—Y si ellos pueden disparar sus balas de plata, nosotros podremos morder sus yugulares —Jeon Joy miró a Hoseok—. Creo que es lo suficientemente justo. Sobre todo cuando ninguno de nosotros fue el primero en alzarse con violencia contra ellos.

Hoseok tartamudeó.

—Todavía no sabemos con seguridad si están trabajando con los brujos. No sabemos nada. Ese poblado estaba malditamente vacío cuando lo revisamos. Puede ser el peor de vuestros errores. Podrías estar entrando en la boca del enemigo por vosotros mismos.

—Supongo que ha llegado el momento de arriesgarlo todo. No podemos continuar escondiendonos. Nadie va a lanzarse al suicidio Hoseok, pero tampoco nos mantendremos en la montaña esperando el ataque que con toda seguridad llegará. Escuchaste a Yoongi, lo que dijeron los druidas solo puede significar que pretenden hacerse con el control de los Pétalos de Zafiro.

—Bien —Hoseok finalmente se dejó caer sobre su asiento—. Entonces reuniré a mi grupo de rastreadores para llevarlos directos a la línea de batalla.

Yunho gruñó y Hoseok tan solo dejó escapar una agria carcajada de su boca.

—No vamos a dejar que nadie salga herido, Hoseok. No al menos si podemos evitarlo.

Yoongi se había mantenido cerca, sentado sobre el alféizar de la ventana mientras observaba el modo en el que las gotas de lluvia resbalaban con cierta prisa sobre la superficie colorida del cristal verdoso. La discusión entre los dos hermanos en cierta forma lo entretenía pero el rumbo que esa conversación de los guardianes estaba tomando, aquello, lo asustaba.

Porque su tribu estaba mucho más lejos de lo que esos lobos llamaban aislarse. Ellos nunca habían abandonado la cima, solo lo hacían algunas veces al año, únicamente cuando necesitaban comer y la cantidad de nieve les impedía hacerlo allá donde su hogar se encontraba.

—Vosotros de verdad estáis planteando bajar al poblado de los cazadores y…

—Y entrar en sus archivos. Ellos se han ido pero han dejado atrás muchas cosas, tal vez hayan olvidado algo que nos pueda ser de ayuda. No estamos hablando de entrar sin más en un territorio en el que claramente estaremos en desventaja y dado que la última vez que tu equipo exploró la zona se topó con brujería, desde luego no será una misión sencilla. Pero no podemos quedarnos quietos, Hoseok —Sungjae suspiró—. Piensa en ello. Estamos perdidos si simplemente nos quedamos aquí. Nos rodearán en algún momento y entonces comenzará una masacre que ni siquiera el lobo más fuerte podrá detener.

—El mar —Jungkook sonrió inesperadamente—. Esos pescadores que mi padre permitió que se acercasen tantísimo junto con el consejo territorial el año pasado. No fue una simple casualidad, ¿cierto? Apuesto lo que sea a que mi madre ha metido su hocico en esa decisión. Con pescadores cerca los cazadores no se arriesgaran a iniciar una caza.

—Pero a los brujos les dará igual —Yunho finalmente se sentó—. Y si están trabajando juntos es porque los Pétalos de Zafiro tienen un atractivo bastante mayor que cualquier Dios y Biblia que su Iglesia. No habrá cruz o bala de plata que sustituya el ansia de ganarse una vida entera de gloria. Para ellos eso es lo que promete esa dichosa planta. No les importará matar a humanos en el proceso o que los humanos puedan ver la magia que se desprende de sus manos.

Hoseok tomó aire, sus ojos pasaron de los guardianes que se encontraban sentados con él alrededor de la mesa a Yoongi. El chico no hacía más que mirar hacia el exterior y allí era exactamente a dónde tendría que llevarlo. Porque le había prometido que esa batalla, la que estaba por llegar, sería una que lucharían juntos.

Después de todo, él aún no había descubierto al responsable de todo el dolor que continuaba sintiendo ese chico.

Después de todo, él aún no había descubierto al responsable de todo el dolor que continuaba sintiendo ese chico

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ALPHA PLEASURE (YOONSEOK) - THE HOWLING SAGA ☽ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora