PREFACIO

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LAIA

Todo empezó cuando mi mejor amigo de la universidad, Víctor, del cual seguía perdidamente enamorada,anunció su compromiso, y yo me quedé embarazada deotro en un desliz de una noche de verano. Aquello provocóque yo dejara la Facultad de Bellas Artes y se formaraentre nosotros un muro difícil de derribar. Aún vivía conél cuando me convertí en mamá y su novia frecuentabanuestro piso, pero no tardé en mudarme con mi hijo Hugoa un pequeño apartamento. Quedaba cerca de mi madre,que me ayudaba con su cuidado, y a varias paradas de autobúsde mi nuevo trabajo como camarera en una cafeteríade barrio. En aquel momento, mi mundo, mis planesde vida, mis metas, empezaron a desmoronarse.

Continuaba viéndome con Víctor, pero nuestra relaciónestaba tensa. Yo no dejaba de sentir emociones quetal vez él nunca había desarrollado por mí y el nacimientode Hugo nos había distanciado más. Mis sueños se truncaroncuando me vi en la obligación de abandonar mi carreraartística para dedicarme al cuidado de un niño. Mivida estaba estancada en una esperanza vacía de volver aser lo que Víctor y yo fuimos antaño. Me había hundido en las profundidades de un abismo del que no podía ni hacía nada por salir. La puerta se había cerrado y la ventana quedaba demasiado alta.

Lo único que me hizo seguir adelante, tener fuerza para levantarme, enfrentarme al lienzo en blanco e ir a mi trabajo real cada día era la música, su música. Un día, cuando ya creía que todo estaba perdido, que no habría esperanza de mejora, unas palabras me llegaron al oído, cantadas por siete ángeles que brillaban como estrellas en un cielo sin luna, y me brindaron el consuelo que no hallé ni en mis pinceles.

Estaba sola, triste, vacía. 

Rota.

Pero la vida sigue, decían sus letras.


DAEHYUN

Por fin había acabado la gira y estaba agotado. Habíamos hablado de tomarnos un respiro antes de los conciertos, pero no fue hasta que acabó la gira que lo hicimos público. No era una separación, era una pausa, darnos un tiempo para descubrirnos, para pensar, para replantearnos nuestras carreras al volver del inevitable servicio militar; pero muchos habíamos expuesto la idea de dejar el grupo y continuar por nuestra cuenta, aunque nos doliera.

Necesitábamos seguir con nuestras vidas, o empezarlas por fin, lejos de los muros de la empresa, fuera del sello de Dynamite, para encontrar nuestra esencia. Habíamos sopesado las opciones, las ventajas y desventajas, y era un riesgo. Quizá no saldría bien, quizá nadie nos apoyara, pero quien no arriesga no gana. Y quien ya no tiene nada que perder...

Había pensado no solo en abandonar el grupo, sino en dejar de cantar, librarme de mi jaula. Estaba harto de ser el rico, aclamado y exitoso Lee. Solo quería olvidarme de ser una estrella, perder ese brillo, apagarme, ser invisible, cambiar el modo Lee por el modo Daehyun.

Reservé un vuelo a Europa con la intención de replantearme mi carrera, sin presión. Estaba tan cansado, tan confuso..., pero la vida sigue. Esa letra la compuse yo.

Como una flecha en el cielo azul (Disponible en Amazon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora