CAP 2: Recuerdos no gratos

82 8 0
                                    


—Mamá, ¿Te encuentras bien?
Está era la quinta vez que Kane preguntaba cómo se encontraba Nyoko.

Habían transcurrido dos días desde que Nyoko hizo las pases con Hyoga. Sin embargo, en la madrugada del día de ayer, Nyoko empezó a sentir malestares y muchas náuseas, por lo que Magma estuvo ayudándole trayendole agua y cubetas limpias para que vomitaras en ella.

Sin embargo, está mañana, se sentía indispuesta, por lo que solo asintió nuevamente para tranquilizar a su niño, percatándose que solo Kane estaba en la habitación.

—Magma fue a traerte más agua junto a Hisui mientras que Mirai y Taji fueron a ver a Tsukasa—respondió ante la mirada de su madre.

Nyoko sonrió y con ayuda de su niño, logró incorporarse, sintiendo unas ganas inmensas de vomitar, pero logró detenerlas a la vez que Kane le pasaba un vaso con agua.

Y fue entonces que volvió a toser tras atotarse con un poco de agua, preocupando más a su niño.

Nyoko sonrió para tranquilizarlo, cosa que no funcionó, por lo que optó a decirle que la llevara con François, explicando que tal vez ella recordaba algun remedio para su malestar.

—Solo no te sobrelimites—dijo y Nyoko asintió, empezando a caminar con Kane por el largo pasillo.

Sin embargo, el constante movimiento del navío, provocó que Nyoko se marée más, por lo que optó por apoyarse en la pared mientras un sudor frío recorría por su frente.

«No creo que lleguemos con François en ese estado» pensó Kane preocupado antes de ayudar a su madre a sentarse en el suelo. Posterior a eso, Kane expresó:

—Volveré con François, quédate aquí mientras regreso, trataré de ser rápido—Nyoko asintió sin oponer resistencia mientras se forzaba por sonreír con una lente respiración.

Luego de eso, Nyoko sintió un par de sus pastillas en su mano izquierda, minutos antes de que su niño saliera corriendo por el largo pasillo, perdiendolo de vista cuando giró en una esquina.

Una vez que sintió que estaba sola, soltó un quejido adolorido conteniendo sus ganas de vomitar, por lo que tras unos segundos dio una mirada a las pastillas en su mano. Tres, eran tres pastillas en total y un pensamiento loco pasó por su cabeza tras analizarlo por unos minutos.

Nyoko era conciente de la dosis que debía de tomar cada día; sin embargo, los dos últimos días pudo sentir que la dosis ya no era tan efectiva como en un inicio.

Pensando en su próxima acción, dió un largo suspiro y en un solo movimiento tomo las tres pastillas de golpe, experimentando una reacción dolorosa en su pecho que duró unos segundos. Luego, trató de incorporarse y el movimiento brusco de la marea del mar, provocó que Nyoko perdiera el equilibrio, chocando su hombro derecho estrepitosamente con la pared contraria del pasillo.

Adolorida, trató de recuperar el equilibrio, sintiendo poco a poco un escalofrío recorriendo su espalda, teniendo como consuelo la pared blanca frente a ella. Nyoko tragó saliva mientras sus piernas temblaban y su corazón latía a mil por hora.

Por extraño que pareciera, Nyoko temía de voltear, su instinto le decía que estaba en peligro y rápidamente se le dificultaba respirar; y, cuando estaba a punto de autotranquilizarse, sintió una mano tocar su hombro por detrás que la hizo girarse rápidamente pegando un fuerte grito; a la vez que su pie tropezó con el otro, cayendo de espaldas mientras veía como el frívolo rostro de una mujer rubia se desvanecía, dejando ver que era Ginrou preocupado antes de que su vista se nublara.











(***)








Una habitación oscura fue alumbrada en un parpadeo, Nyoko podía ver una figura femenina que portaba una bata blanca que traía consigo un carrito médico hacia ella.

