XIII. El tiempo de las luciérnagas.

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Capítulo XIII.

Saldar cuentas.

Erik fue el primero en despertar, se estiró un poco en la cama y apagó el despertador, no quería que el ruido despertará a su esposo que aún estaba completamente dormido. Giro un poco para besarle la frente antes de empezar su día. Con sorpresa descubrió que Charles se sentía con fiebre, después le puso una mano en la frente y otra en el pecho, su temperatura estaba muy por encima de lo normal cuando se está dormido. Suspiró y se sentó en la cama, se colocó los vaqueros y fue del lado de la cama, no quería despertarlo, pero aun así lo hizo,

—Amor, despierta, – Charles abrió los ojos y estaba somnoliento, lo observó y claramente no tenía la vitalidad de siempre, —¿Te sientes bien?, al parecer tienes fiebre, – él negó primero y después habló,

—No, no me siento bien desde ayer en la noche. Pensé que con el medicamento para el dolor de cabeza y con dormir, se me pasaría,

—Entonces te ayudó a bañarte y vamos directo al hospital, – Charles le sonrió levemente para quitar la tensión al momento,

—Que te parece si en lo que vas a revisar el ganado y los caballos, yo me baño y vienes a desayunar conmigo. Después vamos al consultorio del doctor McCoy en Holbrook. Voy a llamarlo para saber si nos puede atender,

—Entonces voy rápido y al volver vamos al médico,

—De acuerdo, amor, – Erik se acercó y lo beso en los labios.

Después fue al armario para sacar una camisa, se la puso y mientras la abotonaba, regresó la vista a Charles. Este permanecía con los ojos cerrados y con ambas manos entrelazadas sobre el pecho,

—Mi amor, – este no abrió los ojos y soltó un pequeño sonido para hacerle saber que lo escuchaba, —Pienso que sería una mejor idea organizar a los muchachos para que vayan con el ganado y a Logan a las caballerizas. Yo me quedaré contigo para ayudarte con el baño y podamos ir directo al hospital, – Charles sonrió con los ojos cerrados y después los abrió para observarlo,

—No, no, no, no, señor Lehnsherr. Usted irá a ver a su ganado y a sus caballos. Va a asegurarse de que todo está bien y solo hasta en ese momento, yo me sentiré tranquilo, – Erik se acercó a la cama y se sentó a su costado,

—Eres muy obstinado, Charles, – y le tomó la mano,

—Eso ya lo sabías, amor, – le respondió Charles con una media sonrisa, Erik descubrió que de verdad estaba con fiebre, —Y aun así decidiste amarme y casarte conmigo, – Erik le sonrió levemente,

—Y lo volvería a hacer mil veces, Charles, – este le sonrió,

—Voy a llamar a Hellen para que venga apoyarte y no quiero más justificaciones, – Charles asintió,

—Antes de que te vayas, amor. Me ayudas a sentarme para quedar recargado sobre la cabecera, – Erik asintió y se levantó de su costado. Subió una pierna al costado de él y casi lo cargó por debajo de las axilas para qué logrará sentarse,

—Estás bañado en sudor, Charles,

—Te aseguro que después del baño me sentiré mejor y si te deja más tranquilo, cuando vuelvas de atender los asuntos de la hacienda, vamos directo al hospital, – Erik asíntio y le beso de nuevo en los labios,

—Entonces no tardaré, – Charles le sonrió y le hizo un gesto para que fuera a empezar la labor del día.

Erik fue directo a ver a Hellen, le comentó que Charles no se veía bien y que necesitaba ayuda para asearse, le hizo prometer que no lo dejaría abandonar la habitación hasta su regreso. Suspiró cuando iba de camino a buscar a Logan, solo habían pasado tres meses de la cirugía de Charles y aún no podía sentirse tranquilo con respecto a su salud.

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