Narradora
El aire gélido calaba en sus huesos haciéndolo temblar y soltar el vapor caliente por su boca.
— ¿Seguro que tú hermana pasará por ti? –cuestiono su amigo al tiempo que se levantaba puesto que el auto de su padre se acercaba.
— Si, descuida.
Su amigo se marchó y él se abrazo más a si mismo, los minutos pasaron hasta que se hicieron horas.
El menor se levantó y coloco su mochila, si seguía ahí se congelaría.
El camino fue duro, al menos las primeras tres cuadras ya que al empezar la cuarta una patrulla comenzó a bajar la velocidad al tiempo que la ventana era bajada.
— Sube.
El menor miro a todos lados para luego rodear el auto y subir.
— ¿Que haces fuera?, habrá tormenta –dijo al tiempo que subía la ventana y ponía nuevamente el auto en marcha.
— Yo iba a casa, se suponía que mi hermana vendría por mi.
El oficial asintió mientras manejaba.
— ¿Dónde vives?
El menor le dió su dirección causando que el oficial frunciera el ceño.
— ¿En verdad planeabas caminar hasta haya?
El menor asintió causando que el mayor se pusiera pensativo.
— Tu no deberías andar solo, hay personas malas y en el bosque suceden muchas cosas.
El menor lo miró interrogante.
— ¿Cómo que cosas? –cuestiono intrigado.
— Los niños Omega son más frágiles y en el bosque suele haber Alphas, Alphas que no se saben controlar muy bien.
El menor frunció el ceño sin entender que quería decir el mayor.
— Los dominantes suelen perder el control fácilmente, otros logran controlarse un poco...
— ¿Está bien? –cuestiono algo asustado al escuchar como al mayor se le dificultaba seguir hablando.
— Si, solo... en la guantera hay una caja de supresores, pásame una pastilla.
El menor hizo caso y abrió la guantera, pudo sentir como el auto se detenía pero no le dió importancia, busco entre los papeles y cuando la encontró y abrió frunció el ceño.
— Está vacía –murmuro antes de voltear a ver al hombre.
Su corazón se aceleró mientras que con su mano buscaba abrir la puerta.
— Corre –susurro el hombre que intentaba luchar contra su lado dominantes.
El menor no dudo en abrir la puerta y poco le importo dejar su mochila en el auto, corrió lo más rápido que sus pies le daban, no miro atrás, solo se concentro en huir.
— Uhm –solto al caer bruscamente.
Grito cuando fue jalado y luego solo recuerda que el ruido de disparos lo salvaron.
— Cubranlo –ordeno el hombre que había seguido con su ardua labor de disparar al lobo que huyó.
El menor estaba en shock siendo sostenido por un adolescente que al igual que él, era Omega.
— Llevemos lo a casa –susurro una mujer tras el adolescente.
Cuando acordó, el agua tibia estaba relajando su cuerpo, las lágrimas brotaban de sus ojos sin parar pero ningún sonido salía de él.
— ¿Tienen alguna idea de a cual familia pertenece? –cuestiono la mayor viendo como el menor era lavado con cuidado puesto que sus heridas parecían no querer sanar.
— No, pero eso no importa mucho, hermana.
— Mami el está en mi clase de canto –dijo una niña que se asomo un poco para ver qué pasaba pero fue sacada de inmediato por su madre.
— ¿Me puedes decir su nombre?
La pequeña de 9 años asintió con una pequeña sonrisa.
— Se llama Pet –dijo a lo que su madre agradeció con una sonrisa.
— ¿Porque está herido, mami?
El mayor bajo la mirada y solo le pidió a su hija que fuera a dónde su sobrina y cuñada.
— Está bien mami.
El mayor termino volviendo al baño donde ya estaban sacando al menor.
— Lo curaremos en mi habitación.
El adolescente asintió y cargo al menor que seguía llorando en silencio.
— Te curaremos, ¿de acuerdo?, luego buscaremos la manera de contactar a tus padres.
— Araya ve por el botiquín, por favor.
La mayor asintió y se fue de regreso al baño principal, cuando volvió simplemente dejo las caja ahí y salió.
Entre el mayor y su hijo lo curaron y vistieron con ropa que tenían de cuando el adolescente era un niño.
Finalmente el menor fue recostado y cobijado.
— Ya nadie te hará daño, Pet –le garantizo el mayor antes de salir junto a su hijo.
~Capítulo 1» Lobo Feroz~
Continuará...
Espero les guste.
[20-10-23]
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mi mate, mi perdición
Fanfiction- ¿Cómo sabré cuando suceda? -cuestiono el menor a su madre que había concluido con la historia de esa noche. - Vera cariño, todo se reduce a la última persona que piensas antes de dormir, ahí es a dónde pertenece tu corazón. El menor solo frunció e...