Sin entenderlo de todo, la mujer cortó la distancia entre ellas y se colocó unos guantes para luego coger una jeringa de dudosa sustancia, dándose cuenta ahí mismo de que estaba postrado, atada y amordazada en una silla reclinable. Nyoko trató de liberarse, sintiendo otro par de manos que inmovilizaban su brazo derecho para que así la mujer que tenía la jeringa pudiera inyectarle.

Fue entonces que despertó bruscamente desde su cama, cayendo de ella y siendo su cabeza atrapada por Ryusui.

Cuando la mirada de ambos hermanos se encontraron, Nyoko empezó a llorar.

—Oyuki—susurró antes de acomodarla entre sus brazos, notando como se aferraba a él como si se fuera a desvanecer.

Mientras las lágrimas caían sin cesar, pudo sentir como el cuerpo de su hermana temblaba.

«Menos mal los convencí para estar a solas» Pensó frotando suavemente la espalda de su hermana. Esta situación le hacía recordar a las primeras noches de su niñez cuando Nyoko había llegado hace poco a su casa.

Poco después, Senku lentamente entró a la habitación con un rostro preocupado, viendo cómo Nyoko se aferraba a su hermano; por lo que Ryusui, giró un poco el cuerpo y la cabeza en dirección a Senku.

—Dale unos minutos—pronunció Ryusui con tranquilidad y Senku asintió con el rostro preocupado viendo cómo Nyoko ni se inmutó ante el movimiento de Ryusui a su presencia.

Tanto Senku como Ryusui, se les partía el corazón ver tan vulnerable a su amiga; sin embargo, al no saber que la puso así, lo único que les quedó fue esperar a que su amiga se calme y les cuente la situación.

Una vez que Nyoko pudo tranquilizarse, se dió cuenta de la presencia de su amado y se avergonzó de que la encontrara llorando en los brazos de su hermano.

Así que, tímidamente le sonrió mientras se limpiaba las lágrimas con el dorso de su mano. Nyoko sabía que la presencia de ambos solo significaba que ambos tenían noción de la situación en la que ella se encontraba; aún le costaba acostumbrarse al hecho de tener más personas que velaran por su bienestar, por lo que dudaba de contarles acerca de su pesadilla. No obstante, Ryusui tomó su mano con delicadeza, sintiendo su apoyo y consuelo.

Nyoko sonrió ante su gesto y giró a Senku sonriéndole también antes de soltar el agarre de su hermano, era reconfortante tener nuevamente a su hermano, sin embargo, no les quería poner más carga en sus hombros, ahora se encontraban en una nueva e importante misión, contarles lo que le asustó, causaría retrasos innecesarios, así que, procedió a contarles que tuvo una "pesadilla", explicando que era la primera vez que tenía de tiempo y que le asustó, empezando así a restarle importancia al suceso dandoles una de sus características sonrisas para dar por finalizado el tema.

Nyoko sintió nuevamente el agarre de su mano, suspiro, al parecer no iba a librarse del interrogatorio de ambos chicos. Por lo que solo sonrió una vez más a su hermano y con ayuda de él, ambos se pararon.

Cuando la mirada de ella y de Senku se cruzaron, él intentó pronunciar su nombre pero ella fue más rápido y posando sus finos dedos lo interrumpió, dándole un beso en su mejilla y se escabulló del lugar poco después.

—Es muy astuta—comentó Ryusui con una sonrisa en su rostro—, ¿La vas a seguir?

—Lo más probable es que no quiera compartirlo todavía, sería una pérdida de tiempo ir ahora, lo único que conseguiría es que me evite por el resto del viaje.

Ryusui soltó una pequeña risita, era verdad, sin embargo, por lo poco que pudo notar, es que podría conseguir algo de información mediante otras personas cercanas a ella.


-------------------------------------------------------
----------------------------------------------

Gracias por leer ^^

Esto es irracional: GraciasWhere stories live. Discover now