Prólogo: Vida Diaria.

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Parte 1.

POV: ARK.

Aquella mañana fue como cualquier otra.

Me encontraba durmiendo plácidamente en mi cama cuando siento la voz de alguien diciendo mi nombre.

Al abrir los ojos lo primero que vislumbre fue el color del cielo a través de mí ventana.

Azul...

Ese era el color del cielo ese día.

El clima era agradable. Si te enfocabas se  podía escuchar el cantar de las cigarras. Era un día de semana y eso se podía confirmar solo mirando a la persona cuya voz causó mi despertar.

— Mou. Levántate de una ves Ark. - Dijo una chica que vestía un uniforme mientras jalaba las sábanas que cubría el cuerpo del chico. - Vamos a llegar tarde de nuevo por tu culpa.

La voz provenía de una chica de cabello rojo carmesí el cual estaba amarrado en una cola de caballo. Sus ojos verdes miraban de manera penetrante al chico mientras que fruncía el seño y hacia un puchero.

— (Bostezo) Buenos días Anya. - Dijo frotándose los ojos. - 10 minutos más,¿sí?. - Dijo el chico para acto seguido volver a cubrirse con las sábanas.

— ¡De ninguna manera~! ¡Ya despierta! - Grito jalando aún más fuerte.

— Vale, vale ya estoy despertando. Sabes deberías tener cuidado con la forma en la que haces las cosas o podrías acabar viendo algo que no debes. - Dije bostezando mientras me sentaba en la cama.

— ¿A qué te refieres? - Dijo con una expresión de genuina confusión.

— Me refiero a que los hombres en las mañanas somos muy enérgicos. - Respondí con una expresión pícara señalando mi parte inferior que aún estaba cubierta por las sábanas en donde se eregía una tienda de campaña.

Al darse cuenta de a qué me refería se puso toda roja.

— Entonces no vendré más a despertarte. - Dijo con una expresión de enojo mientras se dirigía a la puerta.

— Solo bromeaba. Por favor Anya, te necesito. - Dije en tono de súplica mientras hacia una cara triste.

Ante esto ella solo hizo un puchero.

— Te esperaré abajo. - Alcanzó a decir mientras se iba.

Me levanté rápidamente de la cama.

En ese instante mi vista quedó atrapada en la imagen que se reflejaba en el espejo de la pared.

Un chico cuyo flequillo casi cubría su visión probablemente debido a que hace mucho que no tenía un corte de cabello me devolvía la mirada.

A pesar de mi vista en declive mi aspecto físico se mantenía impecable y hasta llegaba a ser envidiable.

Terminando mis preparativos decidí que ya era momento de ir donde Anya.

Parte 2.

Eran alrededor de las 4:30 cuando llegamos a casa. Me despedí de Anya y entré.

La casa tenía seis habitaciones. Tres en el primer piso y tres en el segundo. Esto solo sirve para aumentar la sensación de soledad que rodea la casa. Aunque no es como que me moleste.

Mi padre lleva cuatro años trabajando en el extranjero y mi madre murió cuando yo nací. No tengo ningún recuerdo de mi infancia es como si todo estuviera envuelto en tinieblas como si hubiese algo que no quiero recordar por lo que no sé cómo debería sentirme al respecto.

Actualmente vivo con mis tíos Austin y Nadia Black, y su hija, mi prima Ilia Black.

Sin embargo mis tíos están atendiendo sus negocios por lo que van a estar viviendo fuera un tiempo y mi prima se fue con ellos para ayudarlos con la mudanza.

Pero como no vale la pena pensar en estas cosas lo mejor será que estudie y haga algo de ejercicio.

Dos horas más tarde...

Y ahora viene el momento del día que más disfruto.

No hay nada mejor que sumergirse en la tina luego de una buena rutina de ejercicio.

La sensación del agua envolviendo mi cuerpo en su calidez causa en mi un estado de somnolencia por el cual siempre soy derrotado.

Una vez más ese sueño... - Con solo mi conciencia flotando en el paisaje que ha visto muchas veces en la misma situación, me dí cuenta que esto era un sueño.

Los ojos de personas desconocidas sobre mí. Mi padre hablando lado a lado con una persona desconocida pero a la vez familiar. Y, en medio de todo esto se me acerca una chica de cabellos rosados.

Tanto ella como yo parecíamos tener la misma edad.

— ...

No entendía lo que decía sin embargo como si ya fuera algo común estiró sonriendo su mano hacia mi.

¿Cómo es posible que sepa que está sonriendo si no puedo ver su rostro?

La pregunta pasó como un flash por mi mente y desapareció como si no hubiese estado ahí en primer lugar. Esto se debía a qué sentía que si no tomaba su mano ahora no lo haría nuevamente.

Ajeno a todo a mi alrededor y como si el tiempo se hubiera vuelto más lento estiré mi mano hacia la de ella. Sabía lo que pasaría. No la alcanzaría y terminaría despertando como tantas veces ya.

Pero...

Algo cambio...

Está vez, logré tomar su mano...

Mi conciencia se desvaneció lentamente. Aún así estaba seguro de que está vez si había alcanzado su mano.

Hola, hola mis queridos seguidores. Espero que disfruten de esta historia. Si es así por favor deja tu estrella.
En el próximo capítulo veremos el inicio de esta historia.
Advierto, hay bastante contenido erótico.

Se despide Yohan-kun.

La vida diaria del Mago más fuerte.Where stories live. Discover now