CAPITULO 3

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M A N U E L.

AL VER A MI ESPOSO BAJAR POR LAS escaleras con Brenda a un lado, ella tenía su muñeca de trapo que tenía un vestido rosadito con un lazo blanco, hoy iremos a salir a comer por el cumpleaños de Brenda aunque ella no sabe que lo haremos.

—¿A dónde vamos?— la pregunta de Brenda se hizo presente al tenerme al frente, su estatura es como 1,60 y yo 1,70 le sonreí con ternura.

— es un sorpresa.— dijo mi esposo tomando su mano.

Salimos de casa para subir al auto, ayude a Brenda a sentarse en el asiento y abroche el cinturón para protegerla.

Me senté adelante (copito) y también hice lo mismo que mi esposo y mi hija.

Nos dirigimos al restaurante reservado, el camino no era tan largo así que llegamos en 17 minutos, salí del auto igual que mi esposo, me fui a la parte trasera para ayudar a mi hija ya que estaba muy alto ya que es una camioneta.

Entramos al restaurante (obvio antes de marcarnos como reservantes) nos sentamos en el número de mesa 4 al lado de la gran ventana.

—¿Que hacemos aquí?— su inocencia se hizo presente, se notaba que mi hermosa hija no había ido a un restaurante.

— venimos a festejar tu cumpleaños, y también a comer, puedes pedir todo lo que quieras.— informe, la sonrisa enorme en su cara se dibujo y su brillo en sus ojos.

— gracias, nadie me había hecho un cumpleaños tan increíble como este.— su cabeza estaba gacha.

— no debes agradecer, es tu cumpleaños debes disfrutar y comer lo que quieras.— aunque no queríamos eso no queríamos que le doliera la barriga después, pero era su cumpleaños y teníamos que complacer todo lo que pidiera.

Nos dimos cuenta de que Brenda no era un chica caprichosa, pedía lo que era barato o lo que podíamos, pero le decíamos que podía pedir todo porque podíamos pagarlo.

—¿Que desean tomar?— preguntó el mesero trayendo nuestra comida, Brenda había pedido una pasta de leche, mi esposo pidió una carne asada con arroz blanco y yo pedí un pasticho/lasaña.

— yo quiero un zumo de naranja, mi esposo una soda y mi hija un batido de fresa.— al decir hija una sonrisa de dibujo en el rostro de mi pequeña.

Después de terminar la rica comida, nuestra hija agradecía cada 1 segundo, le decíamos “no es nada” y ella sonreía.

Después de comer fuimos a por un helado, Brenda uno de vainilla, Daniel uno de chocolate con fresas y yo uno de fresas.

— ten servilletas para que no te ensucies.— dijo mi esposo extendiendo las mencionada.

— gracias.— agradeció Brenda.

Después de comer nuestros respectivos helados, fuimos a casa aunque piensen que fue corto ya estaba anocheciendo, llegamos a casa, yo abrí la puerta de la casa y entramos.

Nos pusimos nuestras pijamas y nos fuimos a dormir.

— buenas noches brenda.— le dijimos a nuestra hija.

— buenas noches.— respondió con una sonrisa.

Mi esposo y yo nos fuimos a nuestra habitación para dormí cómodos, abracé su cintura y dormimos abrigados.


















































































































LITTLE BRENDA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora