3.

12 1 0
                                        


Taemin despertó de un salto, quedando sentado en su cama. Había vuelto a soñar con un chico a quien tenía la sensación de conocer, pero que no recordaba, y se sintió angustiado. Constantemente tenía pesadillas con ese niño a quien nunca lograba verle el rostro, pero realmente sentía que lo conocía.
Tras frotar su cara con ambas manos, se sintió un poco más despierto, y rápidamente se paró de la cama, recordando qué día era ese; su primer día de universidad. Estaba emocionado, a su manera. Se puso a tararear mientras se duchaba, y cambiaba de ropa, eligiendo algo casual pues no le gustaba destacar, su madre solía decirle lo muy popular que era cuando pequeño, como si fuera un alfa, y él deseaba evitar todas esas tonterías.
Cuando se miró en el espejo, sonrió para sí mismo, repitiéndose "hoy será un gran día", y claro que lo iba a ser, después de todo, por fin habían coincidido en estudiar con Kibum, su primo adorado, ambos estudiarían música y el electivo de danza, ¿Qué mejor?.
Desayunó un tanto ansioso y, tras limpiar lo ocupado, se despidió de sus padres y salió de casa, caminando hacia su punto de encuentro con Kibum, al cual saludó enérgicamente.

— ¡Hyung!, ¡Aquí! — Alzó su mano para que el mencionado notara su presencia y pronto se abrazaron como si no se hubieran visto en años.

— ¿Emocionado?, porque yo lo estoy — Dijo Kibum, antes de sujetar las mejillas de su primo menor y apretarlas como si estuviera hablando con un peluche.

— Lo estoy, pero mis mejillas ya no — Taemin confesó con dificultad al hablar por su situación, aunque luego fue liberado —. ¿Quieres tomar el bus o nos vamos caminando? —.

— Prefiero caminar, los omegas debemos mantenernos en forma, ya sabes. Este año pretendo enamorar a todo beta o alfa que se cruce por mi camino, así podré elegir si no consigo a mi alma gemela — Kibum comenzó a caminar en dirección a la universidad, siendo seguido por Taemin.

— No tiene la mejor de las lógicas, pero también quiero mantenerme en forma, aunque no por tus mismos motivos. Sabes que no me gusta destacar, mamá seguramente insistiría con que tome mis exámenes de nuevo para "comprobar que soy un alfa", es estresante. Sólo quiero ser más fuerte para poder defenderme y no necesitar de alguien que me ayude o defienda —. Claramente Taemin confiaba en que podía defenderse sin la ayuda de un beta o alfa, pues ya lo había hecho en ocasiones anteriores.

— Aún no entiendo de dónde sacaste tanta fuerza en aquellas ocasiones en las que más de un alfa quiso "probarte", me sentí tan orgulloso cuando supe que dejaste inconsciente al alfa de nuestro grado en preparatoria, y cuando redujiste a esa tonta alfa en último año — Dijo Kibum totalmente emocionado, casi como si estuviera contando las hazañas de su propio hijo —. Tal vez sea que sí tienes un alma gemela que te respalda por ahí.

— ¡Ah!, Hyung, a eso se le llama "Entrenar" y "ejercicio físico" — Se molestó un poco al ver casi anulado su esfuerzo por una tontería como lo eran esos términos de alma gemela. Al menos no tuvo que seguir esa charla porque ya habían llegado a la universidad.

— Bien, bien, ahora preocupémonos de encontrar nuestra sección, porque no podemos perder el día de la cátedra inicial. Necesitamos presentarnos como se debe — Kibum sonrió, y tomando la mano de Taemin, corrió hacia el edificio, siguiendo indicaciones hasta dar con la sala de cátedras.

— Ya estamos aquí, cálmate, o los alfas te verán sudando, y no del tipo atractivo — Esa fue su venganza, su dulce venganza, y pareció afectar bastante a Kibum, pues abrió grande sus lindos ojos gatunos y empezó a mirar a su alrededor buscando testigos —. Es broma, estás perfecto, igual que siempre —.

