Lo toma por sorpresa al entrelazar sus dedos, camina a su lado con una pequeña sonrisa, admirando el camino, aún hacía frío, pero la primavera estaba ganando terreno al invierno, ese día, por ejemplo, era cálido, algunas flores se abrían paso por la delgada capa de nieve que quedaba, parecía un buen augurio.

-También me hizo sentir mejor pasar tiempo un ustedes – las mejillas de la chica se colorean en un bonito rojo – deseo que todos nuestros días sean así.

-También yo.

Caminaron hasta la cabaña de las brujas, esta vez solo Evie se encontraba en casa, las demás pasaban el tiempo entrenando con los soldados de la manada, el enemigo se mantenía cerca, así que debían estar preparados, protegerían al pueblo con todo el poder que tuvieran.

- ¿Hoy no hay runas de protección? – Ayla se abraza a sí misma, nerviosa, la bruja le sonríe con ese encanto que le permite calmarla.

-No, hoy haremos algo diferente...

- ¿Qué cosa? – no puede evitar ponerse frente a su compañera, tratando de protegerla, verla sufrir era el peor castigo.

-Hoy dejaremos que hables de nuevo con Artemisa, tal vez ella pueda darnos ideas para dejarla salir. – Siente el drástico cambio de humor de su chica, el temor se esfuma, para cederle el lugar a la emoción, desborda alegría, por saber que volverá a hablar con su loba, incluso Asim revolotea emocionado en su interior.

El procedimiento es el mismo de la primera vez, salvo que ahora no hay un circulo de protección para mantenerlo alejado, observa con deleite la magia, Evie unta una sustancia roja sobre la frente de Ayla, la ayuda a recostarse, mientras ella se mantiene cerca con las manos sobre su cuerpo, manejando la energía de la joven loba.

Disfruta de la calidez que se extiende por su cuerpo, Ayla se ve feliz, relajada y segura, no hay miedo, dolor ni sangre esta vez. No puede dejar de imaginar cómo sería Artemisa, no tiene duda de que será preciosa como su portadora, ¿pero qué color tendría?, era común que las Lunas exhibieran un pelaje castaño, casi rojizo, en muy pocas ocasiones se presentaba un pelaje gris oscuro.

"Será el ser más hermoso del planeta." Asim casi ronronea en su interior de solo imaginar a su compañera.
"Ambas son el ser más hermoso del universo" , responde a su lobo, escucha la afirmación en su cabeza. El tiempo pasa rápido, es incapaz de apartar la mirada de su compañera, cuando por fin abre los ojos lo mira con una sonrisa en los labios, salta en sus brazos tan rápido que casi no puede sostenerla.

-Es preciosa – dice, su interior se remueve, siente como sus ojos cambian de color, ella sonríe – está muy emocionada por conocerte Asim.

Es la primera vez que ella le habla directamente, casi no puede contenerlo en su interior, pero logra hacerlo, abrazan a su compañera deleitándose con su aroma, nada podía salir mal.

- ¿Saben cómo liberarla?

-Sí, debemos...

La alarma los interrumpe, llevándose consigo todo vestigio de paz que esa mañana generó se pone en alerta, abriendo el vínculo con su beta.

Dylan está en camino a recuperar a su cachorro, se enfrentará al falso rey, esta noche.

-Debo irme – maldice en su interior, ¡lo que le faltaba! – Vuelve a la mansión por los gemelos y llévalos al refugio, los veré allá tan rápido como sea posible.

-Malik – lo detiene sosteniéndolo de la mano – ten cuidado, por favor.

Lo abraza, aferrándose a su cuerpo unos segundos, infundiéndole valor, él se inclina para besarla rápidamente, corre cediéndole en control a su lobo, para llegar a la frontera.

AylaWhere stories live. Discover now