|06| Maga Cretaceum

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Dainsleif la miró nervioso, ahora ya no estaba tan seguro de contarle sus sentimientos. Además de que su momento perfecto fue arruinado.

—Te lo contaré otro día, ¿si?

La fémina asintió dudosa, ahora estaba intrigada.

—Bueno, me gustaría volver a salir así contigo.

Posó su mano en el lado del corazón, sentía cálido, así era su descripción. Simplemente cálido y reconfortante.

Dainsleif sonrió con las mejillas coloreadas de rojo por la tierna imagen que presenciaba. Tomo la mano libre la de chica y la llevó a su rostro.

—Yo estaría encantado de volver a hacerlo. —al terminar dejó un suave beso en la mano, para mirarla a los ojos de manera pícara.

Kalia abrió sus ojos con sorpresa, esa mirada que le dirigía hizo que sus mejillas ardieran y sus manos sudaran. Las quito rápidamente para tapar su boca con una de ellas y apartar la mirada.

—Y-yo... —tartamudeó inconsciente. — Creo que sería mejor que me vaya.

Antes de que el chico pudiera articular una palabra la chica se fue rápidamente en dirrección dónde había ido la mujer anteriormente.

¿Acaso esto era "nervios"? Pensó la chica mientras caminaba.

Logró llegar hasta donde Rhinedottir la esperaba, juntas caminaron en silencio.

—Ese chico... —Cortó el silencio la mujer —¿Es tu novio?

La menor la miró por unos momentos y negó.

—Es mi amigo.

Rhinedottir la miró incrédula, la forma en la que ese... Dainsleif, veía a su ahijada no era de solo un amigo.

—Tiene la misma cara de idiota que tu padre cuando veía a tu madre.

Esto hizo que la menor la mirara confundida, ¿Dainsleif la veía con cara de idiota? ¿Cómo se suponía que era esa mirada?

La mujer la miró por unos instantes antes de golpear su frente y negar con resignación.

—Veo que no lo entiendes.

Por fin llegaron a su casa, Daanilf las recibió y miró específicamente a Kalia con una sonrisa.

—La cena está lista, el señor y la señora Makteholde las esperan.

Ambas féminas asintieron y fueron al comedor. Donde hubo una extensa charla por parte de los adultos y algunas preguntas dirigidas hacia Kalia, quien respondía aunque no fuera con palabras extensas.

 Donde hubo una extensa charla por parte de los adultos y algunas preguntas dirigidas hacia Kalia, quien respondía aunque no fuera con palabras extensas

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Algunos días pasaron, donde Rhinedottir visitaba cada que podía a Kalia. Dainsleif sin embargo, no había podido volver a verlo por estar muy ocupado, después de todo, se acercaba la época de exámenes. Y Kalia, normalmente no estudiaba porque ya había leído todo.

—¿Cómo es que no quieres ser alquimista?—dramatizó Rhinedottir con una mano en el pecho y otra en su frente.

—En realidad, creo que prefiero ser Artista o Maestra—se encogió de hombros con desinterés—. Tal vez suene tonto por no ser una profesión tan especial e importante como las de mis padres.

A su madrina casi le da un infarto y la mira horrorizada. ¿Maestra? ¿Artista?

—Eso es porque no has visto mis creaciones. —comentó firme.—Sígueme.

Kalia la miró confundida y no muy segura, pero aún así, la siguió.

Llegaron a la casa de la alquimista, está no era muy grande debido a que solo vivía una persona. Pero al entrar, se escuchó un pequeño sollozó en una de las habitaciones.

—Oh, Cretácico despertó.—comentó al escucharlo.—¿Puedes buscarlo? Buscaré para darle de comer.

—¿Cretácico? —cuestionó la menor.

—Sí, lo nombré así temporalmente.—asintió— Pero puedes ponerle un nombre si gustas.

La adolescente asintió para ir a la habitación, dónde se encontraba una cuna, en su interior se encontró con los enormes ojos lagrimosos de un bebé. El pequeño la miró sollozando. Esto hizo que el corazón de la chica se contrajera y lo tomara con cuidado entre sus brazos. Lo arrulló tratando de que se calmara mientras lo veía y él hacia lo mismo con su pequeño puño en su boquita.

—Albedo...—Susurró con cariño la chica.  Era uno de sus personajes favoritos, no podía creer que lo veía siendo un bebé.

—Veo que ya le pusiste nombre. —Hablo Rhinedottir entrando a la habitación con un biberón en mano y se lo entregó a la más joven.

Kalia tomó el biberón y se lo dió al bebé expectante, él mientras lo tomaba la miraba como si fuera lo más interesante del mundo. Era muy tierno ante la vista de Kaila.

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Notita:Así es como me imagino a Rhinedottir, créditos a su respectivo autor

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Notita:
Así es como me imagino a Rhinedottir, créditos a su respectivo autor.

𝐈𝐌𝐏𝐄𝐑𝐌𝐀𝐍𝐄𝐍𝐂𝐈𝐀 | 𝙂𝙚𝙣𝙨𝙝𝙞𝙣 𝙄𝙢𝙥𝙖𝙘𝙩Donde viven las historias. Descúbrelo ahora