La vida diaria del Mago más fuerte.

Capítulo 7: Preparativos.

PANTEÓN BÍBLICO. INFIERNO BÍBLICO. CASTILLO DEL REY DEMONIO.

En un gran salón con grandes pilares pintados de negro con cenefas rojas, una alfombra roja en el centro y un trono negro colocado un poco más alto que el suelo en el cual estaba sentado un hombre.

El hombre tenía el cabello de un profundo color negro. Tenía un cuerpo delgado y en forma. Llevaba una bata negra con elegantes tonos dorados. Frente a él tres hombres yacían arrodillados. De la cabeza de todos los presentes sobresalían cuernos de un intenso negro azabache y una cola de igual color los respaldaban.

— Señor, lamentablemente debemos informar que falló la captura de la princesa. - Dijo uno de los hombres.

Era el más alto, corpulento y fornido de los presentes. Vestía un abrigo verde que complementaba con sus ojos verdes y cabello corto del mismo color con un par de cuernos negros.

— Sabes dónde se encuentra ahora.

— Lo último que supe es que escapó a Japón. - Respondió nervioso.

— Ya veo... Todos ustedes no son más que inútiles. Dejar que una chica que no controla del todo su poder escape a las garras de otra facción. Dijiste que no te tomaría mucho atraparla y  sin embargo mira cuanto tiempo ha pasado. En verdad me decepcionas. Por ello, pagarás por tus fallas. - Dijo apuntando su dedo hacia él.

Debajo de este hombre se empezó a formar una especie de pantano de miasma.

— Espere Su Majestad aún puedo serle útil. - Suplico.

— Yo no doy segundas oportunidades.

Fueron las últimas palabras que escuchó el demonio antes de que unas manos surgieran del agujero y comenzarán a arrastrarlo a su interior.

Al terminar la "ejecución" de este demonio el lugar se mantuvo en silencio. El reto de los demonios que estaban de rodillas se tensaron ya que no querían decir algo que no le gustará a su señor y sufrir el mismo destino que su compañero.

— Crow preséntate. - Dijo el rey.

De la nada un hombre apareció. Tenía un rostro delgado y refinado, cabello rubio brillante y ojos rojos cual rubí. Vestía un traje blanco con antojos de color dorado.

Su nombre: Crow. No pertenecía a ninguna de las casas demoníacas existentes en este infierno.

— Llamó Mi Lord. - Dijo el demonio haciendo una reverencia.

— A partir de ahora te encargarás de la cuarta división. Espero buenos resultados.

— Si, Mi Lord.

— Bien alguien tiene algo más que informar. - Preguntó mirando al resto de los presentes.

— Yo, mi Rey. - Dijo una voz femenina.

De las sombras que formaban los pilares de la sala del trono emergió una mujer. Sus curvas tentadoras y su exuberante pecho atraía la miradas de los dos demonios que aún permanecían arrodillados.Su cuerpo explosivo la convertía en una bomba peligrosa para los hombres. Sin embargo nadie se atrevía a mirarla por demasiado tiempo.

Tenía el cabello y los ojos negros y sus labios pintados del mismo color lucían seductores. Vestía un vestido de color rojo y tenía una mirada juguetona en su rostro. Cuando llegó frente al trono se arrodilló.

— Aline Lilith pide permiso para informar.

— Adelante.

— Señor, mis espías me han informado que la princesa está en manos de "esa" facción.