19. El final

35 5 0
                                    

Después de estar con Mía en la playa, me fui a casa y me duché para quitarme la arena de la playa. No volví a tener noticias de James.

-Supongo que es mejor así-. Me dije a mí misma mirando el móvil.

Lo dejé cargando y me fui a hacer la cena, me hice un trozo de pescado con patatas fritas, me senté en la mesa y cené, mientras lo hacía, miré el Facebook de James por si había subido algo, no lo hizo, tenía fotos con su mejor amigo en Canadá, Christopher, se le veía buen chico, me ha hablado muchas veces de él.

Al rato, me acosté, debía de trabajar al día siguiente y quería estar lo más fresca que pudiera.
Pero la realidad era que no pude dormir en toda la noche, no paraba de pensar en James y en lo mal que quedamos antes de irse.

...

Me sonó el despertador y tenía los ojos como platos, miré el móvil y tenía un mensaje de James, que no lo escuché porque tenía el móvil en silencio.

"Hola Emma, el gestor irá a ver el piso esta tarde para ponerlo en alquiler ¿Vas a estar?¿Le puedes abrir?"

-Ni siquiera un como estás, no me ha dicho nada más-. Pensé dentro de mí.

Le contesté al mensaje:

"Descuida, aquí estaré"

Me quedé decepcionada, ese mensaje estuvo realmente seco.

Me levanté, me vestí y me fui a trabajar. Cuando llegué estaba John en su puesto y vino a saludarme.

-Hola Emma ¿Cómo estás?-.

-Hola John, estoy bien ¿Y tú?-. Pregunté mientras me preparaba mis cosas.

-Bien ¿Tu chico ya se ha ido a Canadá?-.

En ese momento le miré sería y respiré hondo.

-Si, se fue ayer, ya no estamos juntos-. Le dije triste.

-Vaya, es una pena, me preguntaba si...¿querrías venir conmigo un día a cenar?-. Preguntó John sentándose en mi mesa.

-No creo que sea buena idea, John-.

-¡Vamos! Cómo amigos, no te pido nada más-. Me insistía.

-De acuerdo, vamos mañana que es viernes, pero como amigos y luego, cada uno a su casa-. Respondí.

-Genial, te recojo mañana a las 20:00h y pago yo, no te va a tocar pagar a tí-.

Me quedé mirándole con cara de no creerme lo que acababa de escuchar.

Empezamos a trabajar y solo de pensar que a la tarde vendría el gestor al piso de James se me revolvía el estómago.

Al finalizar la jornada laboral, recogí mis cosas y me disponía a salir por la puerta cuando John me cogió del brazo.

-Emma ¿Quieres que vayamos a tomar algo?-.

-No puedo, John, lo siento, hoy tengo prisa-. Le dije.

-¿Adónde vas?-. Preguntó curioso.

-Al piso de James, viene hoy el gestor para ponerlo en alquiler y necesita ver que esté todo en condiciones-. Respondí.

Él me soltó del brazo.

-¿Tienes sus llaves?-.

-Si, porque ya no estemos juntos no significa que no seamos amigos, confiamos uno en el otro-. Le dije.

-Vale, pues nos vemos mañana-. Dijo John.

-Si, hasta mañana-. En ese momento salí por la puerta.

Llegué a mi finca y ahí estaba ese hombre esperándome, el gestor.

Querido vecinoWhere stories live. Discover now