Traicionada Por Mi Mate - Teresa Lilly

CAPÍTULO 51 - ¿Irse?

ANDREW

Logan se calmó un poco, pero seguía alterado.

— Deja que te abrace hasta que se calme—. Le dije a mi hermana.

Podía ver lo herida y enfadada que estaba, y eso me partía el corazón. Tenía todo el derecho a estarlo, lo sabia, pero deseaba que no lo estuviera. Deseaba que me dejara explicarle.

A juzgar por la forma en que me miraba, no estaba seguro de que me dejara explicarme pronto.

Me estaba matando.

Quería arrancarme el corazón. Quería castigarme por ser estúpido. Quería volver atrás y arreglar cada error que he cometido.

 Deberías haberme escuchado. Asher gruñó. No estaríamos perdiendo a nuestra hermana ahora.

Los latidos de mi corazón se aceleraron. ¿Perderla? ¿De qué demonios estaba hablando?

Estaba enfadada, sí, pero me dejaría explicarle. Me perdonaría.

¿De qué coño estás hablando, Asher? le gruñí.

Eliza me dijo que Emma estaba hablando de dejar la manada para tener algo de espacio de Logan. Asher se quejó. Eso fue antes de que le dijeras la verdad. Quién
sabe qué hará ahora.

Mi cuerpo se congeló. ¿Quería dejar la manada? ¿Quería dejarme?

No.

¡De ninguna puta manera iba a dejar que eso pasara!

Mis manos fueron a agarrarla sin pensarlo. La agarré del brazo, sujetándola, pero sin apartarla de Logan. Me arrancaría la cabeza ahora mismo. Ya estaba arriesgando un montón de mierda sólo por tocarla.

Ella nunca me dejará. Le dije a Asher. No lo permitiré.

Eliza hará lo que pueda para mantenerla en la manada. Asher suspiró con tristeza.

¿Lo sabe León? pregunte, aunque ya sabía la respuesta a esa pregunta.

Si León lo supiera, mi casa ya estaría destruida y tal vez incluso quemada hasta los cimientos.

Por supuesto que no. Asher dijo. Se volvería loco. Eliza sólo me lo dijo porque tiene miedo. No quiere dejarnos ni a Logan ni a Leon. Sabes que no nos comunicamos mucho.

Asher tenía razón. Nuestros lobos no hablaban mucho entre ellos. Los compañeros se comunicaban más a menudo, pero la mayoría eran cosas amorosas.

Compartían nuestras conversaciones privadas y pensamientos sólo cuando temían que su humano hiciera algo peligroso, y sólo lo compartían con compañeros y familiares.

Igual que Eliza estaba haciendo ahora.

 No te preocupes, Asher. Dije, apretando el brazo de Emma. No se irá. No la dejaré.

Mejor que no. gruñó Asher. Te daré una paliza si haces algo estúpido esta vez.

Le gruñí antes de cortar nuestra comunicación y volver a centrarme en Logan y Emma.

Logan parecía estar mejor. Sus caninos se habían retraído y sus ojos habían recuperado su color normal.

Tenía la nariz hundida en el pelo de Emma y respiraba profundamente.

—¿Logan?—Le llamé con cuidado.

Levantó la cabeza y me miró.

—¿Estas bien?— le pregunte en voz baja.

Miró a Emma y negó con la cabeza.

Lo sentía por él, pero también comprendía a Emma.

— ¿Puedes dejarme ir ahora?— Emma le preguntó.

Respiró hondo y aflojó el agarre. Ella se incorporó y le miro. Le puso las manos en las caderas, manteniéndola sentada en su regazo.

— Emma... — empezó a hablar, pero ella le interrumpió.

—No quiero oírlo, Logan—, dijo ella, intentando zafarse de su agarre. — Por favor, déjame ir.—

— No puedo, cariño—. Logan murmuro.

—¿Puedes hablarnos, por favor?— le pregunté en voz baja, pasándole los dedos por el pelo.

Se volvió para mirarme. — No.—

— Emma, cariño... —Logan empezó a hablar de nuevo, pero fue interrumpido.

— No. — Emma dijo enojada. — ¡No soy tu bebé! Deja de llamarme así y suéltame—

Empezó a apartarse de Logan, y él no tuvo más remedio que hacer lo que ella decía. En cuanto Logan la soltó, Emma se levantó de su regazo y corrió escaleras arriba sin mirarnos a ninguno de los dos.

Logan y yo nos quedamos mirando las escaleras
mucho después de que ella se fuera.

— ¿Qué hacemos?— preguntó Logan tras un largo silencio.

— No tengo ni puta idea— . Gemí, apoyando la cabeza en las manos. — Pero creo que la estamos perdiendo 

—Está tan dolida y enfadada—, susurro, mirando fijamente las escaleras e ignorando mi comentario anterior.

No sabía si no me había oído o si lo había ignorado a propósito.

— ¿Puedes culparla?— Gruñí, mirándole. — Es un poco sospechoso cuando lo piensas—

Su cabeza se giró hacia mí. Su ira había vuelto.

—¿Estás diciendo que la única razón por la que la quiero es porque es la Verdadera Luna?—, gruñó, con los ojos encendidos de furia.

— No. — Suspiré cansada. —Sé que no es verdad, Logan. Lo que digo es que entiendo de dónde viene. Eso parece. Lo siento—

Su rabia se convirtió en dolor y suspiró pasándose la mano por el pelo.

—Sé lo que parece—, gritó. - Pero no puede estar más lejos de la verdad. La quiero. La deseo. Me importa una mierda su fuerza o su poder. Sólo quiero a Emma. Quiero a Emma—

—Lo sé-. Murmuré. — La recuperarás. La recuperaré—

—¿Qué hacemos, Andrew?— preguntó Logan, recostándose en el sofá.

— Le demostramos que el hecho de que sea la Verdadera Luna no tiene nada que ver con que la queramos—. Le dije. — Lo repetiré tantas veces como sea necesario—

—¿Y si no nos cree?— susurró Logan.

— Lo hará— . Dije con absoluta certeza. —Ahora está dolida y enfadada. Le daré una hora para que se calme un poco e iré a hablar con ella. Siempre lo hago cuando está enfadada. Le doy suficiente tiempo y espacio para calmar sus emociones, pero no suficiente tiempo y espacio para entrar en espiral con sus pensamientos.—

— Eres un buen hermano—. Logan dijo.

Le sonreí con tristeza. —Podría ser mejor—

Pensé en contarle a Logan lo que Asher me dijo, pero decidí que no era buena idea. Realmente quería mantener mi casa intacta. Hablaría con Emma al respecto y trataría de ver hasta qué punto iba en serio lo de marcharse. Si había algo de qué preocuparse, se lo diría a Logan. Si no, nunca tendría que saberlo.

— ¿Crees que te hará caso?—, me preguntó, volviendo a dirigir su mirada hacia las escaleras.

— No lo sé—. Suspiré. — Haré lo que pueda para convencerla de que me escuche-.

—Realmente espero que lo consigas—. Logan suspiró. —No puedo vivir sin ella, tío—

— Lo sé— Murmuré. —Yo tampoco.—

Realmente esperaba no tener que descubrir lo que era vivir sin ella. Apenas sobreviví los cuatro días que estuvo fuera. No podía volver a pasar por eso. Haría lo que tuviera que hacer para mantenerla aquí.