Cuentos de una abuela

6 5 0
                                    

Ayer recogiendo un armario de cosas viejas encontré una caja polvorienta. En el interior habían varias piezas de porcelana rotas, viejos juguetes y un antiguo reloj de bolsillo.

Pude observar en el fondo una cajita de música que al abrirla sale una bella bailarina.

Junto a la cajita encontré algo, al verlo de mis ojos brotaron lágrimas de nostalgia, tristeza y alegría. Eran tres rosas rojas ya marchitas, pero a pesar de estarlo seguían siendo tan bellas como aquel día.

Hace ya al menos 10 años que las había perdido de vista. Llegaron a mis manos en una hermosa noche de tormenta. El aroma a lluvia inundaba el aire y eso me encantaba.

Recuerdo era mi cumpleaños, y por la puerta de la cocina entró mi amado con tres rosas en la mano. Recuerdo haberme alegrado tanto que casi salto de alegría.

Caminé hacia él y lo abracé fuertemente. En ese momento no sabía que ese sería uno de los últimos abrazos que le iba a dar, pero eso ya es otra historia.

-Abuela, ¿las tres rosas de las que hablas son las que están sobre la mesa?

-No corazón, estas son unas nuevas, ahora alístate y vamos al cementerio a visitar al abuelo.

Recortes de mi AlmaWhere stories live. Discover now