Aprendiendo a pescar

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Salió corriendo a la casa del jefe después de acordar verse ahí. Sus pies se suspendían como si estuviera en un sueño. Recordó su primer hechizo, cuando en un sueño aprendio a arrodillarse en el aire y, al despertarse, todavia podia hacerlo. Nunca se lo mostro a nadie. Tenia la sensacion de que si lo hacia, se iba a despertar. Era su secreto, magia que no tenia palabras atadas ni impresas, ni prosa ni verso. Solo la accion de doblar la realidad al doblar sus piernas. En cierto modo, era parecida a la magia de los laberintos de Martin. Y le daba miedo cavar mas profundo para encontrar mas. No quería jugar con cosas que no entendía.
Le pasaba algo similar con el anillo que habia robado del sueño. Por ahora, solo sabía que la magia de las palabras imbuidas en él susurraban con malicia, y que Martin estaba en peligro.
Llego agitado y golpeo la puerta antes de abrirla y entrar al grito de “Permiso”. Se encontro con Thiago sentado en el piso tomando te, y el jefe caminando hacia el.
— ¿Qué te pasa?
Se sentaron en el piso en triangulo alrededor de una mesa llena de papeles y libros. Veia varios titulos conocidos y otros nuevos. “Razon de la inversion humana”, “Herbolaria onirica”, “El kamasutra del mago ritual”. En un cuenco podia ver hojas de papel aplastadas y lo que parecian semillas.

— Sabia que ibas a estar alterado. Es manzanilla.
Le preparo una taza y respiro hondo mientras Thiago buscaba en su bolsillo el anillo mágico. Lo tiró sobre la mesa con un estruendo parecido al de una moneda.
— ¿De donde lo sacaste? Vi como se lo quitaban. — Martin levanto el anillo y miro a traves de el.
— De un sueño. Vi como los perseguia. A vos y a el. — Arrastro esa ultima palabra, inseguro. No queria sonar celoso.
— Lautaro… — Se puso el anillo y lo apunto al cuenco sobre la mesa. Cerro los ojos y unos segundos después, un pedazo se desprendio y aparecio tirado en el piso. Volvio a apuntar al pedazo suelto y saco un cubo de el. — Así funciona.
El jefe le pego una cachetada atras de la cabeza.
— En el cajon del baño hay la gotita. Trae. — Apenas se alejo, le susurro a Thiago. — Podrias haberme dicho antes que a el.
— ¿Por que?
— Es su ex, boludo. ¿No era obvio?
— Perdon, pero si veo a alguien persiguiendo a alguien mas con un arma magica lo ultimo que pienso es que todavia se quieren.
— No entendes, ¿No?
Martin volvio y levanto los pedazos del piso, pegandolos con cuidado en el mortero. Las piezas encajaban tan perfectamente que parecia que no se habia roto en primer lugar. El jefe le saco el anillo del dedo y se lo acerco al ojo.
— ¿Dijo algo, de donde lo saco?
Martin levanto los hombros.
— No sé. Solo quería matar a Lautaro. —Miro para un costado.
Thiago sintio algo en el pecho. Queria preguntarle, ¿Quien es Lautaro? Pero no se atrevió. Opto por ser compasivo.
— Ese chico no esta a salvo, entonces. ¿Donde esta?
— Me esta esperando en la esquina.

Entro a la casa del jefe y todos pudieron ver como se acostumbraba en tiempo real a los olores a los que ellos ya estaban acostumbrados. Sudor, jazmines, grafito.
— Hola. Soy Lautaro. Soy youtuber.
El jefe y Thiago se miraron, pero no dijeron nada. Lo invitaron a sentarse y el jefe le sirvio una taza de te. Era el mas joven del lugar. Tenia pelo negro oscuro y al parecer todavia tenia metabolismo de adolescente, por que era flaquisimo. Usaba una gorra que le oscurecía la cara, pero cuando se sentó se la quitó revelando ojos marrones oscuros. Parecía recién afeitado.
— Es manzanilla.
Su vista se desvio a su mano. Le faltaba un pequeño pedazo de un dedo, formando un angulo de 90 grados. Estaba engazado pero se veía la ausencia de carne debajo. Se movía con dificultad comparado a los otros dedos.
— ¿Que te paso en el dedo? — Thiago le apunto, casi con timidez.
— El ex de Martin me arrancó un pedazo con magia. — Levanto la mano y señalo el dedo. — Todavia me duele un poco.
El jefe le agarro la mano y se la acerco a la cara. Miro a traves del anillo.
“Mio”
— Lautaro… ¿Que sentís por Martin?
— Um… Nada.
Todos los presentes menos Lautaro estaban rojos. Martin sabía que eso no era cierto. ¿Estaba tímido? Pero no parecía haber mentido.
El jefe se acerco el dedo a la mano, y le saco la gaza. La herida no sangraba, pero estaba roja e hinchada. Parecia bien cuidada. Nadie dijo nada mientras veian como se acercaba el dedo a la cara y le daba un beso. Se alejo un poco y susurro algo. De algun lado, saco un cuter y le corto una capa de carne. El pedazo cayo sobre la mesa con un ruido humedo.
— Mierda. — Lautaro salto hacia atras apenas pudo reaccionar. Estaba manchando todo el piso con sangre. Miró a Martin, y en ese momento, sus ojos brillaron. — ¿Que paso?

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⏰ Last updated: Nov 14, 2023 ⏰

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