AL FINAL TODO FUÉ MI CULPA ; NOAH MORGAN

RED ROOM

HABITACIÓN ROJA

¡¡Atención!! Éste puede ser sensible para menores de edad, por lo que te sugiero que pases esta parte.

Sam comenzó a abrir lentamente sus
ojos, estaba de espaldas mirando hacia el armario de Noah. Se dió la vuelta con flojera, y la menor del lado de la ventana ya la estaba mirando. Las dos chicas sonr

El sonido de la puerta abriéndose y el "KNOCK, KNOCK" hizo que las dos chicas se levantaran de golpe. Una estaba cubriendo su cuerpo con la sábana blanca mientras que la otra solo tenía un sostén negro con un pants del mismo color.

— Noah—Will entró a la habitación—. ¿Has visto a- —miró a las dos chicas.

— Papá... Verás, es que no—ella no podia—su voz se cortaba de nervios.

— Es Maggie. Está en el hospital—informó.

— ¿Maggie? ¿Qué a pasado?—preguntó.

— Creo que deberías ir—salió Will negando.

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Sam caminaba rápido mirando las numeraciones de las habitaciones, miró el número 007 arriba de la puerta y entró a está agitada.

— Maggie...—miró a la niña. Al lado de la menor estaba Nick sentado, lo miró rápido con tristeza y se acercó a la niña—. ¿Cómo está cariño?—preguntó la castaña.

— Mucho mejor—respondió la niña.

— Nos has dado un susto, ¿vale?

— Quería darle un susto a la enfermera, me escondí detrás de la cortina y quité la alarma del móvil—explicó.

— Esa alarma es horrible—habló Nick sonriendo. Maggie asintió.

— No lo vuelvas a hacer nunca más, ¿está bien?

— Vale

La niña le hizo caso a Sam y Noah se recargó en el lado derecho de la puerta mirando profundamente lo preocupada que estaba la castaña por su hermana.

— ¿Dónde está mamá?—preguntó Maggie.

— Llegará pronto, no te preocupes—Sam acarició su mejilla con delicadeza.

— ¿Esa es Noah? No parece tan grosera

— No, no lo es—dijo Sam—. Cuando la conoces es increíble.

— Buenos días—entró una enfermera. Nick y Sam se levantaron al mismo tiempo.

— Hola—dijo Nick. Los hermanos se acercaron a la enfermera y Noah se acercó a la menor.

— Son los mejores hermanos del mundo, ¿verdad?—le preguntó Maggie a Noah y esta sonrió.

— Si. Cuando los conoces si lo es pero, la favorita de Sam siempre vas a ser tú—Maggie sonrió.

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La luces LED iluminaban de rojo la habitación, Sam entró al su lugar secreto con Noah por detrás.

— Con que aquí traes a todas las chicas con las que tienes sexo—Noah se burló directa.

— En realidad nunca e traído a nadie aquí, ni a Nick. Eres la primera que sabe de este lugar—Noah dejó de sonreír mirando a su alrededor. Se sentó en la cama donde tenía buena vista para ver el panorama.

Suspiró...

Sam se sentó a su lado entre sonriendo, pero sin verla a la cara.

— ¿Qué es lo que te gusta de mí? Como para traerme a este lugar—preguntó Noah imprudente.

— Sencillo—se posicionó recta y miró a la menor-. Que eres mía.

— ¿No te gustan mis ojos, por ejemplo?

— Me gusta como tus ojos me miran—sonrió de lado.

— ¿Mi personalidad, físico?

— Ambos

— ¿Y que odias?—se levantó de la cama.

— Todo. No te soporto—dijo Sam y se levantó posicionándose frente a frente con la menor.

— Hablo enserio

— Odio cuando no estás cerca de mí, y eso es lo único que diré-informó.

— ¿No me besarás?—retó Noah sin fuerza de voluntad.

Comenzó a pasar sus nudillos (Sam) por su rostro y el cuerpo de Noah se erizó al sentir su contacto en la piel. Lentamente tomó su mentón y dirigió su boca hacia mía apretando sus labios contra los de ella.

Fué un beso lento, era de esos fluidos y cómodos. Sam sintió como la mano de Noah se entrelazó en cabello sosteniendola ahí. El beso se convirtió en un beso brusco pero nada incómodo. Sam aceptó, y marco el ritmo a su modo, salvaje y feroz.

En ese instante todo pareció nublarse para Noah. Ya no podían más con esa tentación. Ya no importaba absolutamente nada, lo único que quería está era devorará sus labios. Estaban en la misma sincronía, había una gran conección y deseo. Las manos de Sam rodearon la espalda de Noah apegandola por completo a ella.

Lo primero que sintió Noah, fueron las grandes manos de Sam recorriendo capa parte de su cuerpo, no había ningún lugar dónde ella no haya besado o mordido.

Pudo sentir como era levemente empujada hacía una pared, dónde el impulso de la menor fué subir sus piernas al rededor de la cintura de Sam. Esta era muy pequeña, por lo que permitía aferrarse bien.

- Pecas... dime si te molesta algo, trataré de ser lo más suave posible-dijo Sam entre el beso y un susurro, levantó a esta en el aire colocó a Noah suavemente en el colchón de la cama.

Su boca devoraba la de la menor, el beso era intenso y a veces brusco pero las dos luchaban con sus lenguas para ver quién lo dominaba. Hasta que el aire las hizo saber que tenían que respirarlo, sus rostros se separaron tan solo centímetros dónde las dos se veían solamente con la luz roja.

Las respiraciones de cada una chocaban, pero eso no les impedía quedarse admirando la belleza de las dos.

— Samaella Leister, hazlo ya—pidió Morgan. Jadeos salieron de la boca de ambas, y a Sam eso no le importaba.

La castaña empezó a repartir besos por todo el cuerpo de Noah llegando a la parte baja de esta, dónde con suavidad fue bajando cada prenda de esta. Su mano se poso al frente del rostro mostrando dos dedos.

Noah entendió la referencia y acercó su boca para poder lubricar los dedos de Sam, lo hizo de forma coqueta, sus ojos no se apartaban, las dos mantenían el contacto visual.

La misma empezó a sentir como Sam introduce el primer dedo, inclinó su cabeza hacia atrás soltando pequeños gemidos.

— ¡Oh por Dios!—dijo Noah casi en un susurró pero fué lo suficientemente alto como para que Sam lo escuchara.

— No te calles, me gusta oírte—susurró Sam en el oído de esta.

— ¿Que es lo que quieres?—dijo la mayor haciéndose la tonta.

— Tenerte para mí—habló Noah.

La habitación de color rojo estaba en plena oscuridad y solo se escuchaban gemidos de Noah.

Sam solo terminó y lentamente comenzó a abrazar a Noah por la espalda.

— No sabes cuánto te amo—dijo Sam al fin rebelando sus sentimientos.

— Yo también lo hago Sam—habló para unir sus labios con los de la castaña.

Sonrío Noah para después cada uno caer en brazos de Morfeo.