Deafening Silence | George Weasley

2

Puede que esté callada pero tengo muchas cosas en la cabeza

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Iris Menkem perdió la voz durante la guerra. No sabía por qué, tal vez fue por los gritos mientras intentaba proteger a algunos de primer año o tal vez simplemente no quería hablar sobre la guerra y decir 'lo siento' cada vez que alguien lloraba porque había perdido a un ser querido en la guerra. Sin embargo, la niña comenzó a perder su carácter ruidoso, volviéndose más callada cada día porque no quería explicar a la gente cómo perdió la voz o por qué los ignoraba "groseramente" cuando le hablaban o por qué llevaba un Bloc de notas a todas partes.

Adeliene 'Adele' Menkem ayudó mucho a su hermana. Le dio a Iris un trabajo en su tienda en el callejón Diagon, lo que implicaba almacenar, reabastecer y entregar. Iris no tenía que hablar mucho y eso le salvó gran parte de su dignidad.

No, Iris no dejó de ser feliz, no dejó de reír y no dejó de caminar con confianza pero eso fue solo frente a su familia. La niña hablaba con su hermana mediante notas, acciones y expresiones faciales porque no había aprendido ningún lenguaje de señas. Ella se rió en silencio cuando su padre contó un chiste tonto y estúpido que apenas tenía sentido. A veces bailaba con su madre en la cocina cuando estaban horneando pastelitos juntas. Pero, cuando se trataba de personas fuera de los tres, Iris se escondía detrás de su padre como si tuviera seis años y fuera demasiado tímida para conocer gente nueva.

Sus amigos de Hogwarts venían a visitarla mucho, pero eso no aumentaba su confianza, se sentía no escuchada, diferente e indigna.

Adeliene hizo todo lo posible para que Iris escuchara. Incluso comenzó a aprender lenguaje de señas para su hermana menor, quien se había negado a ir y aprendió. El sanador había dicho que era sólo un trauma, pero últimamente solían decir eso para todos y las hermanas no creían nada de eso.

La hermana mayor había visto a la menor intentar hablar de nuevo cuando estaba sola en la habitación y llorar cuando fallaba. Adele buscó hechizos, amuletos, maldiciones y hasta pociones para recuperar la voz de su hermana pero nada funcionó.

Adele no se rindió. Obligó a su hermana menor a ir a clases de lenguaje de señas que se impartían todos los días en St. Mungo. Ella también fue para poder comunicarse mejor con su hermana.

Después de cinco meses y un progreso mínimo, Iris empeoró. Se volvió más testaruda, menos extrovertida y se negó a ir a esas clases "estúpidas". Pero Adeliene nunca se rindió. Fue y le enseñó a su hermana lo mismo, pero a un ritmo más lento, en casa.

El mayor desafío para Iris llegó cuando Audrey, su amiga íntima, se comprometió. La chica estaba más que feliz por su amiga pero no quería ir a la gran fiesta planeada por ella y su prometido, Percy Weasley.

"¡Tienes que venir! ¡Por favor!" Audrey había suplicado.

"¡No!" Ésta era una palabra que Iris conocía muy bien a la hora de hacer señas.

"¡Sólo por una hora! ¡Me voy a casar y esto es lo mínimo que puedes hacer por mí! Y también serás mi dama de honor..." Audrey le sonrió a la chica.

"¡No!" Luego, la niña sacó una libreta de su bolsillo y comenzó a escribir algo en ella.

"Te quiero y estoy feliz por ti, pero no quiero estar entre la multitud cuando ni siquiera puedo hablar con la gente. Y no puedo ser tu dama de honor porque no quiero atención y no podré hacer nada sin una voz"

Audrey miró a su amiga con tristeza, "¡Por favor, ven a la fiesta por media hora! ¡Habrá pastel, galletas y comida increíble! ¡Por favor! ¡Por mí!"

Iris puso los ojos en blanco en señal de derrota. Cerró la mano en un puño y se golpeó el pecho dos veces antes de señalar a su amiga.

Esto no era lenguaje de señas, era algo que Iris y Audrey hacían cuando eran más jóvenes. Significaba muchas cosas dependiendo del contexto de la situación, aquí significaba 'me lo debes' y 'sólo por ti' a veces era un saludo y otras era te perdono o te quiero.

Audrey saltó arriba y abajo, aplaudiendo. "¡Gracias!" Abrazó a su amiga y le dio un beso en la mejilla.

La fiesta fue en La Madriguera e Iris llegó con su hermana a su lado a la encantadora casa. La puerta estaba abierta y las dos simplemente entraron.

Iris saludó a su amiga y la abrazó felicitándola y luego abrazó a Percy, quien se sorprendió un poco pero le devolvió el abrazo.

"Llegas tarde" se quejó Audrey e Iris puso los ojos en blanco.

"Deberías estar feliz de que haya venido, estaba planeando salir bajo fianza" dijo Adeliene e Iris miró a su hermana con horror. Sacó una libreta y garabateó algo en ella antes de mostrársela a Adeliene.

"¡Traidora!"

"Deja de ser dramática, Iris" La niña le sonrió a su amiga y le sacó la lengua a su hermana.

Las tres niñas permanecieron juntas la mayor parte del tiempo porque Iris era demasiado insegura para hablar con alguien de esta ruidosa familia.

El grupo se había trasladado al césped y todos continuaban charlando. Iris estaba ocupada mirando la hora. En el momento en que el reloj dio las once de la noche, le indicó a su hermana que se fueran.

"¡Quiero quedarme!" Adeliene se quejó. "Puedes irte a casa sola si quieres" Iris inclinó la cabeza hacia atrás para mostrar que estaba gimiendo internamente antes de saludar a su hermana.

Iris comenzó a caminar hacia Audrey y Percy quienes estaban hablando con otra persona mientras escribía algo en su libreta. Estaba tan metida en escribir que casi chocó con alguien.

La niña miró hacia arriba para ver a un hombre pelirrojo haciéndole muecas a un bebé pelirrojo. El pelirrojo sonrió tímidamente y acercó al bebé a él mientras apoyaba su hombro sobre el mayor.

Iris abrió la boca para pedir perdón pero recordó que no podía hablar. Entonces, la niña le sonrió al niño, quien le devolvió una brillante sonrisa.

Luego, Iris dio un paso y les indicó a los dos que siguieran adelante. El pelirrojo asintió y ella agradeció que él hiciera lo que ella le pidió.

Luego, Iris se acercó a Audrey y le dijo que se iba, abrazó a la pareja y se apareció.

Iris asumió que el pelirrojo era uno de los hermanos de Percy, pero hasta donde ella sabía, Percy era el segundo en su familia en casarse y ninguno de sus hermanos tenía hijos todavía. Tal vez simplemente se estaba ocupando de ello por otra persona.

Mientras la niña yacía en la cama, pensó en el chico que había conocido. Su cabello rojo brillante que podía verse desde cualquier lugar de la ciudad, su rostro pecoso que le sonreía alegremente. Esa sonrisa era hermosa. Se veía adorable con sus caras tontas, pero Iris nunca iría a hablar con él. Físicamente no podía y de todos modos estaba demasiado nerviosa para hablar con la gente.

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