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literature's teacher : 1O.

—oh, taetae, no llores—. pidió el rubio al oír a su mejor amigo sollozar de la otra línea, taehyung tapaba su boca para no sollozar con fuerza pero era casi inevitable —iremos para allá, no tardaremos—.

y con ello la llamada se cortó, taehyung dejó su teléfono a su lado tratando de limpiar sus lágrimas, subió sus piernas al sofá para abrazarlas.

en aquellos momentos se sentía como un adolescente llorando por cosas estúpidas más que un adulto de casi treinta años.

luego de unos diez minutos donde calmó su llanto, park jimin llegó casi corriendo a sus brazos para acariciar su cabello.

allí cerró sus ojos y se dejó mimar por el rubio quien murmuraba cosas como si tratara con un niño, siempre fue así.

—tae, yo de verdad no te juzgo por lo que sientas, son sentimientos totalmente naturales y si ese chico te hace sentir cómodo, ¿por qué no?—. preguntó suave.

—me siento mal por tenerle un cariño más allá que el que tendría un profesor a su alumno, es trece años menor y no debería—. dijo, su voz saliendo baja como si volviera a llorar en cualquier momento.

—si a jungkook no le importa, no deberías preocuparte mucho aunque, te aconsejo esperar hasta que él cumpla la mayoría de edad si quieres llevar todo a otro nivel—. habló namjoon y para él fue suficiente ver las mejillas rojas de taehyung —se nota que sí quieres—.

—ahora, debemos ver como contactamos al chico, ¿no tienes fotos de él?, quizá podríamos encontrarlo más fácil—. le dijo.

namjoon negó y sacó su teléfono para meterse a su perfil de instagram, allí buscó entre sus seguidores.

no demoró mucho antes de mostrar el perfil de jungkook, taehyung había arrebatado el teléfono de sus manos mirando la pantalla.

sus ojos brillaban por las lágrimas mientras observaba cada foto con cuidado, sus historias destacadas con bam o con sus amigos, algunas eran de sus pinturas.

tomó su teléfono y buscó el perfil pero no lo siguió, no tenía el valor.

¿qué le diría?, además si lo seguía era para hablar las cosas y temía decirle algo que le hiriera de cierta forma.

—¿por qué no lo sigues?—. preguntó el rubio al ver a su mejor amigo entregar el teléfono a su pareja.

—debo organizar todo en mi vida y después me acercaré a él para hablar, no puedo hablarle y decirle lo que estoy sintiendo si sigo comprometido—. le dijo y namjoon asintió de acuerdo, jimin rodó sus ojos.

—está bien, entonces llama a ese imbecil y dile que es poca cosa y un cobarde que merece un buen golpe en las pelotas, o en el hocico, uno nunca sabe y después sí le pegas—. dijo.

taehyung soltó una pequeña risa hacia su mejor amigo antes de seguir viendo el perfil de jungkook.

era lindo.

.

jungkook se acomodó mejor entre los brazos de min yoongi mientras sorbía su nariz, su rostro oculto en el cuello de yoongi.

los pálidos dedos de su amigo acariciaban su cabellera, su brazo pasaba por debajo de su cabeza y las mantas los cubrían aquella tarde, todo aquello le reconfortaba.

—acabamos de salir de cuarto medio, se supone que deberías estar feliz—. murmuró yoongi sin detener sus caricias.

—lo sé—. susurró, su voz saliendo grave por el reciente llanto —pero siento que lo arruiné, que debería haber guardado todo y así poder seguir viéndolo—. dijo, su labio temblando por las nuevas ganas de llorar.

—oh dios, kook—. el pelinegro le separó de su cuerpo para limpiar las nuevas lágrimas que caían por sus mejillas —¿qué puedo hacer para ayudarte?—. preguntó.

—nada, sólo abrázame—. pidió y se encontró contra el pecho de su amigo, caricias y besos siendo dejados en su cabellera desordenada.

yoongi también sintiendo las ganas de llorar picar sus ojos y quemar su garganta, ver así a jungkook, su jungkook, era doloroso.

así que le mantuvo contra sí toda la tarde hasta que el estómago de ambos exigió comida y tuvieron que bajar donde mingyu y baekhyun hacían la cena.

—¿qué hacen aquí?—. preguntó el pelinegro extrañado, no había escuchado cuando entraron ni había recibido mensajes.

—oh, suponíamos que kook estaría mal por todo y que tú estarías igual porque te comportas como si fuera tu hijo y decidimos venir a cocinar para ustedes—. le dijo baekhyun sonriéndole sin mostrar sus dientes.

yoongi le agradeció con una sonrisa de igual forma antes de empezar a ayudar con la cena en su departamento.

sus padres le habían comprado aquel departamento en seúl para que pudiera estudiar, sus padres se encontraban en daegu y siempre le llamaban.

—oh, hola—. saludó el azabache al bajar, tenía su rostro lavado pero aún así se veían sus ojos y nariz roja, estaba sin su uniforme, ocupando ropa de min yoongi.

—los chicos están preparando la cena—. le dijo yoongi con una sonrisa viendo a jungkook asentir y caminar hasta él.

le dejó envolver su cintura en un abrazo donde jungkook ocultó su rostro en el hombro de su amigo más bajo.

nunca podría responderse porque los brazos de min yoongi le reconfortaban tanto.

era similar a abrazar a kim taehyung.

cálido y reconfortante.

— koocinnamon.

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