¿Un nuevo tú?

Quizás no es buen caminó...

Era un día nuevo, Wriothesley miraba hacía la ventana no podía evitar seguir pensando en todo, la misma pregunta lo atormetaba, ¿Estoy haciendo bien? No sabía que pensar... Sabía que quizás todo esto arrunaria más su relación, ¿pero si lo fuera así? ¿Y si ambos logran darse cuenta de que deben mejorar? Era una posibilidad. Es hora de arriesgarse un poco.

Dos meses.

Wriothesley sabía que ya faltaba un mes para volver, así que se estaba preparando mentalmente para todo lo que se viene. Mientras comía un poco de arroz, su silencio fue interrumpido por una llamada, era Neuvillete, ya sé había vuelto muy común recibir llamadas de Neuvillete diarias.

"Neuvillete, ¿a qué se debe tú llamada?"

Hubo silencio por unos segundos, hasta que Neuvillete decidió hablar.

"Sólo extrañaba tu voz...Ya falta un poco para que vuelvas, no sé que haré cuando te vea."

Una risa nerviosa se escuchó por parte de Neuvillete y una pequeña sonrisa en Wriothesley.

"Yo igual extrañaba tu voz, así que me alegra tu llamada."

Luego de ambos hablar un poco. Wriothesley ya estaba acostado, había terminado de comer mientras hablaba con Neuvillete, ahora iba a tomar una pequeña siesta.

Tercer mes.

Ya había llegado el día, Wriothesley estaba en el taxi, sus manos temblaban levemente por los nervios y las ansias, aún que debía controlarse si quería seguir con su plan. Luego de unos minutos ya estaba frente su casa, al salir dio un suspiro largo y lo primero que vio, fue a Neuvillete abrir la puerta, al salir, Neuvillete abrazo con fuerza a Wriothesley.

"¡Te extrañe mucho!"

Wriothesley sonrió un poco y acaricio el cabello largo de su esposo.

"Yo igual te extrañe mucho, estoy feliz de verte."

Ambos caminaron hacía dentro, Neuvillete dejó la maleta de Wriothesley sobre el sofá y le dio un apasionado beso.

"No sabes cuánto extrañaba tus besos, tus hermosos labios."

Wriothesley se sentía bastante feliz del cariño, así que sólo se dejaba besar y abrazar.