Heredero Al Trono | hyunlix

La verdad

Un dolor enorme en su espalda, y un pequeño jadeo salió de su boca por las punzadas que pasaban por su piel, cosiendo la zona, adentrando la aguja por la herida mientras que gotas de sangre salían y un suspiro de alivio al terminar de coser.

—Su alteza, la herida ya está cerrada, por favor guarde reposo.

—Gracias, puede retirarse.

El hombre asintió levemente, para después tomar sus cosas y salir por la gran puerta, siendo topado por el príncipe Felix, quien iba entrando en la habitación.

—Lo mejor es que no se levante hoy —formuló el rubio al ver cómo Hyunjin estaba forzándose a levantarse.

—Estaré bien.

Felix volteó sus ojos indignado, mientras dejaba la bandeja que llevaba en sus manos al lado.
—¿Por qué eres tan terco?

Hyunjin no respondió, sabía que Felix estaba enojado o tal vez decepcionado, y también sabía que su comportamiento anterior no había sido el mejor, pero no quería que Felix estuviera en peligro.

El menor lentamente se sentó en la cama, junto al lado del heredero.

—Déjame ver la herida.

—Felix, no hace falta que te preocupes tanto.

—Solo muéstramela —soltó con cara seria, intentando no saltar a los brazos del más grande, después de todo, el momento era incómodo.

Hyunjin se volteó lentamente, dejando que el menor subiera la tela, dejando al aire una herida delgada pero bastante larga, por toda la espalda.

Felix lentamente pasó su mano por esta, acariciando la zona, le dolía ver a Hyunjin de esta forma.

—Lo siento, Lix.

El pecoso subió su cabeza al escuchar el llamado, sintiendo cómo su corazón se encogía. —¿De verdad lo sientes? Entonces cuídate, Hyunjin.

—Prefiero cuidarte a ti.

—Hyun...

Felix estaba apunto de responder, pero su conversación se vio interrumpida por un grupo de guardias que entraron a la habitación.

—Lo siento por la interrupción, majestad, pero el palacio de Gyeonghuigung está siendo atacado.

El mayor enseguida tensó la mandíbula, mientras intentaba levantarse rápidamente —Que los guardias estén listos, voy a ir.

—¿Qué? Hyunjin, no puedes hacer eso, tienes que guardar reposo —dijo el menor bastante preocupado, intentando cambiar de opinión al heredero.

—Felix, no puedo dejar que ese lugar se destruya.

—Entonces iré yo.

—No lo harás.

—Hyunjin, yo también fui entrenado toda mi vida.

—Felix...

—El monarca Park me acompañará —dijo sin prestar mucha atención mientras tomaba la gran espada y la posicionaba en la vaina.

—Él no irá contigo.

—Lo siento, su majestad, mi obligación es protegerlo y lo mejor es que se quede aquí, iré con el príncipe Felix —respondió el hombre, haciendo una reverencia y preparándose al lado de Felix.

—Monarca, no haga esto.

—Lo siento, su majestad, pero aún sigo órdenes de su padre.

Hyunjin, al escuchar eso, intentó levantarse, tomando rápidamente la mano de Felix, para intentar detenerlo, era lo único que podía hacer.