeinado y se le notaba tan tranquilo que me dio envidia. Sonreí, y entonces a el también se le escapo una sonrisa de boca cerrada lenta, que provoco que me sonrojase.

Aparte la mirada por la vergüenza, y entonces el me agarro del mentón haciendo que nuestras caras volviesen a estar a menos de un centímetro.

- Buenos días - dijo con voz ronca. Dios, que voz.

- Bu-buenos d-días - dije tartamudeando. Joder. No me salían las palabras.

Se estiro y se puso boca arriba. Por intuición decidí hacer lo mismo. Estaba muriéndome de la vergüenza. Joder, estaba demasiado guapo recién despierto. Por miedo al rechazo, pasados 5 minutos de nuestra conversación me puse serio y decidí levantarme.

- Bueno, pongámonos en marcha, no nos queda mucho para llegar a Karmaland - dije más serio de lo que quería sonar.

Rubén simplemente me miró confundido pero decidió no decir nada y levantarse. Se lo agradecí. Creo que si hubiese dicho algo me hubiese disculpado por todo lo de ayer y me hubiese puesto a llorar.

No se en que momento ha conseguido marcarme tanto y hacerme sentir tan vulnerable cuando estaba con el, pero no es que me gustase mucho. Cuando dejas que entren a tu corazón estas dejando que esa persona pueda destruirte en cualquier momento, pero como confías en ella no piensas que lo hará jamás. Eso pensé yo...

Sin darme empecé a tener los ojos llorosos, y mire a Rubén, el cual llevaba mirándome no se cuanto rato, y se percato que no me encontraba bien. Antes de que pudiese decir o hacer nada, cogí mi mochila y salí de la tienda de campaña como una bala. Rubén no me siguió y se quedo en la tienda, y yo fui a despertar a las chicas.


Comenzamos el camino de vuelta a casa. Por fin volveríamos a juntarnos con todos. Por fin podría estar lejos de ese chico moreno que hacia que todos mis músculos se tensasen y me sonrojase a la mínima que me decía una cosa bonita. No era desagradable estar con el, ya no, pero sentir cosas que no quería volver a sentir miedo, miedo a que me hiciesen daño. Otra vez no. 

Akira y Nieves iban hablando entre ellas, y andaban dándose la mano. Yo ya lo sabia, no era difícil darse cuenta como cuidaba Akire a Nieves, o como la miraba, la admiraba, la miraba como si fuese la única persona que hay en el planeta. Eran felices, y aunque no me lo hubiesen dicho, se que no era porque no quisiera Akire, si no porque Nieves tiene miedo, miedo al rechazo de enseñarle al mundo como se siente, y que es lo que de verdad le gusta. Te entiendo tanto Nieves...

Miré a Rubén mientras andábamos, estaba cabizbaja. Lo notaba triste, y mi corazón y mi cabeza empezaron a tener un debate, y sin darme cuenta lo había alcanzado.

- ¿Estas bien? - le pregunté mirándolo y esperando su respuesta y su mirada.

- He tenido días mejores la verdad - me dijo el sin siquiera mirarme.

No estaba seguro de si estaba bien lo que iba a hacer pero lo hice igualmente.
Me puse delante de el y lo obligue a que se detuviese.

- ¿Qué he hecho? 

- Samuel creo que no es este el momento, no quiero hablar de ello - me dijo esquivándome y continuando el camino.

Yo decidí no rendirme y le agarre del brazo justo cuando pasaba por mi lado.

- ¿Te ha sentado mal lo de esta mañana? - inquirí.

- Samuel déjalo ya - me dijo elevando un poco más el tono de voz y llamando la atención de las chicas.

- No, no pienso dejarlo, quiero que lo solucionemos, así que habla - le dije elevando el tono al suyo.

- HE DICHO QUE NO QUIERO HABLAR, JOD... - empezó a gritar pero le corte acercando mi cara a la suya y juntado nuestros labios en un beso lleno de rabia y cariño.

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⏰ Last updated: Dec 17, 2023 ⏰

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