III

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La armoniosa y calmada melodía de la interacción amistosa de sus nuevos amigos fue lo que le dio los buenos días a Jungkook.

—¡Ya te dije que no! —la cara enrojecida de Elios parecía estar apunto de estallar.

—¡¿Por qué no?! —Hoseok a su lado fruncía el ceño.

—¡No podemos tener distracciones si queremos llegar más temprano! —el tono de las voces de ambos incrementaba a medida que hablaban— Sabes que los guardias durante la noche son un dolor de...

—¿Qué ocurre con ustedes dos? —Jungkook se levantó de la incómoda base de madera que tenía como piso el carruaje.

—¡Mira, ya despertó, hay que preguntarle! —el pelirrojo se giró a verlo.

—¿Preguntarme qué? —el menor alzó una ceja.

—¿Comiste algo antes de llegar con nosotros? —Hoseok le miraba impaciente.

—Mmh —el castaño sobó su cabeza—, realmente no he comida nada desde ayer en la mañana.

—¡¿Ves?! —Jung observó al hombre manejando esperando alguna reacción.

—Pues que mal —Elios se encogió de hombros—, pero ya dije que no pararemos por comida.

—De verdad que es insoportable tratar de razonar contigo —Hoseok gruñó.

—Es más insoportable escuchar tu irritante voz pedir y pedir cosas —contraatacó el más grande.

—¡Si supieras la cantidad de chicas que rogarían por escucharme todo el día! —renegó el pelirrojo.

—Tendrán los oídos tapados entonces —se burló el de ojos azules.

 —¡Eres un...

—¡Paren! —el pelicafé gritó.

—¡¿Qué me ibas a decir pequeño infeliz?! —Elios abrió los ojos con sorpresa.

—¡Qué te importa! 

—¡Oh, me las vas a pagar, te sacaré a patadas del carruaje! —el mayor alzó un pie e intentó empujar al chico.

—¡Señor Elios, deténgase! —el menor en la parte de atrás sostuvo la mano de Hoseok al ver la puerta abrirse.

—¡No le defiendas! —el mayor trataba de manejar con una mano mientras que con la otra sostenía la camisa del más alto.

—¡Estás demente! —Jung se aferraba al brazo de Jungkook.

—¡Señor, maneje con las dos manos, chocaremos! —el castaño seguía sosteniendo al contrario con todas sus fuerzas.

—¡Mejor, así ya no soportare a este pequeño desgracia...—las palabras del mayor quedaron el aire cuando al pasar por un bache un alarido de dolor hizo eco en los oídos de los tres.

—¡Dios Santo! —Hoseok se acomodó rápidamente y cerró la puerta del vehículo— ¿Todos escuchamos eso?, ¿cierto?

Los otros dos asintieron con terror.

Todos se mantuvieron en silencio por unos minutos que, para Jungkook, fueron eternos. ¿Acaso habían matado a alguien? Joder, era su primer día en ese extraño lugar y ya había cometido por lo menos diez delitos.

—Alguien tiene que bajarse y ver qué sucedió —Elios decidió romper el silencio.

—Sí... —afirmó Hoseok.

—Jungkook... —el mayor llamó al castaño al notar su falta de respuesta.

—¿Sí?

—¿Dijiste que tenías 16, verdad? No eres tan joven después de todo.

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⏰ Ostatnio Aktualizowane: May 15 ⏰

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