capítulo 22

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–¡No quiero ir! –Becky se queja desde el sillón.

Debemos asistir a una fiesta de gala a la que nuestros padres fueron invitados, y eso, desgraciadamente, nos incluye a nosotras.

–Solo será por un par de horas, luego volveremos a casa.

–Pero, Freen –se levanta y camina hasta mí–. Hoy no tengo ganas de vestirme apretada, ni mucho menos de maquillarme.

–Entonces no lo hagas. Puedes ir así –apunto a su ropa.

Bec se cruza de brazos, mientras me mira molesta.

–Estoy en pijama, Freen.

–Bueno, ya te di opciones, si no aceptas ninguna es tu problema.

–¡Solo me diste una!

–Por favor, solo ve a ponerte un vestido, péinate un poco y ya está.

–Pero –pone cara triste–, no quiero.

Yo tampoco quiero. Mis planes para hoy eran quedarme en cama en compañía de Becky, pero mi suegra nos avisó a último minuto que teníamos que hacer acto de presencia.

–Lo siento, pero hay que asistir –debe estar odiándome en este momento–. Salimos en un rato, así que no te tardes.

No espero su respuesta, porque sé que seguirá insistiendo en faltar. Me doy la vuelta y voy en busca de mhee

Estos días no la he visto mucho, y siento que últimamente no hablamos. Desde que se cumplió un mes de muerta de Alexa ha estado bastante silenciosa, en ocasiones la única que logra sacarle una sonrisa es Becky. Sufrí mucho con la perdida de mi novia, pero mhee era su madre, aún no lo es. Su dolor es muy diferente al mío, más cuando ella jamás se tomó un momento para vivir el luto.

Salgo al patio, ya que dentro no pude encontrarla.

–¡mhee! –grito su nombre, pero no oigo respuesta.

Quizás no está en casa.

Luego de un tiempo fuera, vuelvo a entrar y cuando estoy a punto de subir las escaleras para ir en busca de Becky, ella viene bajando. Lleva un vestido de tirantes rojo liso, unos tacones del mismo color, su cabello cae suelto detrás de sus hombros y su rostro lleva una pequeña porción de maquillaje. Se ve muy bien.

–Me siento incómoda –dice en lo que se acomoda el vestido–. Además, mis zapatos me hacen doler los pies.

Ni siquiera tomo en cuenta sus quejas. En este momento estoy demasiado ocupada analizando cada parte de su atuendo y lo bien que este se pega a su cuerpo.-quiero follarla pensé

–Oh, no –su voz me saca del trance–. Conozco esa mirada y mi respuesta es no.

–Ni siquiera he dicho algo.

–No necesitas decirlo, tus ojos lujuriosos ya lo hacen –termina de bajar el último escalón–. Debemos ir a la fiesta, mientras más temprano lleguemos, más temprano podremos volver.

–Pero aún no quiero irme –la tomo de la cintura para aproximar nuestros cuerpos.

–Freen, basta –pone sus manos en mis hombros para apartarme–. No es el momento.-mas bien becky y yo solo tenemos sexo o al menos eso esta claro entre ambas

–¿Por qué no? –acerco mi rostro al suyo.

–Freen...

–Solo quiero... –junto nuestros labios de forma repentina, sin dejarle más opción que besarme.

Para ser la persona que hace unos segundos se estaba negando, no me aparta en lo absoluto, más bien abre su boca para darme un mejor acceso a ella. Nuestras lenguas encuentran el camino y chocan de forma húmeda y electrizante. Muevo mis manos un poco más abajo, pero Becky me aparta rápidamente.

Solo es un contratoWhere stories live. Discover now