The Death Temptation [+18] (En Proceso)

CAPÍTULO 14

Holisss, se que anduve desaparecida KAJAJ, mis disculpas, gente 😞.
PEROO...
Tan. Tan. Tan. *suenan tambores* les traigo el capítulo 14!!
Así que, sin entretenerlos les dejo leer el capítulo con tranquilidad ☕

Deanna

—Quiero salir de aquí —repito de nuevo. Llevo casi todo el día diciéndole a Azrael dejarme salir de esta jaula pero lo único que responde es un frío y seco "no"

Sigo los pasos de Azrael pero mientras él va caminando tranquilamente yo voy casi corriendo detrás de él.

—Te ordeno que me dejes libre —me sitúo delante de él y señaló su pecho con el dedo índice.

Se cruza de brazos y noto como la camisa negra que lleva se estira más, sus músculos son notables tras la tela y los botones están tan tensos que se podrían romper en cualquier momento. Mi dedo sigue apoyado en su pecho y puedo sentir como los músculos de esa zona se tensan.

—Tú no eres nadie para ordenarme, pequeña.

Aparto mi dedo y meto varios de los mechones de mi cabello detrás de mi oreja.

—Puede que no, pero como persona tengo derechos y estoy exigiendo el derecho de la libertad así que déjame salir de esta jaula de oro y carbón —levanto la barbilla y su mirada pasa rápidamente de mis labios a mis ojos.

Toma un suspiro y tarda en contestar.

—No —espeta.

Bufo con incredulidad.

—¿No?

—No.

—¿Y quién te crees tú para negar mi libertad?

—El heredero del trono del Imperio Infernal —dice, tranquilo.

—Yo soy la futura reina del Imperio Infernal —le recuerdo—, y como futura reina te ordeno que me dejes libre.

—¿Por qué tantas ganas de salir? ¿Acaso mi presencia no te basta?

Arqueo una ceja.

—¿Que voy a hacer yo con tu presencia si no me sirve de nada?

Su boca se curva en una sonrisa ladina.

—En eso te equivocas, mi orquídea —da un paso hacia mí y retrocedo por instinto.

Niego con la cabeza.

—Ni un paso más.

Da otro paso y retrocedo chocando contra un jarrón grande, haciéndolo romperse a pedazos en el suelo.

—¿Por qué? ¿Me tienes miedo? —murmura.

—Yo no le temo a nada —retrocedo una vez más pero me veo atrapada entre la pared y el cuerpo de Azrael.

—¿Segura? —Alza un brazo y lo apoya a mi derecha, a la altura de mi cabeza— ¿No le temes a nada? —coloca el otro brazo y ahora sí que estoy atrapada y esta vez sin salida.