Deafening Silence | George Weasley

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¡Qué giro de trama!

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Era mediados de enero e Iris estaba enloquecida. Audrey se casaría en menos de una semana e Iris no había pensado en cómo haría las cosas. Ella sinceramente no quería hacerlo. No quería ser dama de honor, no quería dar un discurso y no quería decirle a George que no podía hablar.

Los dos no se habían visto desde la fiesta de Navidad. Se habían estado enviando búhos mucho pero nunca se encontraron. George estaba ocupado con su trabajo y la boda de su hermano e Iris, aunque menos ocupada que George, nunca le pidió que se reunieran porque tenía miedo de decírselo.

La niña sentía que no podía ser ella misma sin su voz y aunque estaba lejos de ser cierto, nada podía hacerla cambiar de opinión.

Estaba sentada en su apartamento, terminando el último discurso. La niña fácilmente podría haberle dicho a una de las damas de honor que diera un discurso en lugar de ella, pero sabía lo mucho que significaba para Audrey y lo mucho que significaba para Iris que una de sus mejores amigas se casara.

Entonces, lo absorbió y escribió su conmovedor discurso y, aunque había salido hermoso, la niña tenía miedo de pronunciarlo. Su única opción era pedirle a su hermana que lo leyera en su nombre.

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Era mediados de enero y George estaba enloquecido. Percy se casaría en menos de una semana y George no había pensado en cómo se comunicaría con la gran reunión. Sinceramente no quería hacerlo. No quería ser parte de la boda, no quería hablar con sus amigos, profesores y familiares de Hogwarts y no quería decirle a Iris que no podía oír.

George inventó muchas excusas sobre el trabajo y su familia para evitar ver a Iris en persona, pero a medida que se acercaba la fecha, George se dio cuenta de que era inevitable. Si los dos seguían enviándose búhos como lo hacían, eventualmente él tendría que tener una conversación completa con ella en persona.

La idea de eso lo asustó. Estaba nervioso porque sentía que sin su audición se estaba convirtiendo en una carga para sus amigos y familiares y, aunque estaba lejos de la verdad, nada podía hacerle cambiar de opinión.

Estaba sentado con Fred, hablando de la boda cuando el gemelo mencionó a Iris.

"¿Realmente nunca vais a hablar en persona?" Preguntó Fred, su voz resonando por todo el apartamento.

"Preferiría no hacerlo" dijo George en voz baja, al menos para él.

"¡Idiota! Solo sé tú mismo y si no le gustas por lo que eres entonces no te merece".

"Honestamente, no pude escuchar nada después de Idiota", le dijo George a su gemelo, quien le repitió la frase.

"Puedo pedirte que me repitas cosas, pero otras personas se frustran al tener que repetirlas una y otra vez" George estaba genuinamente triste. Ya se sentía bastante mal que su hermano dijera todo el doble de veces y el doble de alto, que alguien que acababa de conocer repitiera lo mismo una y otra vez sólo porque su maldita oreja no funcionaba no le parecía justo a George, lo cual nuevamente era completamente falso.

"¡Vamos Georgie! ¡Pensé que eras un Gryffindor!" Fred se rió entre dientes, "No tienes nada de qué preocuparte"

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El temido día llegó antes de lo que Iris esperaba. Estaba parada frente al espejo con un sencillo vestido largo rojo con mangas de red, el cabello recogido en un moño suelto y una bufanda blanca colocada elegantemente sobre sus hombros.