Capítulo 3: Gabriel

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GABRIEL

La luz tenue del atardecer se filtra por las ventanas de mi oficina cuando finalmente cierro el portátil y me preparo para salir. El día ha sido largo, lleno de reuniones y negociaciones en mi empresa de seguridad privada. Pero justo cuando estoy a punto de apagar las luces, mi teléfono vibra con un mensaje.

Es Jacob, en el grupo de amigos.

Jacob: Chicos, cena en mi casa esta noche. Quiero presentaros a alguien.

Jacob: No os preocupéis, no estoy comprometido ni nada por el estilo😏.

Jacob: Es mi hermana.

Mike: JAJAJAJA me había asustado.

Chris: Mike y yo estamos tomando algo, vamos para tu casa en nada.

Sonrío ante la broma de Jacob y me dirijo a mi coche rápidamente para llegar antes que ellos y coger el mejor sitio en el aparcamiento de la casa de Jacob, por que no sería la primera vez que Mike casi me ralla el coche intentado aparcar.

Llego a la casa de Jacob y, como predije, encuentro el mejor lugar de estacionamiento. Mi coche es mi tesoro, y no dejaré que nadie lo amenace, ni siquiera Mike con sus intentos torpes de aparcar.

Entro en la casa y siento el aroma tentador de la comida flotando en el aire. Jacob me espera en el recibidor.

—¡Gabriel! —me saluda Jacob con entusiasmo. —Qué bueno que llegaste temprano.

—No podía dejar que Mike arruinara mi coche otra vez intentando aparcar. —respondo, ganándome una mirada cómplice de Jacob.

Mike y Chris llegan poco después, haciendo que nos giremos hacia la puerta por el ruido del motor de Mike, que se escucha a calles de distancia. Mike es un apasionado de los deportivos.

—¡Y aquí viene Mike, probablemente a punto de hacer un show de estacionamiento! —comenta Jacob, riendo.

Chris abre la puerta de un golpe seguido por Mike que aparece con una sonrisa de triunfo, ambos entran riendo. Saludan efusivamente y comentan sobre la belleza del atardecer que apenas pueden ver por la oscuridad que ha caído en la calle.

—¿Hiciste algún récord de velocidad en el camino? —bromea Jacob.

—Solo un par de carreras amistosas. —responde Mike con orgullo, estrechando la mano de Jacob.

Chris y yo intercambiamos miradas divertidas. Nunca deja de sorprendernos la pasión de Mike por los coches.

—Mike, si vuelves a intentar aparcar como un maniático, me aseguraré de que tu próximo coche sea un juguete de plástico. —bromeo, lanzándole una mirada desafiante.

—¡Eh, no es mi culpa que las calles estén tan estrechas! —se defiende Mike entre risas, aunque todos sabemos que su habilidad para aparcar es tan buena como las habilidades culinarias Jacob, es decir, nula.

Chris, siempre el pacificador, nos interrumpe.

—Bueno, bueno, dejemos las bromas para más tarde. ¿Qué es ese olor a comida? ¿A quien amenazaste para que cocine? - bromea mirando fijamente a Jacob.

—¡Hoy la chef es mi hermana, Calathea! Está en la cocina. ¡Vamos! —anuncia Jacob con orgullo.

Al entrar en la cocina, me quedo boquiabierto por un momento. Calathea está ahí, concentrada en la cocina, y mi aliento se queda atrapado en mi garganta. Es como si el tiempo se detuviera por un instante. Su figura elegante y segura se mezcla armoniosamente con el ritmo de la cocina. El pelo negro cae en cascada sobre sus hombros, y sus ojos verdes brillan con concentración mientras manipula los ingredientes con gracia.

No soy un hombre que se deje impresionar, pero su belleza es indudable. Probablemente sea la mujer más guapa que haya visto en mi vida, y he visto muchas.

Me recompongo, intentando mantener la compostura mientras avanzamos hacia ella.

Jacob la presenta con orgullo.

—Chicos, ella es Calathea, mi hermana. Calathea, ellos son Mike, Chris y Gabriel.

Calathea se gira hacia nosotros con una sonrisa amistosa, y mi corazón da un vuelco. La luz de la cocina resalta su piel bronceada y resalta sus rasgos elegantes. Sus labios esbozan una sonrisa acogedora.

-Hola a todos. —saluda Calathea, su voz suave resuena en la cocina.

—¡Hola Calathea! —responde Mike, con una sonrisa de oreja a oreja. —Si cocinas tan bien como luces, estamos en un festín esta noche.

Calathea se ríe con gracia.

—Eso está por verse.

Yo intervengo, rompiendo el hielo.

- ¿Qué nos tienes preparado?

—Nada del otro mundo, solo un pequeño toque ruso. —responde ella con modestia.

- ¿Eso que veo ahí es pelmeni? Mi madre lo hacía cuando era pequeño - los ojos de Chris brillan.

- ¡Eres Ruso! - Calithea exclama con sorpresa al notar el evidente acento de Chris.

—Sí, nací en Rusia, pero llevo mucho tiempo aquí —responde Chris con entusiasmo —Y esos pelmeni se ven increíbles.

Calathea sonríe.

- Chicos vamos a poner la mesa - interrumpe Jacob - No puedes hacer tú todo Cal - Calithea pone mala cara pero no dice nada.

Asiento y observo en silencio mientras Calathea continúa con su tarea, completamente ajena a nuestra presencia. No puedo evitar notar la facilidad con la que se mueve, la confianza con la que maneja los utensilios de cocina y la gracia con la que combina ingredientes.

- Venga vamos al comedor - Jacob se gira para salir de la cocina.

Asiento nuevamente y nos dirigimos al comedor. Mientras colocamos los platos y los cubiertos, Mike y Chris se sumergen en una conversación sobre Calithea.

—No puedo creer que no nos hayas hablado de ella antes — dice Mike .

—Calathea es un poco reservada, así que no hablo mucho de ella. Espero que la aceptéis ahora que vive conmigo —Jacob hace un gesto hacia la sala donde Calathea está recogiendo algunos platos.

—¡Claro, aceptarla será un sacrificio terrible! Pero lo haremos por ti, Jacob - comenta Mike, siempre bromista.

—Chicos, Calathea es mi hermana, no olvidéis eso. No estoy dispuesto a ser cuñado de ninguno de vosotros —bromea Jacob, pero su tono deja claro que lo dice en serio.

Eso nos hace reír a todos.

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⏰ Última actualización: Nov 22, 2023 ⏰

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