— ¿Sorpresa?— sonríe y me aprieta más a él. Me había olvidado que su brazo estaba ahí.

— ¡No puedo creerlo!— le abrazo fuertemente y enredo mi pierna derecha en su torso... desnudo—. No puedo creer que estés acá... ¡Y desnudo!

—Se podría decir que tenía calor— dice

— ¡Que emoción que te encuentres acá!— me separo de él pero aún mantengo mis manos en su cuello—. ¿Cuánto tiempo te quedarás?

Abre la boca para contestar pero antes de hacerlo, la puerta es abierta a la vez un chillido se hace presente en mi habitación.

— ¡Oh por Dios, Ela!— grita Kris— ¡Malcriada! Te dije que nada de chicos al cuarto—. me regaña—. Aunque este está guapo— susurra.

Volteo y me la encuentro parada en la puerta de brazos cruzados pero con una sonrisa en el rostro.

—Es Drew, Kris— le explico y ella cambia su cara a una de sorpresa y después asiente.

— ¡Cuánto has cambiado, goyito!— asiente—. Nos vemos abajo. No demoren pilluelos. Los vigilo, eh.

— ¡Ya vete!— le grito tirándole una almohada pero no le cae a ella sino a la puerta del baño que se encuentra demasiado alejada a la puerta de entrada.

—Sigues siendo chueca— asegura y yo volteo a verlo con cara asesina.

—Y tú sigues siendo...— me quedo callada al no saber con qué insultarlo. Él ha cambiado pero para bien. Antes les juro que solo tenía un cuadrado que formaba todo su estómago y ahora que lo he sentido, pues tiene como seis, que sexy—. ¿Un chico?

—Y también en los insultos, que linda, Ela— se ríe y yo le pego en el brazo—. Ya suéltame y levántate que tenemos que limpiar— le golpeo la cara juguetonamente y hago que se separe de mí para levantarme.

Cuando lo hago, siento como el frío me ataca las piernas y rápidamente mi vista baja hacia mis piernas y las veo denudas, voy subiendo mi vista y solo llevo un polo demasiado grande que me tapa hasta la mitad del muslo. Rápidamente jalo la parte de abajo del polo y volteo para encontrarme a un Drew muy despierto sentado en la cama mirándome atentamente.

— ¿Y mi ropa?— le pregunto incómoda.

—Te la sacaste— se encoge de hombros y me vuelve a sonreír.

— ¡Ya no sonrías!

— ¿Por qué?— pregunta parándose haciendo que eleve mi cabeza.

—Porque te ves tan...

— ¿Guapo?

—Diablos sí— abro los ojos de golpe y siento como toda mi cara se torna de un color rojo.

—Así que soy guapo— susurra.

—Definitivamente— susurro.



— ¿Por qué no me dijiste que Ela dormía en mi cuarto?— pregunta.

—Se me olvidó— se encoge de hombros y sigue untando mantequilla en su pan.

—Y también se te olvidó en decirme que él volvía.

—Se los dije, solo que tú tuviste una llamada de no sé quién— asiento—. ¿Quién te había llamado?— pregunta curiosamente.

—Uhm... mi papá— le respondo mirando hacia otro lado—. ¡Kris, te ayudo!— le grito y voy corriendo hacia ella que está cargando sola tres bolsas de basura.

Agarro una bolsa y ella me mira aliviada al sentir menos peso en sus brazos.

— ¡Al fin llegas, mujer!— exclama y yo río.

—Ni me demoré tanto, ah— suspiro y dejo las bolsas al costado de los tachos de basura al igual que ella.

—Ni me demore tanto— me remeda—. Una hora, Ela, ¡una hora!

—Ya, perdón— me disculpo y me río.

—Todo porque vino Drew.

—No lo metas— le digo—. Él no tiene nada que ver.

Tú y yo, bailando hacemos el amor con ropa— canta en español haciéndome reír—. Tú y yo— río y le pego en el brazo.

—Sé lo que significa, troglodita, así que no te me pases de lista.

Es que yo sin ti y tú sin mí, dime quien puede ser feliz...

— ¡Eso no me gusta!— grito y reímos entrando a la casa.

Espero que les haya gustado shequeraaas.

Enamorando a Andre Prinst. (Pausada)Where stories live. Discover now