Capitulo 3

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¿Ya les dije que es incómodo que todos te miren? ¿No? Pues es incómodo. Tan solo dar un paso, los chicos y chicas me miran sorprendidos. Conozco a varias personas de vista, a algunas las recuerdo porque estaban presentes en mi humillación y otras porque siempre las veía pasar por el pasillo.

Nadie ha cambiado, todo sigue igual pero creo que yo no. Todos deben de estar preguntándose «en qué parte de Francia se quedó Daniela porqué la que esta acá no es ella».

Francia me hizo cambiar mucho, desde el idioma hasta la forma de pensar. Antes creía que caminar con un short en la calle se veía demasiado vulgar, pero allá las chicas se visten así, y yo también comencé a vestirme así y me siento bien porque una parte de mí se siente liberada, como si la Ela que vivía acá (en Sunville) estuviera oculta pero cuando fue a Francia se rebeló totalmente.

Disimulo mi nerviosismo y mi incomodidad mientras camino con mis amigas. Solo se escuchan nuestros pasos, de repente, Brooke se detiene y da dos palmadas mientras mira a todos y les hace señales para que se retiren y estos lo hacen. Frunzo el ceño y ella al ver que todos le han hecho caso sonríe y vuelve a colocar su brazo junto al mío.

— ¿Qué fue eso?— le pregunto.

—Se podría decir que soy como ¿la reina?— dice sonriendo—. Todos me hacen caso.

Asiento y hago un sonido con mi garganta, miro a Beth y a Kris, ellas solo ruedan los ojos. Seguimos caminando y Beth nos dice que tenemos que dirigirnos al auditorio porque habrá un discurso del decano.

— ¡Esperen chicas!— grito parándome—. Ustedes vayan, no he llamado a mis padres— digo buscando mi celular en mi bolsa.

—No te preocupes— me dicen Beth y Kris.

—Sí, sí— dice Brooke rodando los ojos.

Asiento y me volteo para irme a los casilleros y apoyarme en uno. Marco el teléfono de la casa de mi mamá, me contesta después de tres pitillos.

—Bounjour, maison des Black— dice la irreconocible voz de mi madre.

—Hola mami— digo sonriendo.

¡Hija!— chilla fuertemente haciéndome reír—. ¿Cómo estás? ¿Cómo llegaste?— pregunta rápidamente.

—Bien, todo bien. El vuelo estuvo tranquilo a pesar de algunas turbulencias pero de ahí todo bien. Me tocó sentarme con una abuelita demasiado encantadora que me contó su historia de amor— le digo recordando todo lo que la abuelita me dijo sobre su esposo y sus nietos.

Me alegra mucho saber que ya estás bien— dice—. ¿Por qué no llamaste?

—Pues, sabes cómo es Kris, ma— le digo mirando hacia el techo—. Me hizo una... reunión y se me olvidó llamarte.

Esa Kris, mándale saludos a las chicas y agradécele a Brooke porque te estas quedando en su casa— asiento pero sé que no me ve.

— ¿Y mi papá?— le pregunto.

Trabajando, pero llámalo cuando aquí sea de noche, está esperando tu llamada. No sabes cómo se puso ayer porque no nos llamaste.

—Hay que gruñón— le digo rodando los ojos—. En fin mamá, tengo que colgar, estoy en la universidad.

¡Oh, cierto! Perdón, ya después nos llamas. Cuídate mi niña— me susurra y sé que está a punto de llorar.

—Cuídate, mami— le susurro y termino la llamada.

Tomo una bocanada de aire y después la expulso. Guardo mi celular y me volteo pero antes de avanzar me quedo petrificada en mi lugar. Sus ojos color marrón, sus cejas tan pobladas, sus sonrisa arrogante, sus labios, su cabello alborotado, su cuerpo tonificado y musculoso; él está ahí. Después de dos años lo vuelvo a ver y creo que está más guapo que antes.

—Vaya, vaya— dice mirándome de arriba hacia abajo y así sucesivamente. Me siento expuesta—. Daniela Black— mi nombre suena tan sexy cuando salen por sus labios... ¿Qué te pasa? ¡Reacciona!

