Capítulo diecisiete

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Daemon

-Buenas noches, boss-me saludan y lo devuelvo con asentimiento de cabeza.

La música en vivo proveniente de mi mejor vocalista llena cada estancia de mi mejor negocio, un burdel conocido por la Bratva donde vienen los más importantes hombres de Rusia y del resto de mundo. Para mi trabajan las más hermosas mujeres siendo las mejores putas de Rusia y obviamente no pueden faltar el más exquisito whisky para mis clientes.

Ignoro por completo a las mujeres que creen que vengo a pedirles un servicio, he tenido en la mayoría a todas contra mi escritorio en la oficina.

La música deja de oírse en el momento que cierro la puerta, la habitación es insonora por lo que nadie puede oír lo que pasa aquí adentro y yo no puedo oír nada de afuera.

Sirvo una copa de mi bourbon favorito y le coloco tres hielos, lo llevo a mis labios y tomo un ligero trago deteniéndome a observar las pantallas que transmiten en vivo lo que sucede en mi casa. Pero solo me concentro en una pantalla en específico, dónde sale ella.

Aurora está en el jardín en compañía de León, son casi las nueve de la noche y ambos están disfrutando de una velada bajo las estrellas, ambos están sobre una sábana y acostados mientras ella sostiene entre sus manos el libro favorito de León.

Quiero que se adapte a la casa.

Que se acostumbre a la presencia de León.

¿Pero porqué razón?.

La puerta es tocada y salgo de mis pensamientos mirando hacia la pantalla que muestra la entrada de mi oficina. Mis dos guardias están allí y Sasha está esperando.

Presiono el botón que da acceso a la puerta y tomo asiento en mi sofá de cuero rojo.

Sasha entra contorneando sus caderas y observo como le queda el vestido color rojo que ha elegido hoy. Siempre trae algo rojo, o las uñas, tacones, vestidos e incluso ropa interior.

Es una forma de querer llamar mi atención pero me aburre, en ella me aburre completamente.

-Estoy ocupado ahora, ¿Qué quieres?- soy directo mientras termino de beber el contenido de mi whisky.

Abrí mi iPad ignorando su presencia.

No puedo dejar de olvidar que le 0erdinenla vida hace cuatro meses y aún así ella sigue queriendo volver a no se qué.

Cómo dije antes, me aburre.

-Creí que podríamos hablar.

-¿Hablar?- alzo una ceja- ¿Qué podría yo querer hablar contigo?.

-Ya sabes, Falcone, negocios- se pasea hasta sentarse en el mueble al otro lado de mi escritorio.

Cruza sus piernas dejando a descubierto piel y observo su patética forma de llamar mi atención.

-No estoy de humor.

Ella se levanta - eso podría resolverse- se inclina lentamente hasta poner sus pechos sobre la madera del escritorio, no es la primera vez que intenta hacer que me la folle.

-Gracias, pero tengo a otra mujer quien podría quitarme mi mal humor y no eres tú - ataco y observo el dolor, el enojo fusionado en sus ojos hasta que se levanta.

-Eres una...- levanta su brazo con la palma abierta.

¿Qué se cree?

Soy más rápido y la tomo del brazo, me levanto y me la llevo conmigo contra la pared pegándola con fuerza en ella.

-No tomes en juego mi paciencia, Sasha, la próxima vez que intentes golpearme te cortaré la mano y se la daré de comer a mis perros.

Sus ojos se llenan de lágrimas y la suelto el doble de molesto ahora.

Beautiful Monster Where stories live. Discover now