— ¡Ya entendí!, no vuelvo a molestarte pero, no juegues con mi apariencia, debo estar guapo siempre, sabes como soy — Kibum se arregló el cabello, y tras eso, se animó a entrar a la sala junto a Taemin, sentándose cerca de algunas personas —. ¿Deberíamos charlar antes de que empiece esto? — Kibum ni siquiera esperó una respuesta, y no tardó en iniciar conversaciones con los chicos y chicas que habían ahí.
Taemin se frustró ligeramente al observar tanto revoloteo en el lugar, por lo que sólo fingió dormir, al menos hasta que comenzó la cátedra, fue ahí que su atención volvió a valer la pena.
Tras haber sido presentado con la mayoría de estudiantes, claramente porque su querido primo KiBum ya había hecho buenas migas con todos ellos, finalmente fueron a sus respectivos salones; no sabía si era una bendición o castigo el que quedaran juntos en la misma sección pero, por el momento, iba a verlo de forma positiva, pues no tendría que preocuparse por los trabajos en equipo cuando tenía a KiBum de su lado.

.

.

.

Si bien había sido efectivo tener a KiBum junto a él, también resultaba un poco agotador por tantas personas que se reunían alrededor de alguien tan cautivador como lo era su primo y, aunque él también se robaba las miradas de muchos, usualmente no tenía disposición para interactuar con gente nueva, e inconscientemente lo transmitía a los demás. Eran demasiado escasas las ocasiones en las que deseaba conocer a alguien o en que una persona llamaba su atención y, desafortunadamente, en este día, nadie lo había logrado.
Tanto agotamiento sintió, que prefirió salir antes de su clase, así que, tomando su bolso, se disculpó con su primo por lo bajo, y salió de la sala frotando sus sienes; quería llegar a casa lo antes posible y estar en paz, sin embargo, sintió tras de él una puerta cerrarse, y pronto estuvo KiBum a su lado.

— ¿Qué pasó, Tae? — Le preguntó mientras escudriñaba al mencionado.

— Tú sabes lo asfixiado que me siento cuando interactúo con tanta gente, más aún si es gente que no me genera interés — Suspiró con pesadez tras mirar a KiBum.

— Lo sé, Tae, pero deberías intentar superar eso, necesitas tener buenos contactos cuando terminemos nuestros estudios, el campo laboral es complicado, lo sabes muy bien —.

KiBum tenía razón pero, en esos momentos, Taemin no tenía cabeza para pensar en esas cosas, por lo que sólo asintió y siguió su camino a casa, sin embargo, su adorado primo lo acompañó hasta su destino, e incluso parecía querer acompañarlo todo el día, lo cual tenía mucho sentido pues, hacía años que su madre había comenzado a trabajar en otra ciudad, entonces, solía quedarse en la misma por toda la semana y, como no era una mujer muy preocupada de su alimentación, el padre de Taemin viajaba de vez en cuando y cocinaba para ella durante unos días, por lo cual, Taemin pasaba mucho tiempo a solas en su casa.

— ¿No te irás a casa? — Cuestionó Taemin cuando sintió muy intensa la mirada de KiBum en su espalda, mientras se sentaba en el sofá de la sala.

— No, creo que a mis tíos les encanta tenerme aquí, así que me quedaré, además, ¿No viajaban hoy? — Taemin asintió, obteniendo una sonrisa por parte del contrario.

KiBum se dirigió a la cocina con toda la confianza del mundo y, sabiendo lo exhausto que Taemin podía estar, decidió cocinar algo para subir su ánimo. Dejó su bolso y chaqueta en una silla de la gran isla que tenía la cocina, sacó su celular puso algo de música y, tras lavarse las manos, se puso en marcha; haría un delicioso pastel para mejorar el ánimo de aquel gruñón que se encontraba en la sala.

• Inside The Deep Web •Where stories live. Discover now