—Ah, hola— pongo mi peso en una pierna y me cruzo de brazos. Pongo cara de desinteresada y él se ríe—. Andre Prinst.

—Cómo has cambiado, Ela— dice pasándose su pulgar por los labios en una forma sexy.

— ¿Sí?— le pregunto sonriendo.

—Demasiado— se acerca más a mí y mi corazón se dispara a mil—. Estás hermosa.

—Ajá— me acerco más a él y cuando veo que cierra los ojos yo me echo para atrás y trato de no soltar una carcajada—. Nos vemos— le digo y él abre los ojos y frunce el ceño.

—Espera— me detiene del brazo y yo volteo—. ¿Nada más?

— ¿De qué hablas?— le pregunto.

Tú y yo— me dice sonriendo—. ¿Quieres salir después de clases?— hago que me lo

pienso y lo miro a los ojos y sonrío.

—No, estoy ocupada. Otro día— me volteo y me voy hacia el auditorio con una sonrisa en el rostro.

— ¿Eso es un sí?— grita y yo sonrío más al saber que espera una respuesta afirmativa.

—Puede ser— le digo volteándome y sonriéndole.

Camino por los pasillos mientras me froto las manos para que dejen de temblar. Después de dos años lo vuelvo a ver, estoy nerviosa, emocionada y decidida a seguir en pie la apuesta.

Siempre he leído sobre apuestas pero siempre de los siempre, los lleva a cabo el chico y no la chica. Yo soy un caso diferente, se suponía que él tenía que quedar enamorado de mí, pero Andre Prinst nunca se enamora y yo tengo pruebas de ello.

También he leído un millón de veces que a los chicos les gusta las chicas difíciles, es totalmente cliché pero esta vida no se llamaría vida si no hubiera cliché. Todos sabemos que el prototipo de chico malo nos encanta a las mujeres, soñamos con un chico así ¿Quién no? Pero, ¿por qué esta vez no se invierten los papeles?

Camino hasta el auditorio y busco con la mirada a mis amigas. Encuentro la cabellera rubia de Brooke junto a las marrones de Kris y Beth. Me dirijo hacia ellas mientras escucho los susurros de la gente y al instante sé que definitivamente se trata de mí.

—Ya está— les digo sentándome al costado de Kris—. ¿Llego tarde?— pregunto poniendo en el piso mi mochila.

Perra, ¿cómo es eso de que te besaste con Prinst?— pregunta Kris tomándome de la mano. Miro a Beth que espera mi respuesta emocionada y a Brooke con una mirada confusa y un poco enojada.

—No... ¿De qué hablan?— les pregunto frunciendo el ceño mirando a todas.

—De esto— dice Beth mostrándome su celular que contiene una foto mía y de Andre, y parece que nos estamos besando.

Comienzo a reírme y me tapo la boca.

— ¿De qué te ríes?— me pregunta Brooke—. Has infringido las reglas— dice molesta.

—No, esa foto es real pero no lo besé— las tres me miran esperando mi respuesta y cuando me calmo les hablo—. Ahí me le acerqué y cuando el cerro los ojos yo me alejé, tal cual me pediste que hiciera Kris— la miro y ella está con una sonrisa enorme.

—Cada vez creces más— dice sacándose una lágrima imaginaria de sus mejillas y Beth asiente riéndose—. ¿Ya ves, Brooke? No pasó nada.

— ¿Qué? ¿Por qué dices eso?— le pregunto a Kris desconcertada.

—Es que... la teñida estaba como loca diciendo que no aceptaste las reglas de la apuesta y un montón de cosas— contesta Beth rodando los ojos.

—Buenos días, estudiantes de la Universidad de Sunville— dice por el micrófono un señor viejo y canoso—. ¡Bienvenidos!


YA TENEMOS TRAILER, GRACIAS girls_happy.

Enamorando a Andre Prinst. (Pausada)Where stories live. Discover now