Debían llegar caminando con el aquelarre que se hospedaba en su manada, fuera estaba nevando, estaba totalmente oscuro, así que luchaba por seguirle el ritmo pero no era sencillo.

-¿Por qué no te transformas en lobo?, llegaríamos más rápido – debe gritar para que lo escuche.

-No falta mucho, además si lo hago llegaré completamente desnudo, ¿es lo que quieres? – a ella no le molestaba verlo desnudo, pero de solo imaginar a otras mujeres verlo de esa forma le enfurecía volviendo su vista roja – eso supuse.

Aun con la poca iluminación lo ve sonreír, ella no comprende que es lo gracioso de esa situación, sigue caminando deseando dejarlo atrás, pero no sabe cómo llegar con las brujas, así que, debe volver a seguirlo.

Un pequeño grito escapa de sus labios cuando su pierna se hunde en la nieve, Malik esta junto a ella en un parpadeo sacándola de agujero, le agradece con una sonrisa mientras continuan su camino, espera seguir sus pasos con más cuidado, pero él avanza más rápido que ella.

- ¿Qué sucede? – la sorpresa inunda sus facciones, lo ha tomado de la mano, sus ojos azules se ven más bonitos con ese brillo de cariño con que la mira y la calidez de su mano es un alivio a sus dedos congelados.

-Así haré que camines más despacio, o que sea más sencillo seguirte.

-Pudiste hacerlo desde antes – le dedica una sonrisa que le parece la más hermosa de todas, le hace temblar las piernas de solo verlo.

Continúan sorteando el camino por unos minutos hasta llegar a una cabaña, con las luces encendidas y chimenea humeante, antes de que llamaran a la puerta esta se abrió, del otro lado una mujer de cabello dorado les dio la bienvenida.

-Alfa Malik, Ayla, estábamos esperándolos – los invita a pasar, deben sacudir sus botas antes de entrar, todo es muy cálido, adornado con muchas plantas y cuadros, entra en calor con rapidez, se deshace de su abrigo y todo lo demás que la protegía del frío.

Hay un agradable olor a lavanda y vainilla en el ambiente, el lugar era amplio, la cocina y estancia se conectaban, podía ver desde su lugar como otras dos mujeres preparaban algo en la estufa, mientras otra leía en el suelo junto a la chimenea y un gatito negro ronroneaba con sus caricias.

-Selene, queremos ver a tu madre.

-Lo sé, está esperándolos, Evie ha hecho interesantes descubrimientos en estos días – los guía por una escalera, hasta un ático iluminado solo por velas, hay libros esparcidos por el suelo, al centro un caldero burbujea, mientras la joven bruja que la había frecuentado estaba sentada leyendo en el suelo con las piernas cruzadas y el cabello esponjado.

-Es un placer recibirlos – otra bruja se acerca, es mayor que las demás, su cabello también es blanco, cae a los costados de su rostro en dos trenzas, tiene las manos manchadas con algo de color verde, sus ojos son cálidos, limpia sus manos con el delantal atado a su cintura.

-Me informan que han tenido avances – el estado de ánimo de Malik parece haber cambiado, no hay rastro de esa expresión relajada, su cuerpo esta tenso sujetando con fuerza la correa del bolso que llevaba, incluso la cubrió con su cuerpo cuando la más joven puso atención en ella.

-Primero debes darnos lo que pedimos, la magia tiene un precio alto, debe ser un intercambio – el hombre parece renuente a obedecer, pero aun así entrega el bolso a la mujer mayor.

-Fue muy difícil de conseguir Imelda, espero que lo que me des sea justo. – Hay amenaza en su voz.

-Descuida Malik, así será, aunque debo advertirte, que el proceso es desagradable, y recordarte que aceptaste trabajar bajo nuestros términos.

AylaWhere stories live. Discover now