8. Vive el momento

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Cerré la puerta y me quedé unos segundos con la espalda apoyada en ella pensando.

-¿Que narices acaba de pasar?-. Pensaba mientras sonreía.

-No y no definitivamente no, no me puedo estar pillando por James-. Decía en voz alta mientras andaba hacia la cocina.

Me senté en la silla y puse los brazos cruzados sobre ella y entonces, apoyé mi cabeza.

Cogí el móvil y llamé a Mía.

-Dime Emma-.

-Hola Mía, necesito hablar contigo-. Le dije.

-Vente a casa, pediremos pizza para cenar-. Me dijo Mía.

-Voy para allá-. Colgué el teléfono y fui hacia casa de Mía.

Cuando llegué a su casa, me senté en el sofá.

-Dime, amiga ¿Qué pasa?-. Preguntó.

-He dejado a John-. Le dije.

-Bien amiga, ya era hora, ese chico no te convenía-. Dijo Mía alegrándose.

-Pero ahora tengo otro problema-. Le dije preocupada.

-¿Cuál?-.

-Me estoy pillando por James-, mi vecino-. Dije poniendo mis manos en mi cara.

-Hombre tía, no me extraña, está muy bueno-. Decía Mía riéndose.

-No me entiendes, Mía, no es solo atracción física, hay algo más, con él se puede hablar de todo, es comprensivo, tiene una voz dulce y varonil que solo de oírla es música para los oídos y esa sonrisa que tiene, al mirarla, te transporta a un mundo que ni tú sabes que existe-. Le decía mirando a la nada mientras sonreía.

Mía me miraba.

-Tía, estás hasta las trancas-. Me decía riéndose.

-Si, y no quiero, en un año se va de vuelta a Canadá, todo me pasa a mí-. Le decía mientras se me saltaban las lágrimas.

-Vive el momento, Emma, es lo que te puedo decir, ¿Quién sabe? A lo mejor él también se enamora y decide quedarse contigo-. Me dijo.

-No se va a quedar, ya me lo ha dicho y casi nos besamos un par de veces, se ha quedado en eso, en intentos de beso-. Le dije.

-Bueno, Emma, deja que las cosas vengan solas, si os gustáis, el beso vendrá y si de verdad se va a Canadá y no vuelve es que mucho no te quería-. Me dijo.

Asentí con la cabeza y al rato vinieron las pizzas, empezamos a cenar rodeadas de risas, por un momento me olvidé de James.

-Bueno Mía, me voy a casa, que mañana quiero ir a ver a la señora Parker a la residencia-. Le dije.

-¿Vas con James?-. Preguntó.

-¿Qué? No, él no puede dejar solo a su madre, todos los lunes viene el sanitario, es cuando James tiene unas horas libres-. Le dije.

-Pues dile de hacer algo el lunes, estás de vacaciones-. Me dijo.

-Me lo pensaré-.

Mía y yo nos despedimos y me fui hacia mí casa.

Cuando me puse el pijama ya para dormir me sonó el móvil, al mirarlo vi un WhatsApp de un número que no tenía en la lista.

-Buenas noches, preciosa-.

-¿James?-. Pregunté.

-El mismo ¿Quieres que vayamos a tomar algo el lunes por la tarde? Viene el sanitario y estaré libre hasta las 19:00h-. Me dijo James.

Querido vecinoWhere stories live. Discover now