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Tu padre era capitán de policía a cargo del Departamento de Policía de Raccoon City y tú eras su único hijo, lo que significaba que te traería allí con él. No te importó porque sabías que tu papá solo quiere que estés a salvo. Con mucha gente en el departamento, León era el que te brindaba más atención, más bien especial, a medida que pasaba el tiempo. Todo empezó con reuniones incómodas, conociéndose hasta cosas más sexuales, sin que tu papá lo supiera... en absoluto.
Aquí ahora estaban ambos en la oficina de León.
"No deberíamos estar haciendo esto ahora... señor", gemiste mientras bofetadas húmedas y descuidadas llenaban el aire, sus gruñidos entrecortados se podían escuchar cerca de tu oído. La forma en que su polla entra fácilmente dentro de ti, es como si tu pequeño coño estuviera perfectamente hecho para ello. "Y sin embargo... aquí estamos", murmuró antes de follarte más rápido, más fuerte contra su escritorio, con la mano en tu boca para amortiguar tus ruidos. "shhh, cállate... tus gemidos de puta son para mí y sólo para mí, para escuchar. ¿Entiendes?" .. aunque fue rápido, íntimo y apasionado, se aseguró de hacerte sentir bien, tan tontamente bien. "Oye. ¿Me escuchaste? ¿O eres demasiado tonto?" Te jaló el cabello hacia atrás, haciéndote mirarlo. Dios, cómo se veía tu cara tan estúpida, la salvia cubriendo completamente tu barbilla y el sudor pegajoso saliendo de tu frente.
"Mmm huuh" fue todo lo que dijiste, antes de que te soltara suavemente el cabello, continuó con su follada dura y continuó por un rato. Pronto se aburrió de mirar tu espalda, era bonita pero quería verte luchar por mantenerte callado mientras su polla entraba y salía de ti. Se escuchó un suspiro de él "mírame cariño..." fácilmente, te dio la vuelta, tu espalda contra el escritorio de su oficina, y se encontró con un chico lindo, desordenado y tonto. Miró hacia abajo para ver lo bonito que se extiende tu coño a su alrededor, cómo lo acoges tan bien, como un buen chico. Te besó profundamente antes de hundirse aún más profundamente, ganándose un gemido en el beso. Sólo para hacerte sufrir más, una de sus manos sujetó ambas manos sobre tu cabeza y te folló la polla hasta el fondo, con cada embestida, llega una bofetada que suena húmeda. Los sonidos que estabas haciendo definitivamente se podían escuchar fuera de la oficina, pero ambos estaban demasiado perdidos en el placer como para importarles si alguien los escuchaba o no.
Fue entonces cuando… “¡oficial León! ¡Lo necesitan para el caso de trámites, señor! gritó una voz afuera, estúpidamente olvidaste cerrar la puerta con llave cuando León te llamó a su oficina, ambos se sorprendieron por la voz. Él gritó su respuesta… “um… ¿está bien señor? Suenas exhausto”. la persona gritó de nuevo. León miró tu rostro lleno de ansiedad y nerviosismo. Se escuchó el pomo de la puerta hasta que “¡no vengas! Estoy limpiando el puto piso, si pones siquiera un pie dentro, te haré lamerlo hasta dejarlo limpio, ¿entendido? León gritó fríamente mientras te calmabas al escuchar a la persona alejarse corriendo.
Él te miró, admirando tus bonitos rasgos de los que no podía tener suficiente, eras demasiado dulce y lindo. Quería devorarte pero también llenarte hasta dejarte un bulto en la barriga. Sus embestidas se estaban volviendo desordenadas y desesperadas, soltó tus manos y te rodeó con ambos brazos con fuerza, como si se estuviera follando a un Fleshlight. Intentabas silenciar tus gemidos, pero era demasiado doloroso, casi placentero, contener la respiración y los jadeos. Sin previo aviso, gemiste en voz alta su nombre y otras palabras confusas mientras él seguía follándote y follándote. Golpear tu punto ideal continuamente te llevaba al límite, querías correrte, pero querías correrte con él. “¡ghk-!” Luego se empujó muy, muy profundamente dentro de ti, asegurándose de que todo su semen llegue a tu útero. Empujó un par de veces antes de sacar lentamente su polla cubierta de semen.
“Te encanta esto… ¿no? ser jodido por un viejo como yo”. Él se burló de ti mientras extendía juguetonamente tus pliegues y veía cómo el semen amenazaba con filtrarse. "Mhm... me encanta señor... mucho", murmuraste tontamente tratando de no quedarte dormido en la tierra de los sueños. "Puta sucia... pero eres mi puta, ¿me oyes?"
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